El Partido de los Trabajadores Socialistas realizó un acto virtual para homenajear a sus compañeros e históricos luchadores de Astillero Río Santiago recientemente fallecidos.
Este miércoles 13 de enero Miguel Lago y Quique Ferreyra, ambos fundadores del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e históricos luchadores de Astillero Río Santiago (ARS), fueron homenajeados por el PTS en un acto virtual que recorrió parte de sus vidas como militantes revolucionarios y compañeros de lucha.
Luana Simioni, dirigente del PTS La Plata y delegada de la Junta Interna de ATE IOMA y José "negro" Montes, dirigente nacional del PTS y referente histórico junto a Miguel y Quique en el ARS, abrieron el acto que dedicaron especialmente a las familias de los dos compañeros, en este difícil momento. Repasaron los saludos de despedida enviados desde los diferentes grupos miembros de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI), y también los reconocimientos y menciones que hicieron llegar partidos de izquierda, organizaciones y referentes de Derechos Humanos y sindicales de la región.
Entre las primeras palabras de despedida a sus compañeros estuvieron las de Marcela y Vero, trabajadoras referentes de las astilleras y parte de la Agrupación Marrón de la fábrica.
"Hoy nos toca homenajear a dos grandes luchadores, combativos, fundadores de nuestro Partido", comenzó Marcela y destacó "el rol que tenían para nosotras, las astilleras, siempre apoyando nuestras causas y acompañanado nuestros reclamos en una empresa machista y peronista". Con tristeza y orgullo, Marcela recordó también al querido Oscar "cabezón" Acosta, compañero del PTS y obrero del ARS fallecido meses atrás. "Solo fallecen los que son olvidados y ustedes, junto al resto de nuestros compañeros que perdimos tempranamente, vivirán por siempre en cada recuerdo y en cada lucha (...) Hoy nos dejan un tremendo legado, su gran ejemplo combativo, el que tomamos y vamos a seguir", se despidió Marcela.
"Para las astilleras son grandes referentes, compañeros, amigos, luchadores incansables (...) Para mi no se fueron, permanecerán en cada bandera y en cada lucha", dijo Vero, trabajadora del ARS y rememoró dos momentos junto a sus compañeros. "Camino a Puente Pueyrredon con Quique en el colectivo, los trabajadores cantaban con los bombos "Vamos Astillero ponga más huevo" y en ese momento él se levantó y comenzó a agitar "ponga el cuerpo, compañeros, ponga el cuerpo", y se fue cantando eso hasta que llegamos. Esa lucha la ganó ese día".
"Tampoco voy a olvidar el día que se juntaron a comer en el búnker y yo llegué más tarde. Miguel quería darme algo para comer o tomar, no podía verme sin nada. Se acercó despacito y me dijo "acá agarrá o pedí, todo es de todos". Me sentí en mi casa", recordó Vero.
Juan Contrisciani, referente del PTS y obrero del ARS destacó el optimismo y la pasión que tanto Miguel como Quique y esa generación de luchadores, mantuvieron siempre para transmitir sus ideas y en la heroica resistencia enfrentando las políticas neoliberales en los años 90. "Ellos decían con orgullo, "en el Astillero pudimos", y así desarmaban cualquier escepticismo. Fueron testigo y parte de la clase obrera combatiendo", señaló Juan.
"Miguel y Quique fueron orgullosos fundadores y constructores del PTS. Ellos eran concientes que con la lucha obrera no alcanzaba. Por eso sentían gran admiración y respeto por los intelectuales y jóvenes que abrazaban la militancia revolucionaria. Sabían que con esa fusión de obreros combativos y de ideas revolucionarias, se puede hacer cualquier cosa, incluso la revolución".
Juan destacó también los importantes aportes que Miguel y Quique realizaron en su vida militante, después de la resistencia que logró mantener abierto el ARS en los 90, como organizar a compañeros desocupados en plena crisis del 2001 y a la juventud precaria alrededor de la Escuela de Oficios del Astillero; en la recuperación del cuerpo de delegados en el 2004; y en la organización y el avance de trabajadores de otras fábricas de la región. "Siempre lo hicieron con la claridad y la generosidad que su aporte estaba en entregar esa tradición, esas banderas, a nuevas generaciones para cuando toque actuar en momentos más favorables, no solo de resistencia sino de luchas definitorias".
Raúl Godoy, dirigente nacional del PTS y referente de la fábrica ceramista Zanón en Neuquén, recordó sus años de militancia en la ciudad de La Plata junto a Miguel y Quique. "Nos tocó ser revolucionarios en una época no revolucionaria", destacó Raúl y volvió sobre los años en los que se forjó la célula obrera del ARS que más tarde protagonizó duras batallas.
"Miguel, Quique, Montes, y toda esta generación de obreros abrazaron la causa de la revolución con toda su vida, no para los ratos libres después de horario, sino que les cruzaba la vida y eso es lo más valioso que tienen estos compañeros que no fraccionan la lucha sindical y la política, como si fueran compartimentos separados".
Raúl describió el desafío que significó para las y los revolucionarios defender el legado del trotskismo a fines de los años 80 y principios de los 90. "En ese momento para poder sostenernos en una corriente revolucionaria la formación tenía un rol fundamental, porque teníamos que resistir toda la propaganda reaccionaria que decía que no tenía más razón de ser la pelea por el socialismo".
Esta resistencia, explicó Raúl, también se trasladaba a las corrientes de izquierda que por entonces comenzaban a adaptarse. "Nosotros surgimos como una corriente resistente a eso y en esa pelea, como un resorte moral, el equipo del ARS jugó un rol findamental. Cumplió un rol en la lucha dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), cuando empezamos a retomar volver al trotskismo y a los principios de nuestra organización".
"Miguel y Quique no solamente eran obreros combativos, pensaban a la clase obrera como una corriente internacional, y eso los marcó toda la vida. Por eso, cuando el MAS empezaba a desbarrancar y empezamos a hacer planteos, encabezados por nuestro compañero Emilio Albamonte, un puñado de dirigentes, los obreros del ARS y escencialmente estudiantes, terminamos expulsados todos, fundando el PTS después", recordó Raúl. "Para nosotros fue una marca de origen que cuando se funda el PTS se hace con un equipo obrero, eso nos ponía los pies en la tierra".
Raúl destacó también las lecciones que en cada dura lucha supo dejar la generación de Miguel y Quique, como impulsar el frente único con otras organizaciones en la defensa del Astillero; levantar siempre la unidad de las filas obreras, o defender incondicionalmente a los compañeros contratados. También reivindicó "la familia comunista" que supieron construir durante los difíciles años en los que compartieron militancia en La Plata, a partir de encarnar profundos valores como la solidaridad, la fraternidad y la camaradería.
"Miguel y Quique jamás tomaron la militancia como una carga, sino como una herramineta liberadora (...) La causa por la que pelearon es lo que los hace grandes y lo que abrió las puertas a nuevas generaciones de trabajadoras y trabajadores. Dejaron ese legado de no transar con sus ideas y de ir soldando el futuro", señaló Raúl y despidió a los compañeros compartiendo un emotivo poema del comunista checoslovaco Julius Fucik.
Para finalizar el homenaje, tomó la palabra el dirigente nacional del PTS, Christian Castillo.
"La lucha que hemos dado en común nos marcó en la ruptura con el MAS y en la fundación del PTS", remarcó Christian Castillo, volviendo sobre la importancia del cuestionamiento a la entonces dirección del MAS cuando abandonó la perspectiva internacionalista por el nacional trotskismo. Esta pelea marcó a Miguel y Quique, quienes comprendían que la construcción de un partido revolucionario no es sólo en el terreno nacional, sino internacional.
"Eso nos llevó a revalorizar, estudiar y conocer profundamente toda la herencia de lucha del movimiento trotskista. Eso nos permitió resistir mejor lo que vino después".
Christian Castillo también reivindicó la intervencion en la lucha de clases del PTS, en la cual Miguel y Quique jugaron un rol central dentro de la resistencia.
"Nuestro partido ha sabido conquistar una serie de intelectuales orgánicos de la clase obrera", expresó Castillo, entendiendo como intelecual orgánico "a aquel que juega una función de dirección y organización de su clase. Nuestros compañeros jugaron ese papel. Miguel fue durante 28 años delegado en una de las principales secciones del Astillero, con una militancia reconocida en la fábrica".
Christian Castillo reivindicó también que tanto Miguel como Quique estuvieron siempre en las batallas del partido. "Son parte de la vanguardia luchadora de nuestra clase. Son intelectuales orgánicos de su clase que quieren organizarla para llevarla a la victoria, no solo enfrentar los despidos o pelear por aumento de salario, sino terminar con este sistema de explotación y opresión".
"Estamos seguros que las y los cientos de compañeros que se han incorporado a nuestra organizacion van a tomar este ejemplo para superarlo, para estar a la altura de los acontecimientos que nos van a tocar vivir", remarcó Christian Castillo.
Respecto de la tradición revolucionaria que hoy encarnan Miguel y Quique, Castillo retomó al filósofo Walter Benjamin cuando plantea que "hay que esforzarse en cada epoca para arrancar de nuevo la tradicion del conformismo que quiere avasallarla". En este sentido, explicó "no recuperamos el trotskismo en un sentido ritual, sino que tomamos el hilo revolucionario de combatientes que lo hacían por la bandera de un soscialismo sin la mancha de la burocratización, sin la mancha del socialismo en un solo país, sin la mancha de la coexistencia pacífica y de haber liquidado todo lo mejor del proletariado. Creemos que esa bandera y esa lucha es la que merece ser vivida".
Castillo remarcó también el valor que Miguel y Quique le daban a las nuevas generaciones de trabajadores y jóvenes que se unían a la causa revolucionaria. "Tenían una enorme preocupación por educar a la juventud, que aprendan de la lucha, que es lo que todo revolucionario tiene para dar".
"Nos duele y entristece que ya no estén con nosotros, pero estamos muy orgullosos de estos dos grandes camaradas que han dado lo mejor de sí por esta causa que es la más inmensa que podemos tener. La de abrir el camino a una sociedad sin exlotación ni opresión, que gobiernen las y los trabajadores y puedan hacer realidad el paso del reino de la necesidad al reino de la libertad; a una sociedad realmente igualitaria", concluyó el dirigente del PTS, Christian Castillo.
Miguel Lago y Quique Ferreyra, ¡hasta el socialismo, siempre!