Con datos de inflación para 2020 del 36,1%, la pensión mínima subió un 35,3% y la pensión máxima un 24,3% el año pasado. Como resultado, la pensión mínima tuvo una pérdida del 0,6% y la máxima del 8,7% por el aumento de precio de extremo a extremo.
Aunque el presidente Alberto Fernández afirmó en repetidas ocasiones que una de sus prioridades era mantener el poder adquisitivo de los jubilados, los audultos mayores no pararon de perder.
Como resultado, las pensiones mínimas casi mantuvieron la caída real de 2016 a 2019, más allá de los bonos extraordinarios de $ 13.000 en 2020, y se siguieron deteriorando en los últimos años. Además, la próxima subida de las pensiones no se conocerá hasta marzo, y se estima que la inflación se mantendrá alta en enero y febrero.
En los años 2016 a 2019, las jubilaciones y las pensiones se deterioraron drásticamente en casi un 20%, lo que no se revirtió a pesar de las promesas electorales. Las mayores disminuciones se registraron en 2016 y 2018.
Según los datos del sistema, alrededor de 4,3 millones de jubilados, jubilados, pensiones no contributivas y PUAM recibieron un incremento del 35,3%. Otros 3 millones que ahora cobran $ 20.000, recibieron ganancias más pequeñas.
Por ejemplo, aquellos que calcularon $ 30.000 hace un año ahora están cobrando $ 38,550. Tuvieron un aumento nominal del 28,5%, que frente a una inflación del 36,1% representa una pérdida real del 5,6%.
Hoy por hoy, alrededor de 3 millones de jubilados y jubilados calculan el préstamo bruto mínimo de $ 19.035,29. Otros 1,4 millones reciben pensiones no contributivas y perciben el 70% de la renta mínima, y alrededor de 150.000 reciben la PUAM (Pensión Universal de Ancianos) del 80% de la renta mínima. Un total de alrededor de 4,5 millones de los 7,3 millones.
Al cierre de 2017, que resultó en una pérdida del 15% en todas las jubilaciones, pensiones y beneficios en dos años, el aumento en 2020 habría sido del 42% y las pérdidas de 2018 y 2019 se redujeron en casi 6 puntos.
A partir del próximo mes de marzo, las jubilaciones y otras prestaciones sociales se actualizarán de acuerdo con la nueva fórmula, que tiene en cuenta la evolución de los salarios, los ingresos tributarios del sistema y los ingresos totales de la ANSeS.
Los incrementos en marzo, junio y septiembre dependen de las dos primeras variables (salario y encuesta). Y en diciembre se compara el incremento de la riqueza del cuarto trimestre de cada año con la recaudación total anual de la ANSeS menos el incremento de los tres trimestres anteriores. En este caso, se elegirá el porcentaje más bajo para diciembre.
A pesar de esto, el Gobierno no decretó ninguna cláusula que contemple una actualización si la inflación superara (otra vez) los aumentos en los haberes. Es decir, que a futuro se descarta que las jubilaciones seguirán perdiendo contra la inflación.
Alberto dijo en campaña que iba a elegir a los jubilados, pero en la realidad cotidiana de millones de pensionados, la realidad es otra. |