La noticia se conoció esta semana, pero se concretará en los mostradores a partir de los próximos días. Sube el pan, un alimento fundamental en la mesa de cualquier familia.
El aumento será de entre 10 y 15 %. En Córdoba, por ejemplo, el pan francés pasará de 115 a 140 pesos y el mignón subirá de 130 a 155 pesos. En la Ciudad de Buenos Aires muchos de esos precios ya corrían, así que habrá que agregarle otro poco más.
La pregunta es por qué aumenta en este momento y quienes son los que se favorecen.
Repasemos.
Las asociaciones de panaderías aseguran que la harina aumentó 7% en los últimos días. Según explican, los molinos quieren llevar la bolsa de 50 kilos de harina a 2.000 pesos, cuando hoy está en alrededor de 1.700 pesos. Lo más curiosos es que se trata de una época en la que históricamente ese valor tiende a bajar”.
Ese es el primer y principal motivo. El aumento de los precios de la comoditties agrícolas, empezando por la soja y el maíz pero también el trigo, es aprovechada por los empresarios del campo para “hacer su negocio”.
Como describe uno de los representantes del centro de industriales panaderos de Córdoba, Marcelo Caula, “el valor del trigo generalmente acompaña los incrementos de la soja y por ello se viene registrando un aumento que puede atentar contra la disponibilidad del cereal en el mercado interno. Ante el aumento del precio internacional, es lógico que los productores quieran exportar el trigo. Necesitamos que el Gobierno nacional utilice sus instrumentos para que los molinos no tengan que pagar el precio internacional. Así podrá asegurarse el abastecimiento del mercado interno” (La Voz).
Como sucede con la carne y el maíz, los dueños del trigo aprovechan el aumento del valor internacional no solo para exportar sino para aumentar sus ganancias en el mercado interno.
Más aún: según aseguran las panaderías, los productores de trigo están limitando y especulando con la entrega de harina a los molinos, que no están bien abastecidos. Esa especulación afecta aún más el precio.
Pero si bien es la primera, no es la única explicación del aumento. También se incrementaron entre un 5% y un 8% las grasas y margarinas, que son provistas por otro sector de la industria alimenticia.
A eso hay que agregarle el aumento de las naftas, que volvió a golpear estas semanas y lleva un 20 % en los últimos meses, y otros incrementos como los fletes.
Los empresarios del campo y molineros se defienden diciendo que el trigo y las harinas son solo un porcentaje “menor” del precio, y apuntan sobre el costo que agregan las panaderías y los impuestos.
Lo cierto es que el aumento del pan es la expresión de quienes siguen siendo los ganadores y perdedores. La inflación de la primera quincena de enero fue del 3%, afectando el bolsillo popular que ya viene averiado.
Mientras tanto, un puñado de grandes empresas viene haciendo fuertes negocios con productos esenciales. La suba de los precios internacionales de los granos es uno de los datos económicos que más festejan desde el empresariado. Hoy, diez empresas concentraron el 90% de las exportaciones de granos. Son las que mantienen un "tira y afloje" con el gobierno, que ve con buenos ojos el ingreso de divisas por exportaciones – con estos precios se incrementa 7.000 millones de dólares más que lo proyectado en octubre del año pasado – pero al mismo tiempo ve cómo crece el malestar popular por el aumento de los productos alimenticios.
En ese "tira y afloje”, el gobierno siempre termina aflojando, como mostró el reciente caso del maíz. Las exportaciones y los precios internos terminan estando a piacere de la agroindustria.
Así, con la carne, el pan y otros productos básicos, está claro quiénes son los ganadores y perdedores. | 
