Mariano Melgarejo tenía 15 años. En la madrugada del jueves, iba con su novia Samara de 18 a bordo de una Honda y en Juan B Justo y Colectora, en un operativo policial de la Policía de Acción Táctica (PAT) fue atropellado por un patrullero.
Mariano falleció por los politraumatismos del choque, mientras que su novia logró sobrevivir con algunos traumatismos. "Él me fue a buscar a mi casa, y cuando estábamos volviendo por Juan B. Justo pasando el puente se nos asomó la chata de la policía. Veníamos a velocidad normal, estábamos pasando y se nos puso encima", contó la chica a La Capital. Tanto ella como su familia exigen el esclarecimiento dado que la versión policial y la que se difundió por la prensa rosarina, se trataría de una persecución, investigación que está dando curso la fiscal de homicidios Valeria Piazza Iglesias. El cuerpo de Mariano fue trasladado al Instituto Médico Legal donde se le realizará la autopsia bajo el protocolo de Minnesota, recomendado para muertes en las que pudieron intervenir agentes del Estado.
Desde la Multisectorial contra la Violencia Institucional lanzaron un comunicado donde se solidarizan con la familia de Mariano, y exigen “una investigación integral, eficaz y efectiva, para el esclarecimiento pronto de lo sucedido, conforme lo exigen obligaciones constitucionales y la aplicación estricta de estándares internacionales en la materia.”
La puesta en escena
En el marco de las balaceras cotidianas entre bandas narcos, el estado provincial le ha dado rienda suelta al accionar policial para mostrarse ante la población que ya está cansada, que velan por la “seguridad”. Ayer los grandes medios rosarinos difundieron una persecución que parecía una película de Hollywood, donde la policía hacia un operativo cerrojo. En el video, filmado por la misma policía, puede verse a los uniformados meterse en contramano, andar a velocidades altas por la vereda poniendo en riesgo a cualquier transeúnte, en la persecución contra una honda wave por el robo de un teléfono. Todo fue un circo mediático.
Sin embargo, la violencia policial recrudece, y no cesa ni un día. La semana pasada con el asesinato del carpintero Rafael Venialgo de 55 años, en el que se está investigando un caso de gatillo fácil. Según el sobrino de la víctima, a Rafael le hicieron un allanamiento ilegal por error, y luego de su asesinato, le plantaron un arma.
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También se conoció en Villa Constitución el caso de Ángel Colazo. El 30 de diciembre pasado, la policía trasladó al joven villense de 16 años, al SAMCo de Villa Constitución. Según la información brindada por la Fiscalía Regional Segunda Circunscripción, Ángel se encontraba desaparecido desde el 21 de noviembre sin tener noticias sobre su paradero. En el día de ayer, tras más de 20 días internado, el joven falleció bajo la custodia estatal en condiciones que aún deben investigarse.
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En este caso los uniformados involucrados en la muerte de Mariano Melgarejo son de la Policía de Acción Táctica, la misma fuerza que asesinó a Jonatan Herrera a pocos días de puesta en funcionamiento. El Ministro de Seguridad Saín y el Gobernador Perotti dicen que quieren ir a fondo contra la complicidad de la policía con el narcotráfico, pero en los hechos le dan más poder de fuego a esa misma policía cómplice y traen como refuerzo a fuerzas federales, mientras en Santa Fe hay dos ex jefes de la Policía Federal procesados por tráfico de estupefacientes. Como resultado después de años de políticas de saturación en las barriadas populares de la provincia, coordinadas entre Provincia y Nación, dejaron un tendal de cientos de denuncias por apremios ilegales y abusos por parte de los uniformados a la juventud de esos barrios. Lo único que propone el Gobierno es aumentar la represión. |