El Estado español se encuentra entre los principales vendedores de armas a Arabia Saudí, un negocio que genera miles de millones de euros y que no ha dejado de aumentar desde la guerra en Yemen y los bombardeos sistemáticos saudíes de la región, más de 21.000 en menos de seis años de conflicto. Una situación que es del todo injustificable y ante la cual el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu exigió explicaciones al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
En 2019, el gobierno en solitario de Pedro Sánchez y el PSOE, no sólo no revocó las licencias de venta de armas a Arabia Saudí concedidas por el PP, sino que aumentó a 22 las operaciones permitidas frente a las 4 en 2018. Sobre el motivo de esto preguntó Iñarritu, así como sobre "qué organismo se encarga del seguimiento de las decenas de presuntos crímenes de guerra cometidos por la coalición saudí” y si "acaso estos ataques no son ‘indicios racionales’ para que España suspenda estas exportaciones".
La respuesta del Gobierno fue que "los países de la Liga Árabe que forman parte de la coalición contra los rebeldes en Yemen no están sometidos a embargo alguno por parte de la ONU o la Unión Europea en la exportación de armamento o de material policial y antidisturbios". Así como que no tienen indicios del uso indebido del material exportado. Unas declaraciones que son una vergüenza intolerable. Además, organismos como Amnistía Internacional o el Centro Delàs de Estudios por la Paz están pidiendo que se deje de vender armamento a Arabia Saudí.
De nuevo, como en otros tantos temas, como con respecto a la situación del Sahara Occidental o la OTAN, el rol del Gobierno “progresista” es cerrar filas con la política imperialista. El año pasado este Gobierno del PSOE y Unidas Podemos superó el récord de autorizaciones de ventas de armas, además de que mantuvo abiertos los puertos a los barcos de guerra saudíes.
De esta manera, el Gobierno continúa siendo cómplice de Arabia saudí y de un conflicto que el pasado año dejó 20.000 muertes directas, de las más de 300.000 muertes que se calcula que está dejando en Yemen. Una complicidad criminal que se suma a otras, como la que mantiene con el Estado marroquí para pisotear los derechos del pueblo saharaui. |