El presidente argentino llegó este martes (por dos días) a Chile con una nutrida comitiva que integraba además de su jefe de gabinete Santiago Cafiero, el canciller Felipe Solá, el ministro de Salud Gines González García y los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela de La Rioja, Gustavo Sáenz (Salta) y Sergio Uñac de San Juan.
Una de las primeras declaraciones de Fernández fue acerca del futuro cercano de la región: "ver cómo poner de pie al continente después de este golpe tan duro" (NR: refiriéndose a la pandemia). Esto lo planteó frente al presidente de Chile que en todo el 2020 optó por beneficiar a los grandes empresarios de ese país -brindando fuertes subsidios incluso-, mientras la población trabajadora tenía que ir a sus trabajos, hacinada en medios de transporte, sufrieron suspensiones con rebaja salarial, fueron despedidos y además estableció un toque de queda en varias regiones, que solo apuntaba a limitar los derechos de la población, pero no a medidas sanitarias.
Hay que decir que todas esas medidas de defensa de los empresarios, contra el pueblo trabajador no es muy distinto a lo establecido por el propio Gobierno de Alberto Fernández.
El presidente argentino también habló de lo "hermanada que tiene que estar toda la América Latina". Se lo planteaba a quién dirige el Estado chileno, uno de los principales impulsores del Grupo de Lima, el grupo de países latinoamericanos, con gobiernos derechistas que siguen como la sombra al cuerpo, los lineamientos del imperialismo norteamericano. El grupo de Lima entre otras cosas avaló el intento de golpe de Estado en Venezuela y luego de que en Bolivia se acento el golpe militar, civil y eclesiástico, tuvo a ese país -a fines de 2019- como un nuevo integrante.
Sería una "hermandad" con los gobiernos enemigos de los pueblos latinoamericanos. Tal vez por eso, sin dejar el Grupo Puebla (que ya demostró sobradamente no ser ningún límite a la derecha continental), Argentina sigue perteneciendo al Grupo Lima.
Todo esto sin mencionar que Piñera insiste en continuar persiguiendo y reprimiendo al pueblo mapuche y que fue su gobierno que durante la rebelión popular reprimió con saña a los centenares de miles que se movilizaban.
Ahora su política es de zanahoria (tratando de que triunfe el engaño institucional de un proceso constituyente donde toda la casta política odiada por la población intenta preservar, tal vez cambiando alguna forma, la herencia pinochetista) y palos para quienes se movilizan.
Acuerdos
Se firmaron y ratificaron ancuerdos comerciales como la apertura del mercado chileno para la exportación de bovinos reproductores argentinos, a la vez que se reconoció a Chile como área libre de influenza aviar.
También aprobaron el programa de trabajo bianual del comité de Género y Comercio, un lindo nombre que solo puede favorecer a las mujeres empresarias.
En materia de política de defensa los cancilleres y ministros de Defensa de ambos países acordaron en realizar en el primer semestre de este año, la XXXI sesión del Comité Permanente de Seguridad Chileno-Argentino (COMPERSEG). ¿Esto significará mayor persecusión a los pueblos originarios que viven a ambos lados de nuestras fronteras?
También hubo acuerdos en materia de tecnologías y energías. |