Lo que sucedió ese fatídico martes no tuvo que ver con un descuido, mala organización, o un tropiezo obrero. Fue por consecuencia del lucro empresarial y falta de interés por la vida obrera que allanó el camino para que termine en un desastre y no como dice la Unión Ferroviaria que fué algo extraordinario, y dejan correr la versión de la empresa de que lo ocurrido es por "negligencia" de los propios trabajadores. En lugar de invertir en seguridad para que sea imposible acceder a una línea energizada, utilizan cámaras de vídeo para culpar a los propios trabajadores de los "accidentes".
Las condiciones en que trabajan los cros de lavado son muy precarias:
Semáforos dedeficientes y como única medida para evitar el contacto con la línea energizada, falta de iluminación correcta en el sector entre otros problemas.
La gerencia estaba al tanto de todos y cada uno de los reclamos que venían haciendo los compañeros de todas las faltas de medidas de seguridad, tal es así que al día siguiente de lo sucedido los compañeros de limpieza se tuvieron que negar a trabajar en esas condiciones ante la prepotencia de los jefes y supervisores para que continúen sus tareas como si nada hubiese ocurrido.
Es por esto que es urgente la organización y control de la seguridad e higiene por parte de los trabajadores, y que no quede en manos de la empresa.
Desde La Naranja Ferroviaria llamamos a la dirección de la Unión Ferroviaria que deje de mirar para el costado frente a este asesinato laboral y reclame por justicia por Roberto Pereira. Exigimos que se realicen asambleas y se impulsen comités de seguridad e higiene independiente de la empresa elegidos por los propios compañeros y cesar toda actividad riesgosa hasta que se garantice la seguridad y salud de todos los y las ferroviarias. ¡Justicia para Roberto y todos los compañeros que perdimos por responsabilidad de la empresa y del gobierno y ministerio de transporte! |