En horas de la noche del martes 26 de enero, el presidente Sagasti anunció una nueva cuarentena por 15 días, la cual entra en vigencia desde el domingo 31 de enero y durará hasta el 15 de febrero, fecha en la cual – según lo anunciado por el presidente - el ejecutivo evaluará los resultados e implementará nuevas medidas. La nueva cuarentena se implementará en las regiones de Áncash, Pasco, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica, Apurímac, Lima Provincia, Lima Metropolitana y Callao, las cuales han sido consideradas de extremo riesgo debido a los elevados índices de contagios de Covid-19.
Esta iniciativa va acompañada del toque de queda y otras restricciones para la circulación de la población, lo cual afectara las actividades laborales de millones de trabajadores y trabajadoras que deben salir todos los días a buscar trabajo ya que los índices de desempleo han crecido exponencialmente, entre otras cosas, porque las empresas privadas han dejado a miles de sus trabajadores en la calle. Sin embargo, el presidente Sagasti no anunció ninguna medida compensatoria o bono para la subsistencia para estos sectores quienes viven del día a día o que perdieron el empleo durante la pandemia.
Cabe mencionar que según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI, un poco más del 70% de las y los trabajadores peruanos laboran en la informalidad. Estas cifras se han incrementado significativamente en los últimos meses y han sido complementadas con las elevadas tasas de desempleo que según informes especializados ya bordean los 6 millones, las cuales son consecuencia de la implementación de los despidos patronales y medidas anti obreras como las suspensiones perfectas que vienen aplicando las empresas privadas con la venia del gobierno y el Ministerio de Trabajo. La mayoría de estos sectores que actualmente laboran en la informalidad y que padecen desempleo se ubican en Lima ya que es la región más poblada del país.
La crisis sanitaria y la responsabilidad del gobierno
La incapacidad de los gobiernos de Vizcarra y ahora de Sagasti para encarar la proliferación del Covid-19 y la crisis sanitaria en curso, han llevado a que desde hace unas semanas se dé un recrudecimiento de los contagios y fallecidos, el cual ha sido considerado por los especialistas como una “segunda ola” en la propagación del virus. Esta segunda ola ha puesto en evidencia la extrema precariedad de la sanidad pública en Lima y en todas las regiones del país. Por ello, según cifras oficiales, a la fecha tenemos 1 107. 239 infectados y 40. 107 muertes por COVID-19.
Las razones que nos han llevado a la difícil situación que vivimos hoy, tienen que ver con que en los meses anteriores no se equipó adecuadamente los hospitales que existen, no se construyeron los que hacen falta para atender a los pacientes contagiados ante el inminente rebrote, no se nombró al personal necesario para atender a la población, no se incrementó el presupuesto al sector salud, no se consiguió a tiempo la vacuna, se mantuvo los privilegios a las empresas privadas vinculadas al rubro salud para que puedan seguir lucrando con este tema como es el caso de las clínicas, los laboratorios y centros de expendio de oxígeno e insumos, las cadenas farmacéuticas, etc.
Por esa razón el presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, Jesús Valverde, en declaraciones a RPP, detallo que: “en las últimas semanas aumentaron los casos graves entre pacientes jóvenes” y aseveró que “existe un colapso del sistema sanitario”. Asimismo, indicó que “aproximadamente un 30% de los pacientes hospitalizados requiere de una unidad de cuidados intensivos”, lo cual no se les puede brindar oportunamente porque, como ya se mencionó, el gobierno no realizo las gestiones necesarias para repotenciar el sistema de salud pública.
Tras el mensaje del presidente Sagasti del martes por la noche, Valverde señaló que: “Los anuncios que ha dado (Sagasti) son insuficientes, la atención en camas UCI ya llegó a su máximo nivel, lo que hace falta es trabajar en las camas de hospitalización haciendo una contingencia con estos equipos de alto flujo para la entrega de oxígeno. En su momento hemos reclamado intensamente al ministerio de Salud y hasta ahora no tenemos ningún visto bueno”.
En otro momento de la entrevista, menciono:
“Nuestra realidad ya no da para pensar en camas UCI porque no hay, nuestro enfoque es trabajar con las camas hospitalarias para evitar que nuestros pacientes lleguen a UCI. Necesitamos que se haga una compra no menor de 2500 equipos de alto flujo”
Así mismo, en horas de la mañana del martes 26 de enero, la Federación Médica y diversos gremios de la salud realizaron un plantón en los exteriores del ministerio de Economía y Finanzas en el marco del día 14 de la huelga nacional indefinida que llevan adelante. El decano del Colegio Médico del Perú (CMP), Miguel Palacios Celi, consideró que la ola epidémica del coronavirus “está casi incontrolable” y “ha arrasado el sistema sanitario”.
Por una salida al servicio del pueblo trabajador
Como vemos, estamos ante una segunda ola que ya ha hecho colapsar todo el sistema de salud pública, con lo cual, los más afectados son los sectores de bajos recursos que pertenecen a la clase trabajadora ya que son ellos los que pierden el trabajo y no pueden acceder a servicios sanitarios de calidad. Haciendo oídos sordos a esta situación, el presidente Sagasti implementa medidas insuficientes como esta nueva cuarentena, dejando de lado las necesidades sociales y laborales del pueblo trabajador y la urgente necesidad de repotenciar el sistema sanitario.
Frente a ello, urge pelear por la inmediata implementación de un bono universal mensual, que sea igual al costo de la canasta básica familiar (S/ 1400.00) para que las familias trabajadoras que viven del día a día y quienes perdieron el empleo a causa de la pandemia, tengan un ingreso mensual con que subsistir.
Es importante también la unificación y centralización estatal del sistema de salud a nivel nacional, lo cual implica la estatización sin indemnización de todas empresas privadas vinculadas a la salud como clínicas, cadenas farmacéuticas, laboratorios, centros de comercialización de insumos médicos, etc. y que estas sean puestas bajo control de sus trabajadores y profesionales de la salud. Solo de esa manera podremos acabar con el lucro de los empresarios privados y se empezara a revertir la precarización del sistema sanitario.
Es importante también que se dé cumplimiento inmediato a las justas demandas de los trabajadores de la salud, que, entre otras cosas, exigen el nombramiento inmediato de todos los trabajadores pertenecientes al régimen CAS y terceros que trabajaron durante el año pasado, así como el cumplimiento del pliego de los médicos agrupados en torno a la Federación Médica peruana que vienen llevando adelante una huelga indefinida que exige el incremento del presupuesto público al sector salud.
Estas y otras medidas de urgencia solo serán posibles si dejamos de pagar la deuda pública que es una vía para la fuga de recursos y si afectamos las ganancias de los grandes empresarios nacionales y extranjeros como los dueños de las minas, los bancos, las cadenas farmacéuticas, las clínicas privadas, entre otros, quienes siguen ganando a pesar de la profunda crisis sanitaria que afecta mayoritariamente al pueblo trabajador. Solo de esa manera tendremos los recursos suficientes y necesarios para repotenciar el sistema de salud pública. |