A pesar de que ya en diciembre de 2019 la Provincia de Buenos Aires adhirió al protocolo de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), el Hospital San Felipe no está cumpliendo con su implementación. Ya son 3 las denuncias presentadas por mujeres que no pudieron acceder legalmente a este derecho tan elemental conquistado por años de lucha del movimiento de mujeres.
Aunque en Argentina, el acceso a la ILE está garantizado por la Constitución Nacional, los Tratados de Derechos Humanos, el Código Penal de 1921, el Código Civil y Comercial reformado en 2015, el fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del año 2012 y por la Organización Mundial de la Salud, aún hoy y en el marco de que gracias al movimiento de mujeres y a la inmensa marea verde se logró conquistar el aborto legal, las autoridades del Hospital San Felipe no se ocuparon de poner en funcionamiento un espacio donde se pueda practicar la ILE, excusándose en que sí hay acceso a esta práctica en el Hospital de zona norte que viene aplicando el protocolo desde hace tiempo.
Pero una cosa no quita la otra. El San Felipe integra la red de hospitales provinciales y depende directamente del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, por lo tanto también debería garantizar que las mujeres y personas gestantes puedan acceder a su derecho de interrupción del embarazo.
Unos días atrás, el director del Hospital se refería a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que entró en vigencia hace pocos días: "Vamos a disponer de todos los medios necesarios para que las mujeres puedan decidir y garantizar sus derechos" y agregó que "la Dirección trabaja con un sentido muy consciente de lo que pasa en la sociedad y las necesidades que tienen tanto las mujeres como las diversidades". Pero hay una clara contradicción entre lo que dicen y lo que efectivamente hacen. En ese sentido es que hay que continuar la pelea para que se garantice la aplicación efectiva tanto de la ILE como de la IVE, como también redoblar la pelea por la separación de la iglesia del Estado para que nadie decida sobre nuestros cuerpos. Las mujeres ya demostraron que su fuerza, organizada y en las calles, es el camino para arrancarle al Estado todos los derechos que aún faltan conquistar. |