Los jubilados y pensionados pasan hambre en la actual situación con lo que reciben, y cada vez son más los derechos que les han ido quitando, atravesando una situación desesperante ante la desidia de la empresa. Reproducimos partes de las declaraciones que recogieron los periodistas de Correo del Caroní y Primicia de la región.
Correo del Caroní
León Sucre, jubilado de 74 años, luego de 39 años de servicio en Ferrominera Orinoco cobra 1 millón 600 mil bolívares. Denunció que la directiva de la compañía tiene los productos del comisariato secuestrados.
“El jubilado que no tiene un hijo que lo ayude con la comida se muere de hambre”, expresó.
Estima que más de 2 mil jubilados son afectados por la pérdida del beneficio y las carencias del centro asistencial. Recordó que en el año 2019 la empresa prometió dotar el comisariato y hasta ahora no se ha cumplido.
Sucre reclamó que la entrega de bolsas de alimentos, prometida para cada 15 días, se hace cada seis meses y que en el hospital los ferromineros deben llevar hasta las gasas. “Nosotros no estamos pidiendo limosna, estamos pidiendo nuestro beneficio”, dijo.
El jubilado es hipertenso y tiene prótesis en la columna. Dado la desatención de la compañía, solo depende de su hija en Chile para sobrevivir.
“Producto de mi trabajo, ahora yo quedé inválido prácticamente y sin nada, sin ningún beneficio, porque todos nuestros beneficios fueron robados”, recriminó.
“Ferrominera nos está matando de hambre a todos los jubilados, pensionados y sobrevivientes”, reclamó el jubilado Evenerable Campos. El exferrominero señaló que el pago que realiza la empresa no supera los 2 millones, lo cual no alcanza para los productos básicos de la canasta alimentaria.
El comisariato es un beneficio que está incluido dentro de las últimas convenciones colectivas. Los protestantes consideran que desde que se cerró en 2018 la empresa ha acumulado una deuda con los trabajadores y jubilados de la empresa. “Ni nos pagan, ni nos surten el comisariato”, dijo.
“El pírrico sueldo que tenemos no nos alcanza para comprar una harina PAN”, afirmó. De acuerdo con Campos, de 76 años, a 16 de estos jubilados les ha tocado hacer marañas para acceder a alimentos ante la falta de respuestas de las empresas.
Los jubilados que por su avanzada edad asisten al hospital de la compañía son revisados por médicos, pero solo les entregan un récipe para buscar medicamentos en farmacias dado que en el centro de salud no hay.
“El Hospital Américo Babó está en el suelo, totalmente sin medicinas, sin nada”, señaló Campos, quien además denunció que, por falta de medicamentos, el año pasado murieron 44 jubilados sin atención médica.
Diario Primicia
Rafael Sucre, explicó que decidieron realizar la caminata “debido a la preocupación por el fallecimiento de 440 jubilados de la empresa en 2020”; en lo que va de año suman 12. “Los jubilados se están muriendo es de hambre”, sentenció.
Ratificó que no cuentan con ningún beneficio y por parte de la empresa “solo realizan algunas jornadas para 20 jubilados de los 3.050, entre jubilados y sobrevivientes”.
Con el salario que devengan (des un millón 400 mil bolívares hasta 4 millones de bolívares), Sucre aseguró que es imposible cubrir gastos médicos, alimentación, entre otras necesidades básicas.
“Exigimos que se reactive el comisariato, se pague la deuda del hospital, HCM y que la jornada de alimentación sea constante”, dijo también al diario Primicia Yovani Torres, otro de los jubilados afectados.
Esta es la dolorosa realidad de trabajadores que dedicaron toda una vida en la empresa, la misma de todos los pensionados y jubilados del país, así como de los trabajadores activos. Mientras tanto el Gobierno de Maduro, sigue castigando al pueblo trabajador llevándolos a una situación de calamidad, mientras que a los empresarios les sigue dando todas las facilidades para que mantengan sus ganancias.
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