Las razones de la huelga, que son muchas y de carácter general y político, estriban en la desastrosa gestión de la crisis pandémica y se cruzan con la crisis de gobierno que se está produciendo en estos días. En sus declaraciones públicas, los sindicatos piden una renovación general de todos los convenios colectivos caducados (con los consiguientes aumentos salariales), una congelación real de los despidos -que, hasta la fecha, casi un año después del inicio de la propagación del coronavirus, no ha sido aplicada por el gobierno-, nuevos y más eficaces protocolos de seguridad en el trabajo, además de pedir recursos para la educación y la salud pública.
El programa también incluye un "impuesto del 10% sobre el 10% más rico de la población", poniendo el foco en la brecha social que se ha ampliado desproporcionadamente con la llegada del Covid, una brecha social que ha llevado a unos pocos grandes propietarios a escala internacional a acumular beneficios extraordinarios mientras amplios sectores del pueblo trabajador se hundían en la pobreza como consecuencia de los cierres patronales, las zonas rojas, los despidos y los ya mencionados despidos.
La huelga afecta principalmente al sector de la logística y el transporte de mercancías, que ya se ha visto inflamado por las huelgas contra TNT FedEx esta semana, en respuesta a un plan de reestructuración de la multinacional estadounidense que implicaría miles de despidos en toda Europa.
Nuestro compañero Giacomo Turci, director de La Voce Delle Lotte, informa para Izquierda Diario desde el piquete frente a un almacén de TNT FedEx en Roma, en el que un nutrido grupo de trabajadores ha desplegado un piquete desde la mañana.
La huelga también está teniendo un importante impacto en el mundo de la educación pública, con una alta participación de profesores, trabajadores no docentes y alumnos. Otros sectores del sector público, como el INPS y la sanidad, están emitiendo avisos en los que se cuestiona el desarrollo normal de la actividad para el próximo viernes.
Las reivindicaciones de la huelga afectan a una serie de aspectos que implican a todos los sectores del mundo laboral. Pero, como sostiene el comunicado de la Fracción Internacionalista Revolucionaria -organización hermana de la CRT en Italia e impulsores de La Voce Delle Lote-
“Lo que sigue faltando es una unidad más amplia de los trabajadores desde abajo, unidad que habrá que construir con paciencia en estos meses, porque si bien es cierto que desde el estallido de la pandemia se empiezan a ver, quizás en la distancia, salidas a la crisis puramente sanitaria, no se puede decir lo mismo de la crisis económica que afecta a la clase trabajadora y a todos los sectores pobres (y empobrecidos) de la sociedad y que pesará durante años sobre los hombros de la mayoría de la población.
Los trabajadores combativos tienen que agitarse y organizarse para poner en marcha sus sectores y organizaciones, empezando por los sindicatos, bloqueados por una burocracia aterrorizada para desencadenar una lucha unitaria y de masas contra la gestión cofindustrial de la crisis: ¡impulsemos nuevas huelgas generales en las que los trabajadores de todos los sectores se unan a sus sindicatos!”.
La huelga general del sindicalismo combativo en Italia tiene una importancia fundamental para comenzar a prefigurar una respuesta desde la lucha de clases que defienda un programa obrero de emergencia alternativo a las salidas capitalistas a la crisis generada por la pandemia de Covid. | 
