Los hechos se iniciaron a finales de diciembre de 2020 cuando llegaron denuncias al Bloque Antirracista de Rosario de varias estudiantes de la UAI de esa ciudad, las cuales son de origen Haitiano y Brasileño. Recibieron en sus casillas de correo electrónico mensajes explicitando amenazas con contenido racista, nacionalista, xenófobo, cargado de símbolos vinculados al neo-nazismo y la supremacía blanca.
A pesar de realizar la correspondiente denuncia judicial y que las organizaciones exigieran a las autoridades de la UAI que se expresen públicamente ante los hechos de tamaña magnitud, incluyendo la apertura de la debida investigación judicial y administrativa, la universidad de altísima elite y renombre, parece haber adoptado una posición de una pasividad atroz frente a los ataques a sus alumnes.
Mérida Doussou, estudiante de historia, activista del feminismo negro y referente del Bloque Antirracista de Rosario comentó que luego de mucha presión, la única respuesta que obtuvieron de parte de la institución fue una minimización de los acontecimientos y culpabilización de las víctimas, alegando que los ataques podían ser consecuencia de conflictos personales entre compañeros. Una clara muestra de cómo el racismo se expresa en la universidad a través de la invisibilización de los hechos de violencia.
La respuesta por parte del Estado continúa en el mismo sentido: no hay respuesta. El silencio llega incluso a las instituciones que supuestamente están destinadas a enfrentar la discriminación como es el caso del INADI.
Pero esto no termina acá. Les estudiantes, víctimas del racismo y la xenofobia no son les uniques que se hallan vulnerades por la UAI. Luego de los hechos de violencia racista, llegó a fuentes del diario que, para la empresa, la vida de sus trabajadores vale tanto como la de sus estudiantes, apenas una estadística en sus balances para aumentar sus ganancias.
Desde despidos masivos y falta de condiciones de seguridad e higiene frente a la pandemia de covid-19 hasta aprietes por parte de la patronal para justificar la flexibilización y el no pago de horas extras.
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Las estudiantes llamaron a todas las entidades y organizaciones de izquierda, antirracistas y de DDHH a brindar su apoyo y solidaridad frente a estos hechos además de exigir:
Garantizar la seguridad física y psicológica de las, los, les estudiantes amenzados/as/es.
Exigimos a la justicia el uso de todas las herramientas legales para dar con la identidad de las personas autoras de las amenazas.
Que las instituciones competentes elaboren medidas preventivas, junto a personas racializadas, de protocolos de acción en caso de violencia racista, asumiendo el compromiso de formarse y formar (charlas, campañas, etc.), sobre la lucha antirracista en Argentina.
La creación de un protocolo de acción que sea elaborado e implementado por personas racializadas antirracistas que incluya la recepción de denuncias y contención de lxs denunciantes.
Para derrotar la violencia patronal y racista que se da en la Universidad Abierta Interamericana en complicidad con el Estado es necesaria la organización y solidaridad entre sus estudiantes y trabajadores, luchando y exigiendo a los dueños de la Universidad y los sindicatos hacer cumplir todos y cada uno de los derechos de quienes la hacen funcionar.
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