La creciente suba del costo de vida es una realidad que afecta gravemente a los sectores populares, siendo los precios de los alimentos los que presentaron mayores subas.
Mientras para quienes tiene empleo, el viernes el Indec confirmó que 2020 será el tercer año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo de los salarios, aquellos que perdieron sus ingresos ocupan la cada vez mayor cifra de desempleados y pobres.
En este contexto el Gobierno anunció días atrás un acuerdo de precios para garantizar "supuestamente" el acceso al consumo de carne a precios populares. Sin embargo, al conocerse los detalles del mismo las críticas no tardaron en llegar por los límites del mismo. Veamos:
*El Gobierno confirmó que se agregan 8 cortes a Precios Cuidados.
*Sólo se pueden comprar en supermercados algunos días, y en el Mercado Central todos los días.
*La medida que durará dos meses, no afecta los intereses de las Cámaras de carnes, que en 2020 remarcaron un 74 % los precios.
*La calidad de los cortes es desconocida, algunos empresarios de carnicerías sostuvieron que se trata de excedentes no exportables, de menor calidad y por eso cuestionaron que los precios del acuerdo solo benefician a los frigoríficos.
La carne sigue siendo un lujo para los bolsillos de los trabajadores y sectores populares. Pero gracias al acuerdo que propone el Gobierno de Fernández hay caros ganadores: los frigoríficos, quienes mantienen a sus trabajadores en condiciones de extrema explotación e insalubridad laboral. Y los supermercadistas como Alfredo Coto, remarcadores seriales de precios.
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