No cabe duda que desde el punto de vista de "material humano" el país cuenta con muchos científicos, como los del Conicet por ejemplo, altamente capacitados para poder llevar adelante una producción nacional de las vacunas, una vez estudiados todos los procedimientos necesarios. Tampoco falta infraestructura: los laboratorios altamente tecnologizados.
A eso se refería el ministro, en la entrevista que dio al Destape Radio, cuando además decía: "Argentina tiene la capacidad para fabricar la vacuna rusa. La prueba está en la fabricación en Garín de la vacuna de Oxford-AstraZeneca", hablando del laboratorio MAbxience, del Grupo Insud.
Pero Roberto Salvarezza habla de esos laboratorios privados, quienes están haciendo fortunas garantizadas por todos los Estados, incluido el argentino. Porque el Gobierno no tomó ni la elemental medida de centralizar el sistema de salud, bajo la órbita estatal, algo que hubiera facilitado enfrentar el Sars-Cov-2. Incluso cuando el ministro de Salud lo planteó al principio de esta pandemia, inmediatamente se desdijo cediendo al lobby de las empresas de medicina privada.
Incluso, como planteó en una entrevista esta semana el diputado del FIT-Unidad Nicolás del Caño, mientras en la OMS el Gobierno de Alberto Fernández apoyó la moción de India y Sudáfrica para que los laboratorios liberen las patentesde las vacunas y así poder garantizar que los países mas pobres o dependientes puedan fabricar sus propias vacunas, ninguna acción se efectuó en ese sentido.
Es por eso que en esta crisis mundial los que ganan son los laboratorios privados, como Pfizer, que espera engrosar sus bolsillos en U$S 15.000 millones este año |