Una gran avalancha de agua y lodo sacudió en la mañana de este domingo el distrito de Chamoli, estado de Uttarakhand, una zona montañosa al norte de India. Se reportaron al menos veintiséis personas fallecidas y otras ciento cincuenta desaparecidas tras la rotura del glaciar Nanda Devi, que desencadenó una inundación masiva que destruyó y dañó dos centrales hidroeléctricas en construcción y otras infraestructuras.
Miles de personas debieron ser evacuadas en el distrito ubicado en la cordillera del Himalaya. Cientos de efectivos especializados en desastres, dos helicópteros de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Policía continúan realizando tareas de rescate, informó Trivendra Singh Rawat, jefe de Gobierno de Uttarakhand, a través de Twitter. Estas tareas se enfocan principalmente en los trabajadores que participaban de la construcción de las dos centrales eléctricas: 140 en la de NTPC [1] y 17 en el del río Rishiganga.
Según las autoridades, en horas de la tarde ya no se registraban flujos adicionales de agua ni inundaciones como las que devastaron las laderas del valle y destruyeron las estructuras más temprano. Varios de los cuerpos debieron ser rescatados de los ríos tras la gran columna de lodo y agua que llegó repentinamente tras la rotura del glaciar.
“Las imágenes de satélite y Google Earth no muestran un lago glacial cerca de la región, pero existe la posibilidad de que haya una bolsa de agua, o un lago dentro del glaciar, en la región que pudo haber hecho erupción y provocó el desastre”, explicó el glaciólogo Mohd Farooq Azam a la agencia de noticias IANS.
El primer ministro indio, Narenda Modi, en el ojo de la tormenta por la represión y la censura a la enorme protesta campesina contra tres leyes agrarias, aseguró en Twitter que está "monitoreando constantemente la desafortunada situación en Uttarakhand. La India apoya a Uttarakhand y la nación reza por la seguridad de todos allí".
Un desastre anunciado
El calentamiento climático está detrás de la pérdida masiva del hielo de la Tierra, concluyó un grupo de científicos de universidades británicas que a fines de enero publicaron un estudio que asegura que el planeta perdió 28 billones de toneladas de hielo entre 1994 y 2017. La zona del Himalaya viene siendo dramáticamente golpeada por los efectos de estos desbarajustes: el más brutal tuvo lugar en 2013, cuando unas siete mil personas murieron o desaparecieron por los aludes a causa del adelantamiento de las lluvias del monzón, un 68 % más intensas que lo normal.
En 2019 un estudio elaborado por cerca de trescientos cincuenta expertos del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de la Montaña (ICIMOD) ya había advertido que la mitad de los glaciares del Himalaya podrían derretirse en menos de un siglo a causa del calentamiento global acelerado, afectando la provisión de agua para cerca de 250 millones de personas en zonas montañosas y unas 1.650 millones que habitan en cuencas fluviales de la región, es decir, el 25 % de la población mundial que habita países como Afganistán, Bangladés, Bután, China, India, Myanmar, Nepal y Pakistán.
Los glaciares del Himalaya se originaron hace unos setenta millones de años y son altamente sensibles a los cambios en la temperatura. Desde 1970 se encogieron y perdieron una gran proporción del área cubierta por nieve. Al encogerse hay más probabilidad de que lagos glaciares puedan explotar y desatar inundaciones en la región, lo que genera desequilibrios en laderas y pone en riesgo la estabilidad de muchas obras de infraestructura.
India es el cuarto país en emisiones de carbono, responsables del aumento acelerado de la temperatura terrestre. El Gobierno de Narendra Modi, como otros a nivel global, en las cumbres climáticas hace compromisos de reducción de emisiones con plazos a veinte y treinta años, mientras catástrofes anunciadas como la de Uttarakhand muestran que el tiempo se acaba y son los trabajadores y los sectores más pobres los que pagan las consecuencias.
Con información de EFE
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