Según la encuesta de indicadores laborales (EIL) que publica el ministerio de Trabajo de la Nación, el Gran Jujuy, finalizó en diciembre con un retroceso del 6,8% anual en la pérdida de puestos de trabajo del sector privado registrado.
La encuesta se realiza a empresas de en una serie de aglomerados urbanos de distintas provincias. Allí se muestra que a nivel total la pérdida interanual de puestos de trabajo fue del 2%. A su vez, por detrás de Jujuy se ubicó el Gran Mendoza con una caída del empleo del 4,7%.
En el caso de Jujuy la encuesta arroja resultados por sectores donde la caída del empleo estuvo marcada por la construcción (-32,5%), más atrás los servicios (-3,4%) y la industria con apenas -0,2% durante el último trimestre del 2020 (comparación interanual).
A su vez, el informe SIPA publicado junto con esta encuesta muestra que en el sector de asalariados privados registrados la caída del empleo en la provincia de Jujuy en noviembre en términos interanuales fue del 6,3%. Se trata de una pérdida de 3.732 puestos de trabajo en un año, siendo que el total de trabajadores asciende a 55.761 en noviembre de 2020, retrocediendo así el empleo a niveles de octubre 2013.
Estos resultados ocurren como parte de la pérdida de empleo en todo el país que alcanzó los 224 mil en noviembre en términos interanuales; mientras incluso rigió casi desde el inicio de la pandemia el decreto de prohibición de despidos.
La situación es crítica considerando además un informe de la consultora Abeceb, el cual indica que la economía debería crecer un 3% anual para recién en 2025 tan solo recuperar los puestos de trabajo perdidos el año pasado.
Por su parte, el no cumplimiento por parte de las patronales del decreto presidencial tiene como contraparte a los ministerios de Trabajo de Nación y Provincia dejando pasar los despidos. O en el caso de Jujuy promoviendo los retiros voluntarios de 700 mineros de minera Aguilar como fue el acta firmada semanas atrás.
En el caso del gobierno nacional la promesa electoral de recuperar lo perdido durante la gestión macrista queda día a día como un mero slogan.
En el caso de provincias como Jujuy, donde quien fuera el mejor aliado de Macri, Gerardo Morales, continúa su segundo mandato, los despidos no cesan y no puede ser menor considerando como desde el propio Gobierno se promueven los retiros voluntarios como en minera El Aguilar, la fundidora Aguilar (ambas del grupo Glencore) o directamente se los impulsa como fue en el Ingenio La Esperanza a fines de 2017.
Los golpes al empleo asalariado registrado se cobran en mayor precarización laboral. Así sucedió en ingenio La Esperanza donde el grupo inversor Budeguer promocionado por el Gobierno y la Justicia quitó las condiciones laborales de quienes continuaron trabajando, y luego a quienes incorporó nuevos lo hizo con contratos laborales precarios. Lo mismo sucedió tras el cierre de mina Pirquitas y su reapertura con el proyecto “Chinchillas”, allí el propio Gobierno facilitó la operación del sector privado para disponer que el personal que continuó lo haga en un 73% como contratado y solo un 27% como personal estable.
Otra consecuencia de la pérdida de empleo registrado es el salto en la informalidad laboral del cuentapropismo, las denominadas “changas”, la venta informal y el trueque como se muestra en la feria de Palpalá y otras localidades de la provincia. Lo cual a su vez se refleja en la caída de tasa de desempleo por el hecho de que cada vez más trabajadores se retiran de la búsqueda de un empleo ante la falta de oportunidades laborales.
Por último, si las empresas tienen el visto bueno del Gobierno para proceder despidiendo y precarizando las condiciones laborales, también el accionar de los sindicatos termina facilitando los negocios privados. No solo por la falta de respuesta ante los despidos, sino incluso, por promover los mismos bajo la forma de “retiros voluntarios” como sucedió recientemente en minera Aguilar.
Está claro que solo con decretar la prohibición de despidos no alcanza para frenar la voracidad de los grandes empresarios. Se necesita dar la pelea en los sindicatos para que sus conducciones rompan la tregua con las patronales y los gobiernos y defiendan los intereses de los trabajadores convocado asambleas donde se vote un plan de lucha unificado de ocupados y desocupados. No queda otra. |