La aceptación de la propuesta se dio en el marco de asambleas con escasa participación. En la Departamental La Plata, una de las que cuenta con mayor cantidad de trabajadores judiciales, hubo solo 25 compañeros conectados. Esto implica una alerta que ya fuera planteada en las pocas asambleas que hubo durante el 2020, respecto a la falta de convocatoria de la conducción gremial y la poca representatividad de dichos espacios.
En las mismas, tantos las conducciones Verde/Celeste, cómo los oficialistas de JUB (El Encuentro), la presentaron como una oferta "razonable", "superadora al resto de las negociaciones", argumentando incluso, que "se acercó al propósito de igualar el aumento con el incremento de la inflación".
Lo cierto es que ello no contempla la pérdida del poder adquisitivo en los últimos cinco años, ni tiene en consideración la inflación real, que a diferencia de la oficial, llega al 55% en alimentos, combustible y servicios. Entonces, el aumento recibido queda muy rezagado de las necesidades de la gran masa de trabajadores judiciales.
Salarios, inflación proyectada y los que ganan con las crisis
En los últimos tiempos, el Ministro de Economía Martín Guzmán dio a conocer que se prevé una inflación del 29% para el periodo 2021. Este "cálculo" va a contracorriente de las estimaciones del resto de los especialistas en la materia, que ya están hablando de un 50%. Mientras tanto, los bienes básicos de consumo como la carne, el combustible o los servicios públicos han aumentando exponencialmente, perjudicando el bolsillo de los trabajadores.
Dicha proyección que nadie cree, salvo Fernández, Kicillof y sus economistas aliados, buscan condicionar las discusiones salariales de este año, imponiendoles un techo en las distintas paritarias.
Mientras la pobreza llega al 41 % de la población del país, y las escuelas y hospitales son desfinanciados (en el marco de una emergencia sanitaria), al mismo tiempo hay empresas como Mercado Libre, Edesur, Cablevisión, Coto, AGD o la famosa Vicentín, que aumentan sus ganancias de manera sideral. Y son beneficiados por el gobierno con quita de impuestos, salvatajes y pago de salarios (ATP).
Ni hablar de las plataformas que hicieron "el negocio del siglo" durante la pandemia.
Muy lejos quedaron las promesas de campaña de un Gobierno que muchos votaron como contracara del ajuste de Macri. Hoy día vemos como nuestros salarios siguen a la baja, mientras se otorgan grandes beneficios a los sectores concentrados de la economía.
Ante esto, las conducciones sindicales y las cúpulas de la CGT y CTA eligen mirar para otro lado y justificar las propuestas salariales miserables.
Unidad y plan de lucha para que la crisis no la paguemos nosotros
Es sabido que la inflación puede igualar o superar a la de 2020 con el ritmo que vienen teniendo los aumentos, en medio de una crisis económica y sanitaria que no cesa.
Por otro lado, la desocupación viene en ascenso y volvieron las enormes filas para buscar trabajo que recuerdan la crisis de los 90.
El aumento otorgado a judiciales es la muestra de una nueva caída en nuestro salario.
Lejos de aceptarlo satisfactoriamente, como sucedió en la paritaria judicial, habría que rechazarlo y preparar un plan de lucha unificado que sume las fuerzas necesarias para superarlo y también para encarar la pelea salarial del 2021. El gremio aceitero es un ejemplo en este sentido, ya que, afectando las ganancias de las agro exportadoras, obtuvieron un verdadero triunfo salarial.
Mientras el ajuste sigue avanzando, el Gobierno provincial prometió convocar a la AJB para discutir la paritaria salarial del 2021.
Pero los judiciales no somos una isla. Muy por el contrario, como hemos sostenido en reiteradas ocasiones, tenemos que coordinar con el conjunto de trabajadores. Los sectores estatales, de la educación, de la salud, tanto efectivos cómo precarizados, vienen sufriendo salarios a la baja y condiciones de trabajo precarias, en un contexto sanitario de emergencia.
Debemos unirnos en un plan de lucha contra el ajuste que nos quiere imponer el Gobierno, bajo las órdenes del FMI. Sólo por ese camino de coordinación y lucha podremos sumar las fuerzas necesarias para que la crisis no recaiga sobre nuestros bolsillos, sino sobre quienes amasan fortunas, y nunca pierden |