En el portal electrónico de la UACJ, se está dando a conocer que las y los estudiantes que no hayan realizado el pago de las colegiaturas, se les dará de baja automáticamente de los cursos del campus virtual UACJ.
Haciendo oídos sordos a la justa lucha de los estudiantes que exigen educación gratuita, las autoridades de la UACJ quieren arrebatarles el derecho humano a la educación, amenazando con que, si no realizas el pago de inscripción, se te dará de baja de las plataformas virtuales de la UACJ, medio que se está utilizando para impartir clases en el marco de la pandemia por Covid19.
Apenas en diciembre del año pasado, estudiantes de la UACJ tomaron la instalaciones de Rectoría bajo el reclamo de "Educación Gratuita para todas y todos", ya que el costo de inscripciones no bajó ni un centavo, al contrario, eliminaron el descuento de pronto pago y aumentaron las inscripciones.
Esto sin considerar que muchas y muchos estudiantes se quedaron sin empleo en el contexto de la pandemia; otros tuvieron que abandonar su estudios para entrar a trabajar y ayudar a cubrir los gastos de sus familias, cuyos integrantes perdieron sus fuentes de trabajo. Con esto, las crisis mentales y emocionales de las y los compañeros que han perdido a sus familiares que se contagian de Covid19 están a la orden del día. Este es el contexto en que el malestar por los cobros se ha ido manifestando en esta frontera.
Así pues, es mentira que las puertas de esta universidad están abiertas para todas y todos: cientos de estudiantes se quedarán sin estudiar producto de la exclusión a quienes no han podido pagar los altos costos de las inscripciones. La UACJ es y ha sido una universidad elitista, cuyo clasismo es sostenido por una burocracia que se siente dueña de una universidad que es sostenida con los impuestos de los trabajadores de este país.
En medio de las precampañas de candidaturas a diputados, alcaldes y gobernador en Chihuahua, resulta una burla que algunos candidatos ofrezcan el pago del 50% de colegiaturas universitarias a algunos jóvenes, necesitados en una acción proselitista que nada le pide al viejo régimen. Ellos optan por no posicionarse enérgicamente a favor de un derecho que incluso está plasmado en la Constitución. No está en sus planes enfrentarse a la prepotencia de la burocracia de la UACJ, antes al contrario, durante la toma de Rectoría prefirieron darle la espalda a las y los estudiantes en pie de lucha.
La educación gratuita la ganarán las y los estudiantes dando la lucha política por nuestros derechos, organizados de manera independiente de los actuales gobiernos. No se puede apelar a la buena voluntad de las autoridades, a quienes lo único que les importa en seguir llenando sus bolsillos con los recursos de una universidad pública mientras cierran sus puertas al grueso de los jóvenes.
De entre los menos que logran matrícula, una gran parte no tiene otra opción de estudios y no les queda más que estudiar y laborar al mismo tiempo en la industria maquiladora o la industria de servicios. En una situación de doble jornada que absorbe sus energías con un salario precario. Es paradójico que sean los impuestos de los trabajadores los que financien el funcionamiento de las universidades públicas y que sea precisamente a ellos a los que se les niegue el acceso a sus hijos con colegiaturas inaccesibles.
¡Por una educación Pública Laica y Gratuita!
¡Justicia para Daniel Vargas!
¡Educación Primero al hijo del obrero, educación después al hijo del burgués! |