El femicidio de Ursula Bahillo, en la localidad bonaerense de Rojas, a manos de un agente de la Bonaerense, dejó expuesto que no es un policía, sino toda la institución.
Matías Martínez, el femicida, tenía 18 denuncias por violencia de género, realizadas por otras exparejas. Entre las acusaciones se encontraba la de abuso sexual de una menor, sobrina de una expareja del policía. Por este crimen, el fiscal que lleva la causa, pidió su detención. Sin embargo, Martínez continúo en libertad, y protegido por la propia Policía Bonaerense.
Martínez es parte de por lo menos. El medio de prensa Perycia, solicitó, a través de un pedido de Acceso a la Información Pública al Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, informes sobre los sumarios por violencia de género abiertos por la Auditoría General de Asuntos Internos entre 2013 y 2020.
En siete años, según estos datos oficiales, 5966 agentes de la Bonaerense, fueron sumariados -21 de ellos trabajaban en la Comisaría de la Mujer y la Familia cuando fueron sumariados por violencia de género- ; 364 de esos casos, ya tenían medidas de sanción previas, y sobre los 5602 restantes, sólo fueron sancionados y expulsados 984. Más del 80 % de estos agentes denunciados siguen en función.
Y de los que se encuentran sancionados, a lo sumo se le pide que realice un curso en capacitación de género.
El Estado es responsable
A estos datos alarmantes, que accedimos, como dijimos a través del sitio Perycia, hay que sumar que el mismo día que Ursula era velada, el ministro Sergio Berni, junto al gobernador Axel kicillof, realizaron un acto junto a la Policía Bonaerense para entregarles patrulleros. Además de arengas a favor de los agentes de esta fuerza, nada dijeron del femicida. Nada dijeron del dolor que atravesaba a todo un país.
El dolor por una nueva vida que es arrebatada por la violencia machista. Pero también el dolor porque el Estado es responsable, por ignorar las denuncias que realizó la joven asesinada y por no poner todos los recursos del Estado para prevenir los femicidios.
Por el contrario, los defensores de femicidas y pederastas son premiados. Sergio Berni, le ofreció dirigir la Universidad Policial -responsable de la formación de los futuros policías- al abogado Miguel Ángel Pierri.
¿Quién es este abogado mediático? El defensor del cura Grassi y de Jorge Mangeri, el asesino de Ángeles Rawson.
Pierri aún no asumió el cargo que le fue designado, por los tiempos de la pandemia. Mientras tanto Berni sigue bancando a la maldita Policía. Como lo hizo ante la desaparición y crimen de Facundo Castro, como lo volvió a reiterar frente al femicidio de Ursula, cuando sostuvo, entre otras cosas, que la Policía que conduce nada tenía que ver con este caso. |