Ya se publicó el informe n°27 del equipo ICOVID Chile, grupo multidisciplinario a cargo de generar indicadores estadísticos a partir de información entregada por los ministerios de Salud y de Ciencia. En el documento se analizan los datos recopilados hasta el sábado 6 de Febrero de 2021. Los números llaman a la alerta y dan cuenta del estado de abandono y desmantelamiento en que se encuentra el sistema de salud público.
Inicialmente, en palabras de uno de los directores del equipo de investigación, Guillermo Marshall: “Se consolida por cuarta semana consecutiva la estabilización a nivel nacional, poniendo fin al aumento observado durante diciembre. Sin embargo, aún persisten cifras muy altas de nuevos casos”. Son 3.643 los nuevos casos a nivel nacional durante la última semana de testeos, es decir, 18.7 casos cada 100 mil habitantes; nivel de alerta roja.
Sin embargo, donde los datos son más preocupantes es en el ítem de capacidad hospitalaria. Según el informe, la ocupación promedio a nivel hospitalario fue de un 92,2%; el valor más alto desde el comienzo de la pandemia y manteniendo por cuarta semana consecutiva un valor por sobre el 90%.
Ante la verdadera catástrofe que se vive en el sistema de salud público, con hospitales a capacidad completa, sin un suministro constante de insumos o con casos aberrantes como el incendio del Hospital San Borja, es urgente articular un plan de emergencia realmente capaz de responder; donde no sean las y los trabajadores de la salud quienes se hagan cargo de la crisis.
Es imperativo unificar los sistemas de salud público y privado. Todos los recursos centralizados deben ser puestos a disposición de una sola red pública con cobertura gratuita a toda la población, sin importar su previsión. Todos los insumos, instrumentos e infraestructura del sector privado debe quedar a disposición de las necesidades de toda la población. Incluidos el Hospital Militar y el de Carabineros. ¡Basta de privilegios! Hay que inyectar todos los recursos que sean necesarios al alicaído sistema público.
Es importante también que todos los trabajadores y trabajadoras impulsen comités de salud, higiene y seguridad independientes en sus lugares de trabajo. Que estos organismos sean votados por las y los trabajadores en común con especialistas; que determinen las medidas a tomar para afrontar la crisis, que denuncien y exijan todas las medidas necesarias para evitar el contagio en los lugares de trabajo; en perspectiva de que la gestión del sistema de salud sea administrada por sus trabajadores y trabajadoras. Son ellos quienes saben mejor que nadie cómo funciona y qué requerimiento tienen los hospitales y centros de salud ¡Nuestras vidas valen más que las ganancias de los empresarios de la salud!
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