Hace poco más de cuatro días la cantante y compositora Mon Laferte inauguró su primer mural en Valparaíso titulado “Día uno”, la obra parte de una serie de trabajos artísticos para recuperar muros y edificios históricos. Fue inspirada en el ciclo menstrual, lo que suscitó cuestionamientos por parte del gobierno, quienes tacharon el trabajo de “individualista”.
Constance Harvey, Seremi de Cultura, Arte y Patrimonio de la Región de Valparaíso, calificó la obra de egoísta e individualista, al mismo tiempo que cuestionaba si el mural contaba con los permisos necesarios para ser realizado.
Esto abrió paso a que personajes de la derecha más recalcitrante hayan opinado, como es el caso de Patricia Maldonado -conocida pinochetista y opositora de los derechos de las mujeres- cargó críticas contra el mural inspirado en el ciclo menstrual, refiriéndose además al asesinato de Francisco Martínez en Panguipulli.
Maldonado dijo: “Me llamó la atención que algo que no tiene ningún significado, este famoso muro, le hayan dado tanta importancia (…) Yo no me opongo a que la gente salga a la calle a demostrar su arte, pero el salir con machete, salir con espadas a la calle no es un arte. El machete y el hacha es un arma mortal”.
En medio de estas críticas es que la obra de la cantautora fue dañada y vandalizada el día de ayer, ante esto, Mon Laferte, respondió con amargura y tino en sus redes sociales: “Sabia que esto iba a pasar”, escribió en sus historias de Instagram, sin embargo no perdió de vista lo que significaban estos ataques a su trabajo.
Días antes de que el mural sufriera daños, Mon Laferte, respondió a las críticas del gobierno, explicando que la “telenovela del mural” comenzó “primero con la multa”, continuó con “que a la Señora Seremi no le gustó” y, por último, “lo vandalizan”. A esto agregó: “Yo digo Chile tiene problemas reales, hablemos de las artes en las calles” colocando una imagen del reciente fusilamiento del malabarista a manos de la policía asesina del gobierno de Piñera."
Los ataques de personeros del gobierno y la derecha al trabajo artístico de Mon Laferte son expresión de una larga data de censuras y golpes al arte callejero, y también a cualquier tipo de expresión en las calles, son parte de la línea represiva, autoritaria y golpista que sostiene este Chile heredado de la dictadura.
En este sentido el arte callejero es valioso no solo por ser una fuente de trabajo para algunos si no que porque expresa abiertamente los sentires de los sectores más populares del país. Que el Gobierno quiera tener control y juicio sobre lo que se pinta en las murallas es una forma más de la represión que cargan sobre nosotros. |