Los comicios santafesinos evidenciaron la importante crisis del Frente Progresista gobernante y del régimen político de conjunto. En menos de dos meses dos elecciones arrojan sospechas sobre sus resultados, y ahora llegamos a un escenario en el que se desconoce al futuro gobernador. Nuevamente el panorama es de incertidumbre y descrédito.
El Frente Progresista asumió como un aluvión en el 2007, luego de una serie de gobiernos peronistas. Pero desde entonces fue liquidando en cuotas su capital político, porque mantuvo el grueso de la “herencia” de Reutemann”: se sostuvieron las privatizaciones, se financió la corrupta narcopolicía, se estigmatizó a los jóvenes pobres y creció el gatillo fácil, se profundizó la precarización laboral y subieron los índices de violencia de género. Las expectativas abiertas con un “cambio progresista” estallaron contra esta “realpolitik”.
Nuevos fenómenos políticos y gran crecimiento de la izquierda
Si la enorme movilización de Ni Una Menos, que colmó las plazas de la provincia, o la gran huelga de los trabajadores aceiteros expresan nuevos fenómenos sociales y políticos que surgen (y surgirán) al calor del desgaste del Frente Progresista, las elecciones del 14 de junio agregaron un crecimiento enorme de variantes que se ubican a la izquierda del Partido Socialista.
Nos referimos al Partido Ciudad Futura -que hizo una muy alta elección quedando terceros en concejales de Rosario aunque, hay que decirlo, con una campaña electoral con un despliegue económico al nivel de los grandes partidos patronales- y al Frente Social y Popular, dos variantes de lo que podríamos llamar centroizquierda o izquierda moderada, y al Frente de Izquierda. Entre las tres fuerzas se obtuvieron más del 25% de los votos en Rosario.
El Frente de Izquierda tuvo un crecimiento político y electoral cualitativo. En las elecciones superó todos los pisos históricos para la izquierda clasista: Octavio Crivaro hizo la elección a Gobernador más alta desde el 83 hasta hoy, cuadruplicando lo obtenido en 2011. A concejal en Rosario, en una elección muy reñida, obtuvimos más del 5% de los votos, con Virginia Grisolía. En el rubro de senadores por el Departamento de Rosario, la lista encabezada por Daniela Vergara logró superar el 7% y la lista de diputados provinciales, sacó más de 60 mil votos, con María Elena Molina. Además, con altísimos guarismos, Jorgelina Signa del PO retendrá su banca en Capitán Bermúdez.
Virginia obtuvo casi 30 mil votos en una elección peleadísima, teniendo solo 25 años y siendo ésta su primera elección. Siendo una estudiante y trabajadora precarizada como miles de rosarinos, empalmó con un sentimiento en sectores del movimiento de mujeres y de la juventud trabajadora, fenómeno que recién comienza. La gran elección del 14 de junio no es el techo sino, quizá, el punto de partida para el Frente de Izquierda.
El crecimiento, además, no es meramente electoral sino que se gana protagonismo a través de las luchas dadas. Octavio Crivaro fue la personalidad excluyente en denunciar el fraude en las PASO y en las generales, convirtiéndose en un referente indiscutido de la izquierda provincial, como se comprobó en el debate televisivo, donde enfrentó a las principales “espadas” de los partidos empresarios, superándolos en la polémica.
Desde el punto de vista político, por otro lado, no todo es lo mismo en cuanto al voto conquistado por las distintas fuerzas de izquierda. Para gobernador el FIT subió un 10% en relación a las PASO donde ya se había hecho una importante elección. En este caso, cada voto tiene un mérito adicional grande, debido a la polarización entre un gobierno en decadencia pero con discurso progre y una derecha misógina que habìa ganado las PASO y es vista como una amenaza por cientos de miles. Cada voto a Crivaro consideraba que realmente eran lo mismo los "progres" que los derechistas al punto tal que sabían que con los votos que iba a obtener el FIT alcanzaba para cambiar el resultado a favor del PS y pese a eso optaron por la izquierda clasista. En este marco el FIT creció en relación a las PASO. Ese sector de votos realmente independiente de todos los partidos patronales, los obtuvo solo el Frente de Izquierda, llegando a los 44.000.
A diferencia de esto, a nivel de los cargos legislativos cada votante sufragaba sin ese condicionamiento por lo que una parte importantísima de los votantes del PCF y del FSP votó a Gobernador por el PS y en menor medida por el PJ. En ese marco ni Ciudad Futura ni el FPS llamaron a votar a la única lista de izquierda a Gobernador, siendo funcionales a los partidos de los poderosos.
Un primer test: el fraude de las PASO
La "solución" que el Frente Progresista-PS encontró para administrar la decadencia de la que hablamos más arriba, fue apelar a maniobras, a manipulaciones de los resultados electorales. En las PASO, el gobierno cerró un escrutinio provisorio dejando afuera 200 mil votos, y fue solo ante la denuncia del Frente de Izquierda, y luego de otras fuerzas provinciales, que reconoció (eso sí, 48 horas tarde) este "detalle". Eso no fue un error. Esta maniobra dejaba afuera la lista del Frente de Izquierda, que sacó 39 mil votos en esa elección. En una disputa muy polarizada, queda expuesto lo estratégico que era para el gobierno provincial poder poner a un lado a la izquierda, apropiándose de esos votos para vencer al derechista Del Sel.
En la elección de concejales, además, se dejaba afuera la lista encabezada por la compañera Celeste Lepratti, cuya fuerza política, el Frente Social y Popular denunció manipulaciones que los perjudicaban. No fue el caso del Partido Ciudad Futura, que tardó 48 horas en referirse al gran escándalo abierto, pero solo para decir que hacía falta un sistema de voto electrónico, sin denunciar fraude. En los dos largos días en que el gobierno provincial buscó que se disipe la acusación de que habían secuestrado votos, se mantuvieron en silencio. ¿La disputa con otras fuerzas populares vale más que la denuncia al Estado que hace maniobras fraudulentas contra las organizaciones de izquierda? No debería ser así.
Finalmente, la lista que encabezó la compañera Lepratti superó el restrictivo piso de 1,5% del padrón que pusieron el PS, el PJ y el PRO para silenciar a la izquierda. El gobierno, y el régimen político de conjunto, pagaron un alto costo político al verse involucrados en maniobras espurias. El Frente Progresista quiso frenar su decadencia con un fraude, pero el fraude agravó su decadencia.
Escena: Fraude. Toma: 2
Luego de las elecciones generales, en la que tres listas quedaron disputando voto a voto la Gobernación, la estrategia fue otra vez sopa. Mejor dicho, otra vez fraude.
Aunque en este caso no haya sido tan burdo como en las PASO, esta vez el despliegue fue más amplio y la acción claramente premeditada.
Como explicamos sencillamente aquí, en este caso el “modus operandi” fue el siguiente: nuevamente se detuvo el escrutinio provisorio faltando contar 100 mil votos; el gobierno difundió un resultado propio que lo daba como ganador; en el sistema oficial, durante el escrutinio provisorio pudo verse que se modificaron los votos absolutos sin que cambie el porcentaje de mesas escrutadas, es decir, sin poderse comprobar a cuántas y a qué mesas correspondían esos votos. Además, el Frente de Izquierda detectó varios momentos en los que el sitio oficial del Tribunal Electoral cargaba nuevas meses mientras que los votos absolutos de algunas listas no solo que no subían, sino que además bajaban. Insólito, inédito, bochornoso.
Pero lo más grave y generalizado fue el liso y llano robo de votos. Los fiscales del PTS-Frente de Izquierda detectaron maniobras generalizadas. Por poner un ejemplo, en 83 mesas el Frente de Izquierda certificó que a los compañeros del Frente Ciudad Futura les robaron 1397 votos, ya que hay decenas de mesas con 0 votos a esta lista. Esta información que, sin mezquindad alguna, fue puesta a disposición de esta organización, al margen de cualquier diferencia política. Sin embargo los compañeros de Ciudad Futura no hicieron la denuncia sobre el robo de sus propios votos.
Tomando solamente este muestreo, más del 5% de las mesas tenía modificaciones severas, lo que habla de una actuación premeditada. Siendo que hay 2300 mesas solo en Rosario, el partido de gobierno es el único que tiene la posibilidad de modificar sustanciosamente la elección y sus resultados, dejando un manto de cuestionamiento y duda.
Además de esto, los fiscales del Frente de Izquierda determinaron que en un muestreo al azar de 291 mesas de Rosario, si se comparan las actas con lo que el Tribunal cargó, surge que al FIT no le habían contado 26 votos, a Ciudad Futura 140, al PRO 214 votos, al frente Progresista 34 votos y que el peronismo tenía 63 votos de más. Estos hechos lo vieron y denunciaron los fiscales y apoderados del PTS-FIT. Si esto es lo que pudimos comprobar nosotros, es de imaginar la cantidad de maniobras y "fraude hormiga" que se hizo con el poder del Estado Provincial y las maquinarias de los grandes partidos. Lo nuestro es solo una muestra y por eso decimos que al negarse el Tribunal a escrutar voto por voto, está convalidando todas las maniobras fraudulentas que ya se hicieron y que actúan sobre el resultado.
Aunque El Gobierno y el Tribunal Electoral, como un ladrón que se absuelve a sí mismo, previsiblemente desestimaron las denuncias y se negaron a hacer un conteo voto a voto, el Frente de Izquierda denunció todas estas maniobras ante la población y en la Justicia el Tribunal, mientras los fiscales del PTS defienden en el escrutinio definitivo la posibilidad de que Virginia Grisolía entre al Concejo.
Otras fuerzas, que representan los intereses de los empresarios, como el PRO y el peronismo, también denunciaron estas u otras maniobras, aunque como en las PASO se van a mover con "responsabilidad". Sin embargo los compañeros de Ciudad Futura y del Frente Social y Popular no hicieron lo mismo.
¿Por qué callaron?
Curiosamente, mientras la derecha y los representantes del gobierno nacional denunciaron tibiamente estas maniobras, el Frente Social y Popular y el Frente Ciudad Futura se llamaron a silencio. En el caso de Ciudad Futura, continuando con la misma actitud o posición que tuvieron durante las PASO: la defensa del resultado propio vale más que la denuncia y la labor de desprestigiar a un Estado corrupto que hace fraude contra las fuerzas que no se subordinan.
Más extraña es, por ello, la actitud del Frente Social y Popular. Modificaron drásticamente su actitud y se llamaron a silencio ante toda una serie de maniobras de las que, obviamente, es víctima la izquierda. El compañero Carlos del Frade a lo sumo, dijo tibiamente que hubo “irresponsabilidad” en el escrutinio, mientras el Frente de Izquierda denunció que hubo una responsabilidad consciente y premeditada en manipular los resultados. Tampoco denunciaron las irregularidades en la elección de concejales de Rosario. No hicieron ni una sola presentación en el Tribunal.
¿Y el 3%, Frente Social y Popular?
Pero lo que es más grave y que demuestra ser un lamentable paso en falso de la fuerza que lidera Del Frade, fue el rotundo silencio ante el piso de 3% del padrón que exige un decreto de la dictadura (sostenido en democracia) para ingresar al reparto de los cargos en la Legislatura. En el año 2011, el compañero Del Frade fue injustamente dejado afuera de la Legislatura, a pesar de tener los votos suficientes para ingresar, según el sistema D’Hondt. En aquel entonces las fuerzas del Frente de Izquierda acompañaron su reclamo y su lucha. Hoy la lista del Frente de Izquierda, que encabeza la compañera del PO, María Elena Molina, se está quedando afuera por ese mismo artilugio dictatorial. Sin embargo Del Frade y su fuerza festejan sus diputados sin denunciar esta burda artimaña. Nuevamente, ¿la defensa de los cargos propios vale más que la denuncia contra un Estado que pone sistemáticamente palos en la rueda a las fuerzas de izquierda y populares?
¿Qué izquierda para qué batallas?
La actitud de estas organizaciones ante las maniobras fraudulentas y el piso del 3% que viene de una dictadura, ha sido un lamentable y grueso paso en falso. La izquierda es una fuerza que debe luchar incansablemente en la defensa de los intereses del pueblo trabajador, frente a los capitalistas, sus gobiernos y las maniobras proscriptivas y represivas del Estado. Los que, en lugar de esto, buscan acomodarse en lugares de poder, limando la denuncia contra este régimen corrupto y fraudulento, se resigna a ser una tibia centroizquierda. ¿Es esto lo que se busca?
Por nuestra parte seguiremos esta pelea como corresponde a toda fuerza de izquierda consecuente, apoyados en lo conquistado en estas dos tandas electorales y sabiendo que una verdadera izquierda se abre paso en Santa Fe, enfrentando al Estado y los partidos patronales, y siendo parte de las luchas y la organización de los trabajadores. Se vienen las PASO de Agosto y con el orgullo de haber dado estas peleas, vamos a poner nuestras fuerzas para renovar al Frente de Izquierda con la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud. |