La pandemia dejó en la calle a amplios sectores de trabajadores. Los más golpeados fueron los precarizados, los no registrados que perdieron sus changas o contratos temporales. El gobierno ofreció para todos ellos planes de miseria como el IFE.
En la hotelería, muchos perdieron sus trabajos. Otros, en blanco, cobraron parcialmente su sueldo, que ya venía devaluado, durante el 2020. Los hoteles, muchos parte de grandes cadenas internacionales, incluso recibiendo el ATP por parte del estado, (que ya no lo está pagando) no completaron el sueldo que percibían los trabajadores. Muchas patronales se encuentran pagando el 25%. Y ahora amenazan con despedir y en algunos casos con cerrar sus hoteles. Pero ¿Cómo es la situación?
Las pérdidas son de los trabajadores, las ganancias de las patronales.
La justificación de la patronal de los hoteles es que no están pudiendo recibir turismo. Pero eso es sólo parte de la verdad. Muchas de estas patronales han embolsado millones durante largos años, a costa de la superexplotación de sus trabajadores. En esos momentos no los hicieron participar de sus enormes ganancias. Pero ahora sí quieren que se hagan cargo de sus pérdidas. Sus fortunas y la de sus hoteles la hicieron a costa de bajos salarios, y de ritmos de trabajo insoportables, como los de las trabajadoras de limpieza que cubren muchos más cuartos de lo que es posible, quedando “rotas” en pocos años.
Su plan es simple, embolsar su fortuna hasta nuevo aviso, despedir a trabajadores al menor costo, como en el Hotel Castelar, para volver a tomar a una parte (dependiendo del desarrollo de la pandemia) con menos derechos laborales, con mayor ritmo de exigencia y multifuncionalidad en las tareas. No lo podemos permitir.
¿Y el sindicato?
El sindicato hotelero y gastronómico (SUTHGRA) dirigido por Luis Barrionuevo, ha dejado pasar cada uno de estos ataques. La depreciación del salario, la precarización, y los ritmos cada vez más difíciles en el trabajo. El millonario Barrionuevo brilla por su ausencia cuando la situación de las trabajadoras y trabajadores es de total incertidumbre
¿Qué hacer?
Aunque sea una situación de emergencia en el sector no puede ser que la variable de ajuste sean las familias en la calle. Porque la emergencia no la viven los dueños sino los trabajadores y sus familias. Los hoteles que dicen que tienen pérdidas tienen que abrir sus libros contables para mostrar las ganancias de años anteriores y así se demostrará que tienen recursos suficientes para hacerse cargo del salario de sus empleados. Si en algún caso no fuera así, es el estado el que tiene que garantizar la conservación del puesto de trabajo y del salario hasta que se revierta la situación del sector.
Los hoteles, además, pueden ser adecuados y utilizados por el estado con diversos fines en relación a la salud, como muchos ya están siendo utilizados en CABA para el aislamiento de casos. Y también, ante la falta de refugios para las mujeres en situación de violencia de género, como propone el proyecto presentado por Myriam Bregman y Alejandrina Barry en la legislatura porteña. Para esto es necesario un programa integral sostenido desde el estado. Recursos hay, pero hoy se destinan al pago a los especuladores y a la fraudulenta deuda externa.
Es necesario que las y los hoteleros nos organicemos desde cada puesto de trabajo con nuestros compañeros. Denunciando la inacción del sindicato y exigiéndole que se ponga a la cabeza de un plan de lucha por todas nuestras reivindicaciones, empezando por la preservación del trabajo y el salario. Nadie lo va a hacer por nosotros. Desde el MAC (Movimiento de Agrupaciones Clasistas) te invitamos a formar parte de esta lucha. Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias.
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