Mientras el gobierno nacional intenta mostrar una vuelta a clases en condiciones de normalidad y el gobernador Kicillof busca imponer en la provincia una presencialidad "cuidada" con la connivencia de las conducciones de los gremios docentes, lo sucedido en la primaria platense pone de relieve la realidad de la mayoría de los establecimientos educativos de la provincia, situación que no va a cambiar solo con discursos de los gobiernos y las autoridades escolares , que someten a los trabajadores de la educación, a los estudiantes y familias a la vuelta a la escuela, de manera apresurada e inconsulta.
El inicio frustrado en el Normal 2 obligó a que las docentes, empujadas por las autoridades para la apertura y en muchos casos llevando tareas impresas, debieran cancelar de un momento a otro el encuentro con las y los estudiantes y reprogramar las actividades que llevarían a cabo de manera presencial hacia la modalidad virtual, encontrándose en la dificultad de comunicarse en el acto con las familias que tuvieron mayores complicaciones para estar vinculadas con la escuela durante el año 2020 y que en general tienen poco acceso a la conectividad ,por lo que tenían prioridad para concurrir a la escuela durante el período de intensificación de la enseñanza del mes corriente.
Este destrato vergonzoso a toda la comunidad educativa podría haberse evitado, teniendo en cuenta las condiciones en las que se encuentra la escuela y los problemas recurrentes en el suministro de agua que, desde hace años, como tantas escuelas de la provincia (o la ciudad), tiene la institución y por los que hace tiempo la misma comunidad educativa viene reclamando.
Es necesario y urgente generar espacios de coordinación en los establecimientos, como asambleas o las comisiones de seguridad e higiene, para que las y los docentes, auxiliares y familias tengamos opinión y podamos decidir sobre la vuelta a la presencialidad y que esta sea en condiciones verdaderamente seguras para todos y todas. |