Mientras el gobierno postergó sin razón aparente a la población que sufre de enfermedades crónicas, ya serían cerca 40 mil personas que han recibido la vacuna sin pertenecer a los grupos prioritarios definidos por el Ministerio de Salud. El caso es conocido ahora como "vacunagate chileno" emulando los escandalosos casos de Perú y Argentina.
Así lo dio a conocer el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), según las cifras publicadas este viernes por El Mercurio, en un episodio que ya está siendo bautizado como el “Vacunagate chileno”.
Las cifras indican que 9.023 personas vacunadas tienen entre 18 a 39 años, 9.071 está entre 40 a 49 años, y 17.365 entre 50 a 59 años.
Las comunas que lideran el número de vacunaciones a población que no es prioritaria vendrían siendo La Florida (2866) y Punta Arenas (2567). Mientras que en Santiago Centro y Providencia han salido a la luz denuncias por vacunación a carabineros y aspirantes a la institución, como también a miembros de las FFAA, cuyas labores han reprimir las manifestaciones contra Piñera y fueron completamente inútiles a lo largo de la pandemia.
Por otro lado, está el caso de Banco Estado (único banco estatal), en el que la institución indica haber recibido órdenes del Ministerio de salud para vacunar a sus trabajadores. Sin embargo, el mismo sindicato indicó que la mayoría de las vacunas no han sido recibidas por quienes realizan sus labores en caja o la mesa de atención al cliente, lo que abre otro cuestionamiento a las "excepciones" al calendario.
Así, un proceso de vacunación que se vendía como exitoso por Piñera, rápidamente comienza a mostrar que solo pretende salvar la vida de los millonarios y sus amigos. En ese sentido, ante el "sálvense quién pueda" de los ricos, la salida es la lucha por vacunas para todos y por la liberación de las patentes, esto está planteado como una necesidad urgente ante la catástrofe de la pandemia.
De la misma manera, hace falta la intervención estatal inmediata de todas las farmacéuticas y laboratorios, para ponerlos bajo control de los profesionales de la salud y al servicio planes racionales de producción y distribución de vacunas y testeos, en la perspectiva de nacionalizar estas empresas bajo control obrero, junto con los recursos de la sanidad privada.
El aumento de emergencia de los presupuestos de salud y educación, así como del personal sanitario para poder garantizar la vacunación y evitar el colapso de los hospitales, en base a impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, son otras medidas urgentes. |