Esa, es una de las explicaciones oficiales frente al femicidio de Guadalupe en Villa La Angostura. A pesar de que denunció tres veces a su ex por amenazas y violencia, desde el Estado ni siquiera le dieron esa posibilidad para cuidar su vida. La violencia que recorre la vida de las mujeres en múltiples aspectos queda al desnudo una vez más.

Las empresas de telecomunicaciones amasan fortunas con sus tarifazos, pero el 36% de los hogares en el país no tienen acceso a internet.

Se suma a que las mujeres, en particular las más jóvenes, sufren una tasa de desempleo del 28,5%, mayor proporción en trabajos no registrados que los varones, salarios más bajos, falta de viviendas y por lo tanto, mayor pobreza.

Todo esto es desprecio por la vida de las mujeres y esta vez el resultado es un nuevo femicidio.

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A Guadalupe la asesinó Bautista Quintriqueo, pero el Estado y las empresas que obtienen millonarias ganancias, sin inversión y a costa de la precarización laboral, son responsables.

Por eso transformemos nuestra bronca en organización, este 8 de marzo nos movilizamos en todo el país.

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