En la tarde del jueves, se realizó una importante reunión abierta de Pan y Rosas que contó con la participación de las referentes del PTS, Myriam Bregman y Laura Vilches. Más de 200 conexiones que incluyeron a alrededor de 250 compañeras se dieron cita para debatir sobre los desafíos del movimiento de mujeres en Argentina, ese mismo movimiento que viene de conquistar el derecho al aborto legal, pero se pregunta qué hacer para frenar los femicidios que no dejan de golpear cotidianamente nuestras vidas.
Participaron de la reunión Micaela Gajes, hermana de Emilse; Lucía, compañera de trabajo de Ivana Módica; Miryam, mamá de Nora, rescatada de las redes de trata.
Además, participó de la reunión Karina, tía de Isaías Luna, víctima de gatillo fácil. Hubo una gran participación de trabajadoras precarias de la limpieza, de las aplicaciones, las ferias populares, call center, gastronómicas, así como docentes y trabajadoras de la salud, junto a trabajadoras aeronáuticas, de luz y fuerza, municipales de la ciudad de Córdoba, investigadoras de CONICET. Además, hubo una nutrida delegación de estudiantes universitarias, terciarias y secundarias, entre ellas, Candela Guzmán, estudiante procesada por luchar en 2018.
Luego de la apertura que realizaron Myriam Bregman y Laura Vilches se abrió un rico debate que duró más de dos horas, donde tomaron la palabra las trabajadoras de diversos sectores para expresar la bronca y contar las vivencias de desamparo que tuvieron que atravesar como parte de la violencia machista estructural bajo el sistema capitalista.
María Belén, arrancó “yo soy estudiante y atravesé violencia familiar y de género, por eso fui a pedir que me dieran un botón antipánico. En medio del proceso, a pesar de que yo sentía miedo, me dijeron que tenía que devolverlo para dárselo a otra persona que lo necesitara más. Eso fue lo que me contestaron desde el estado”.
Candela Guzmán, soy militante de Pan y Rosas, “soy estudiante y parte de la marea verde que conquisto el derecho histórico al aborto. Como estudiantes sabemos que también nos hemos organizado innumerables veces por nuestros derechos en las facultades por la violencia machista pero también por otros. Muchas nos hemos organizado por la defensa de la educación publica con nuestras compañeras y compañeros docentes, y por el derecho de acceso a esa educación que se vio interrumpida en la pandemia. Nos hemos organizado para que las docentes cobren lo que tienen que cobrar, que los edificios no se caigan a pedazos, que tengamos agua potable. Y una de esas luchas fue la de 2018 y por eso hay 27 compañeros que estamos procesados por defender ese derecho.”
“Acá hemos hablado mucho de la justicia machista, patriarcal y clasista. Es la misma, esa justicia que no hace nada para frenar los femicidios es la misma que nos está persiguiendo y criminalizando por luchar”. Denunció que la policía persigue a las pibas que reclaman justicia como en Mendoza o lo que ocurrió en Saldán, Córdoba, donde mamás de pibas menores de edad denunciaron que la policía le saca fotos a sus hijas que participan de las movilizaciones y se las manda a las y los directivos de las escuelas de la zona, en una clara amenaza y amedrentamiento de la juventud.”
“Sería un precedente gravísimo para todos y todas las que salgamos a luchar que se siente un precedente cuando salimos a luchar como lo vamos a hacer trabajadores, jóvenes, mujeres. Tenemos grandes enemigos comunes”. Propuso a todas las estudiantes presentes que unieran sus fuerzas a la de las trabajadoras, invitando en cada lugar de trabajo y estudio, para dar un claro mensaje este 8 de marzo.
Luego intervino una trabajadora tercerizada de limpieza, quien compartió unas palabras que escribió junto a otras compañeras que “conocí hace poco pero parece que somos hermanas de toda la vida porque somos tenemos los mismos pensamientos y los mismos objetivos”. Luego leyó “Las trabajadoras de limpieza tenemos el sueldo más bajo de la provincia a nivel también.
Esto hace que a la hora de querer salir de la situación de violencia en nuestro hogar nos encontremos en un callejón sin salida. Porque con ese salario no podríamos sostener los costos que hacen a una independencia económica. Y quienes en situaciones de vida o muerte se separan, consiguen horas de limpieza en casas particulares para poder subsistir, entre otras changas. Exponiendo así a muchas horas de soledad a nuestros hijos, que se encargan de las tareas domésticas y el cuidado de sus hermanos.”
Vicky, joven trabajadora gastronómica destacó que con algunas trabajadoras del plenario, no se están conociendo ahora, sino que desde el año pasado vienen luchando juntas, y ahí hay una enorme fuerza para desplegar. Propuso hacer un video donde se expresen todas las fuerzas de quienes luchan, estudiantes que fueron parte de la marea verde, mujeres precarizadas, en blanco, tercerizadas para invitar de manera contundente al próximo 8 de marzo.
Docentes, trabajadoras estatales, de la limpieza denunciaron la ausencia de recursos cuando van a pedir asistencia estatal: “soy docentes, desocupada, tengo tres hijos. Mi ex pareja sufría de adicciones y vendió todas mis cosas, mi ropa, la de mis hijos. No tenía donde irme a vivir y terminé en casa de quien era mi compañero que se aprovechó de mi vulnerabilidad. Quedé de nuevo en cero, pero acá estoy apoyándome en mis compañeras que me enseñaron a salir juntas adelante y que si estamos unidas, podemos”.
Luego Julia, su compañera contó que el año de pandemia puso de manifiesto en como miles de docentes suplentes precarizadas se quedaron sin trabajo como ella y que cuando la acompañaban al Polo de la Mujer, se encontraron sin respuestas. "Esa es la situación de trabajadoras de limpieza, PAICOR, despedidas en la pandemia y que encima se encontraron con no poder ayudar a sus hijos e hijas en la virtualidad sin computadoras o teléfonos”.
Sostuvo que lo que pedimos las mujeres contra la violencia machista es lo mismo que piden las docentes para una vuelta segura a clases. “Se necesitan recursos, no discursos” , señaló, marcando la responsabilidad de los sindicatos para quienes las mujeres no valen nada. Por eso propuso que no sólo había que movilizarse el 8 sino “tratar de organizar comisiones de mujeres en cada escuela, con estudiantes, trabajadoras del PAICOR, de limpieza, porque desde ahí podremos sostenernos y pelear el 8 de marzo para que haya una emergencia contra la violencia de género con recursos reales.” |