En el mes de enero el Gobierno de Gustavo Melellla (aliado al Frente de Todos), se decretó un dietazo del ochenta por ciento. Mientras que a las y los docentes los quiere mantener bajo la línea de pobreza, sin condiciones edilicias optimas y sin vacunas contra el covid-19. Así quiere el gobierno que volvamos a clases.
El viernes 26 de febrero pasado, la docencia fueguina salió nuevamente a las calles, donde hubo concurridas caravanas de autos en las tres ciudades Río Grande, Tolhuin y Ushuaia. Se reflejó la desinversión por parte del Estado en educación pública.
Justamente por estos motivos, el sábado 27 de febrero pasado, en el Congreso Provincial de delegados y delegadas del SUTEF (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina) se votó por amplia mayoría paro por 48 horas.
¿Por qué vamos a paro?
Mientras la casta política de Tierra del Fuego percibe una dieta de más de $500.000, para la educación pública hay migajas.No solo en lo salarial sino también en infraestructura.
El gobierno provincial y Nacional quieren mostrar una normalidad que no hay.
Recordemos que Tierra del Fuego fue una de las provincias con mayores casos a nivel nacional y aún lo sigue siendo, con altos índices cada 100 mil habitantes y la provincia con menos vacunados.
Pero aún así, la casta política no renuncia a sus privilegios. El escándalo de las vacunas vip a nivel Nacional son una clara muestra del sálvense quien pueda.
Mientras a las y los docentes ni siquiera se los ha empezado a vacunar. Solo 13 millones de pesos fueron destinados en el presupuesto, para infraestructura en educación. Con 6 años de desinversión en la provincia, ¿alguien puede creer que este monto alcance?
Por supuesto que no, con solo pasar por afuera de las escuelas, ya se nota el deterioro, por eso el Ministerio de Educación prohíbe el ingreso a las instituciones educativas, para que nadie vea el real estado de las escuelas.
Algunas familias con las que estuvimos hablando plantearon la necesidad de que; docentes y familias se organicen porque el gobierno nos dice que está todo bien pero, la realidad lo refuta.
Luego de reuniones con directivos, hubo docentes que plantearon que, "esto es un capricho solo para que estemos dentro del aula. Ni siquiera pensaron en que después de cumplir nuestro horario tendremos que dar clases en la virtualidad".
Además para las y los docentes con riegos de salud que no podrán asistir a los establecimientos, no hay suplentes y los estudiantes tendrán que asistir igual en ese horario, aunque no tengan docentes.
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