Al cumplirse 30 años de la creación del Mercosur, el próximo 26 de marzo, Jair Bolsonaro visitará la Argentina para reunirse con Alberto Fernández. Allí se realizará una reunión de los integrantes del bloque económico.
El hecho fue anunciado por el embajador argentino en el país vecino, Daniel Scioli, quién publicó un video en sus redes sociales en el cual se escucha al propio Bolsonaro anunciar:
“El 26 de marzo voy a estar en Buenos Aires, en nuestra querida Argentina. Vamos a estar celebrando los 30 años de la creación del Mercosur. El COVID-19 causó dificultades económicas en todo el mundo. Nuestro deseo es que Argentina tenga éxito en sus negociaciones con el FMI”.
“La situación financiera de Argentina es bastante complicada. El éxito económico de los países de América del Sur y de Argentina es interesante para toda América del Sur, incluido Brasil. Será la primera vez que vamos a conversar con el presidente de Argentina. Lógicamente, tendremos una conversación reservada y públicamente vamos a tratar las cuestiones económicas de nuestros países”.
Bolsonaro viene siendo cuestionado por estas horas en Brasil, donde muchos estados se encuentran al borde del colapso sanitario por una nueva ola de coronavirus y las cifras de muertos diarias vienen batiendo tristes récords. Negacionista desde el comienzo de la pandemia, llamó “idiotas” en las últimas horas a aquellos que exigen que compre vacunas contra el covid-19.
Se trata de el mismo Presidente acusado por su política racista contra la población negra, abiertamente homofóbico y que ha venido atacando fuertemente derechos elementales de los trabajadores y que viene avanzando en la privatización de sectores esenciales de la economía brasilera. También de un personaje que reivindica la dictadura que vivió su propio país, que viene otorgando un lugar cada vez más destacado a los militares en el Gobierno de su propio país.
Si por momentos Fernández y Bolsonaro mantuvieron algunos roces verbales en los medios de comunicación, finalmente el ultraderechista Bolsonaro será recibido con honores en la Casa Rosada. Una muestra más de que pese a todos los discursos, finalmente no hay mayores problemas en el Gobierno en hacer negocios con un enemigo declarado de los trabajadores, los pueblos originarios, la comunidad LGTB o las mujeres, entre otros.
En Argentina se espera que su llegada sea repudiada por amplios sectores. | 
