A pocos días de un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, el Gobierno porteño vuelve a mostrar una vez más el eje de sus prioridades en política estatal: incorporó 700 efectivos de la Policía de la Ciudad, mientras recorta el presupuesto de la Dirección General de la Mujer.
La línea 144, que atiende a mujeres víctimas de violencia de género, incrementó durante la pandemia la cantidad de llamadas recibidas. En un pedido de informes presentado en la Legislatura porteña por las diputadas Alejandrina Barry y Myriam Bregman, en el que exigen respuestas del Gobierno porteño por el recorte de presupuesto a políticas contra la violencia de género, los datos hablan por sí solos:
“En la Ciudad de Buenos Aires no hay cifras oficiales en lo que va del año, pero sí lo son el aumento de llamadas a la línea 144, según informó el Gobierno porteño a través de su página oficial, con datos hasta el mes de junio del 2020. El ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, a través de la Dirección General de la Mujer, registró, desde el inicio de la cuarentena, un total de 19.722 llamados en la Línea 144, un 48% más en relación al mismo período del año pasado. Entre el 20 de marzo (cuando se decretó el distanciamiento social obligatorio) hasta el 31 de marzo se recibieron 2.082 llamados, con un aumento del 36% (1.551); en abril se registraron 6.191 llamados con un crecimiento del 52,3% (4.065); en mayo fueron 5.668, un 42,5% más que en 2019 (3.976); y en junio 5.781, con un crecimiento interanual del 54%".
Es decir que, durante el 2020, las denuncias por violencia de género aumentaron de manera significativa. Esto se expresa también a nivel nacional, donde hay un femicidio cada 23 horas, según el Observatorio de Políticas de Género de la Nación.
Sin embargo, el gobierno de Rodríguez Larreta no sólo no aumenta el presupuesto para políticas de defensa de los derechos de las mujeres, sino que lo reduce. El discurso de “presupuestos con perspectiva de género”, como quieren vender en los distintos gobiernos, tanto el porteño como el nacional, de Alberto Fernández, quedan en “saco roto”, cuando se pone la lupa en los números concretos, sobre el presupuesto destinado a políticas públicas y medidas concretas que afecten la vida cotidiana de las mujeres.
A fines de 2020, el incremento del presupuesto en la Ciudad para políticas de género “fue de apenas un 11, 8 nominal”, continúa el informe citado, por lo tanto, teniendo en cuenta la inflación prevista oficialmente por el gobierno de un 29%, “esto implica un recorte de 17,19 en el presupuesto de la Dirección de la Mujer”. Y esto sin tener en cuenta que la inflación real está lejos de ese 29%, sino que se estima que alcanzará durante el 2021 un 50%.
En Nación, el presupuesto "es trece veces mayor" al destinado durante el gobierno de Macri, que equivalía a $11,5 por mujer, y ahora no llega a los 150 anuales. Además, ¿para qué se utiliza? ¿Son suficientes los 14 refugios nuevos para víctimas de violencia? ¿Por qué, en lugar de crear ministerios, secretarías y organismos con lindas “chapas”, no se destina a subsidiar a las mujeres, otorgar créditos y planes de vivienda accesibles, construir cientos de refugios o utilizar las viviendas ociosas para que puedan irse de sus hogares donde las violentan?
Por el contrario, para la policía de la Ciudad el gobierno destinará para 2021 más de un 15 % del presupuesto, y ya incrementaron la cantidad de efectivos, que son los mismos que se encargan de perseguir vendedoras ambulantes y reprimir a enfermeras, como hicieron a fines del año pasado, cuando las trabajadoras de la salud se manifestaron frente a la Legislatura porteña, por ser reconocidas como profesionales y que se valore su trabajo durante la pandemia.
Por eso las trabajadoras de la línea 144 vienen reclamando hace meses. Las denuncias por violencia de género aumentaron, sin embargo, ellas continúan precarizadas, teniendo que poner sus propios teléfonos e internet para realizar el trabajo, con contratos tercerizados y salarios que promedian los $25000.
Para este 8 de marzo, miles de mujeres volverán a copar las calles para reclamar: las trabajadoras, las precarizadas, las estudiantes. Exigen un paro efectivo a las centrales sindicales. En la Ciudad, las trabajadoras de la salud vienen organizándose y movilizando desde comienzos de la pandemia, por las jornadas extenuantes y el mísero aumento salarial que obtuvieron; las docentes, junto a las familias y estudiantes, impulsado comisiones de higiene y seguridad para cuidar que estén las condiciones para un regreso seguro a clases presenciales, ya que no lo hacen desde el gobierno; las telefónicas, que pelean porque esté garantizada la conectividad que garantice el funcionamiento del botón antipánico, y deje de cobrarse víctimas como Guadalupe; las aeronáuticas, que luchan contra los despidos; las jóvenes de call centers y comidas rápidas, que trabajan con contratos basura, y se levantan por poder tener un trabajo genuino.
Desde Pan y Rosas, con la fuerza de todas ellas salimos este 8M, por un movimiento de mujeres independiente de los gobiernos,a pelear contra los femicidios, porque el Estado es responsable, por mayor presupuesto y porque no haya Ni una Menos, sin vivienda, ni trabajo.
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