Se acerca un nuevo Paro Internacional de Mujeres y como cada año, miles nos preparamos y organizamos para salir a las calles por todos nuestros derechos. Para que el paro sea activo y que todas puedan parar, es necesario que los sindicatos que nuclean a miles y miles de trabajadoras, adhieran al paro y que también realicen asambleas para debatir entre todas qué hacer.
En un año y en un contexto donde más que nunca es necesario que las docentes tengamos espacios de discusión para poder decidir, la Secretaría de Género de Suteba no llamó a una reunión ni asamblea para preparar este 8M. Esto coincide con lo que viene ocurriendo en el movimiento de mujeres en diferentes puntos del país, donde las organizaciones y sindicatos afines al gobierno, no solo abandonaron la práctica de Asamblea Feminista, si no que tenían acuerdos previos cerrados. Además, diferentes organizaciones que mientras eran oposición planteaban la responsabilidad de los gobiernos, hoy plantean un retroceso, dejando de lado esta denuncia.
Este tipo de decisiones unilaterales también se manifestó en el acuerdo salarial que firmó SUTEBA sin ponerlo a consideración de las docentes de base, que no tuvimos la oportunidad de discutirlo ni votarlo. El año pasado tampoco se votó en asambleas el acuerdo paritario. Ya es una práctica bastante común que lleva adelante el sindicato.
Algo similar sucede con el plan jurisdiccional de vuelta a la presencialidad. Mientras las escuelas no tienen las condiciones de seguridad, ni los cargos necesarios o se caen pedazos los edificios, Suteba avala el plan sin cuestionarlo, siendo que claramente es inviable respecto a la realidad y sin inversión acorde a las necesidades de las escuelas.
Somos las docentes las que sostenemos la escuela pública, las que peleamos todos los días porque la ley de ESI sea efectiva y las que vemos, también, cómo la vida de nuestros estudiantes es cada vez más precaria y su futuro más incierto, poniendo el cuerpo a la pandemia con la entrega de bolsones y la virtualidad y ahora también a la presencialidad sin condiciones, con una vacunación que aún no llega para el conjunto de la docencia y mucho menos de los estudiantes, ya iniciado el ciclo lectivo y con ejemplos como el de Jujuy, donde dos maestras murieron por Covid-19.
Necesitamos construir un Día Internacional de las Mujeres que contemple la lucha de las trabajadoras de la educación para ponernos de pie frente a los gobiernos ajustadores.
En un contexto donde la violencia machista se agrava y los femicidios no cesan, y donde vemos claramente la responsabilidad del Estado, los gobiernos, su policía y su justicia como vimos con Úrsula y Guadalupe, desde Pan y Rosas y la Agrupación Marrón Docente seguimos peleando por un movimiento de lucha, democrático, independiente, que no esté subordinado a ningún gobierno y junto a las mujeres que salen a las calles ante cada femicidio, las trabajadoras de la salud que están en la primera línea, las mujeres de Arrebeef que junto a sus compañeros luchan por sus puestos de trabajo, a las que acompañamos desde el primer día llevando nuestra solidaridad y apoyo, así como en Hey Latam donde los empresarios amigos del gobierno quieren dejar a cientos de familias en la calle, las docentes que incansablemente ponemos el cuerpo a la escuela pública.
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