Con movilizaciones, concentraciones en plazas y parques de todo el país, y un paro en algunos sectores, se desarrolló el 8M. A pesar de las restricciones, las mujeres gritaron y reclamaron contra la violencia machista y la precarización de la vida, en especial en tiempos de pandemia.
Nuevamente el grito de las mujeres se hizo sentir en todo el país. En las principales ciudades, como Colonia, Salto, Canelones y Montevideo, se realizaron importantes movilizaciones.
En Montevideo, y bajo la consigna “Contra la precarización y el control de la vida, somos rebelión y trama feminista”, la Coordinadora de Feminismos convocó a concentrarse en 3 puntos del centro de la ciudad: Plaza Independencia, Plaza de los Bomberos y detrás de la Intendencia de Montevideo. Desde allí partieron miles y miles de mujeres hacia la Plaza Libertad, punto de encuentro para leer la proclama.
Con tapabocas y distanciamiento social – organizado con telas que separaban a las mujeres unas de otras -, se marchó con pancartas contra la violencia machista, los feminicidios, el acoso callejero y la precarización de la vida de las mujeres.
Este 8M se dio en un contexto especial marcado por la pandemia y la crisis económica a nivel mundial. Miles de mujeres han perdido el trabajo, han sido enviadas al seguro de paro, han debido ajustar su economía haciendo malabares para subsistir y mantener a sus familias.
El PIT-CNT negó el paro general, la Intersocial Feminista descentralizó, pero igual se consiguió la masividad
En la última Mesa Representativa, el PIT-CNT decidió no convocar a paro de 24 hs sino dejar librada la decisión a los sindicatos. Una nueva ofensa para las mujeres, ya que, se sabe, es más difícil concretar un paro por rama o gremio que si es de todo el movimiento obrero. Una vez más, vuelven a desoir el reclamo de las mujeres trabajadoras que masivamente querían parar. Nuevamente los Pereira, los Abdala y la cúpula de la Convención se impusieron burocráticamente, y esto generó mucha bronca y repudio, como el que sucediera el mismo 8M cerca del mediodía en las puertas del PIT-CNT cuando un grupo de mujeres trabajadoras protestó por la decisión del PIT-CNT, donde se podía escuchar “que nos vengan a ver, que nos vengan a ver, la lucha feminista no la dirige el PIT-CNT”.
Tal como planteó la Agrupación Pan y Rosas en su declaración, “Parece que el Pit-Cnt no quiere que nadie le haga paro a este gobierno. Parece que la dirección mayoritaria prefiere preservar las ganancias de los patrones en vez de votar el paro que las mujeres necesitamos y reclamamos para poder luchar por nuestros derechos… Parece que no tuviéramos motivos para parar, cuando aumentó el desempleo, la pobreza feminizada, la precarización laboral y de nuestras vidas...”.
Por su parte, la Intersocial Feminista cedió ante la negativa del PIT-CNT y prefirió impulsar una campaña de videos con el lema “No nos callamos más”, y convocar a concentraciones en plazas y parques, pero superponiendo en los hechos estas actividades con la movilización convocada por la Coordinadora de Feminismos. La Intersocial se sumaba así a quienes intentaron minar la masividad de la movilización.
Urgentes son nuestros derechos: las mujeres no se achicaron, pararon y marcharon
Este 8M se ha debido sortear la negativa del PIT-CNT en convocar a un paro de toda la clase trabajadora, la desmovilización de la Intersocial Feminista, y la avanzada represiva del gobierno de derecha que ya redujo sustancialmente nuestras libertades democráticas a través del decreto que restringe el derecho de reunión, y la sanción de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que da mayor poder e impunidad a las fuerzas policiales, criminaliza la protesta y restringe el derecho de huelga.
Y vimos cómo recientemente suspendían a profesores y profesoras en San José por haberse sacado una foto con consignas contra la Reforma Vivir Sin Miedo, impulsada por el actual ministro del Interior Jorge Larrañaga. Un claro hecho de censura y persecución ideológica envuelto en una supuesta defensa de la laicidad.
Pero, contra todas estas trabas, las mujeres han podido manifestarse, y muchas mujeres trabajadoras han podido sortear el escollo burocrático que constituyen las direcciones de la Convención del PIT-CNT, y han parado y marchado.
Toda esta energía que nos da estar unidas y movilizadas, debe ser puesta para frenar el ajuste del gobierno, para enfrentar y revertir sus políticas represivas, para defender el salario, el trabajo y el sustento de nuestras familias, Y, además, para sacar a estos dirigentes de la Central obrera, no para poner solamente a mujeres, sino a aquellas compañeras y compañeros que sean verdaderamente una dirección clasista y combativa para todo el movimiento obrero.
En esa pelea militamos quienes integramos la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas.