El pasado 3 de marzo en la Mesa Representativa del PITCNT se resolvió la suspensión del sindicato policial hasta el próximo congreso de la Convención.
Este hecho, de estricta justicia, pues este sindicato nunca debería haber sido admitido en la Convención de los trabajadores, generó un revuelo de tal magnitud que logró poner en su defensa a la gran prensa, al gobierno a través del Ministerio del Interior, a buena parte de la burguesía y a la burocracia sindical.

La sucesión de “argumentos” esgrimidos por sus defensores, no hace otra cosa que poner en evidencia el permanente abandono de los principios fundadores de la unidad de los trabajadores organizados en la Convención; el irrespeto por las resoluciones democráticas que se toman y han tomado, si las mismas contradicen las políticas de conciliación de clases de la burocracia sindical y las presiones ejercidas por la burguesía a traves de distintos canales y medios para mantener la concicliación de clases en medio de la crisis económica que está afectando a centenares de miles de trabajadores de nuestro país.

Quienes firmamos esta carta pública, ex Secretarios Generales del SUATT (Sindicato del Taxi), hoy, militantes de base, jubilados o dirigentes en otros sindicatos, expresamos nuestro más firme apoyo a la resolución tomada el pasado 3 de marzo, denunciamos las presiones públicas y tras bamabalinas que se están produciendo todos los días para que los sindicatos cambien su voto y rechazamos y repudiamos todas las maniobras que se están desarrollando para revertir dicha resolución.

Sobran argumentos para que no haya vuelta atrás con la resolución.
Argumentos históricos, ideológicos, políticos, programáticos y de actitudes cotidianas y concretas.

Historicamente los aparatos represivos del Estado se han desarrollado y consolidado como estamentos garantes de la propiedad privada y de la burguesía, reprimiendo movilizaciones y huelgas, encarcelando, torturando y asesinando a militantes sindicales y sociales, no solamente en dictadura, sino también en democracia. Ejemplos sobran, pero solo nombraremos algunos.

La represión mediante las razzias en el gobierno de Sanguinetti y el asesinato de Machado en la seccional 15, joven trabajador de la construcción y estudiante, la represión a los trabajadores del SUNCA. La represión del Hospital Filtro en agosto de 1994, en el gobierno de Lacalle, con un saldo de centenares de heridos y el asesinato de Roberto Facal y Fernando Morroni. El hostigamiento, seguimiento y fichaje de los militantes estudiantiles en el 96, 98 y 2000. Represión a vendedores ambulantes, al pobrerío en los barrios perifericos, en los asentamientos. La persecusión, arresto y procesamiento a quienes protagonizaron los saqueos del hambre en 2003. La represión en el CODICEN en 2015 que tuvo como resultado varios heridos, incluso de gravedad, y casi una decena de procesados, entre ellos dirigentes y militantes sindicales de nuestro sindicato. La represión de la marcha contra UPM, la represión en Plaza Seregni, la agresión contra las mujeres en Malvin Norte, el hostigamiento a militantes prorreferendum en Mercedes y a las compas de GEM (magisterio) cuando pintaban muros por el 8 de marzo y podríamos seguir detallando.

Más allá de las diferentes vertientes que han forjado la unidad del sindicalismo en nuestro país, uno de sus principios, que perdura hasta el día de hoy, es la lucha por una sociedad sin explotados, ni explotadores. Esto significa la eliminación de la generación de plusvalía por parte de las mayorías explotadas para beneficio de las minorías explotadoras. Es el reconocimieto de que la sociedad está dividida en clases sociales y que la lucha de clases es el motor de la historia. Hechos estos que han sido y son negados públicamente por el sindicato policial.

La actitud cotidiana de los representantes del sindicato de la policia ha sido la de justificar la represión en todos los acontecimientos más o menos relevantes que han involucrado la lucha social o sindical. Su actitud es la de defender el orden establacido y eso implica enfrentarse a los trabajadores en sus menifestaciones, ya lo han hecho y lo harán.

Algunos burócratas sinciales han salido a la prensa rápidamente a tratar de defenestrar a los sindicatos que votaron la suspensión. Han esgrimido que sólo votaron 14 sindicatos, que quienes votaron la suspensión padecen de infantilismo político. Los mismos representantes del sindicato policial salieron publicamente a decir que al PITCNT lo dirige una minoría de sindicatos (hecho real pero diametralmente opuesto al que ellos denuncian). El Mismo Fernando Pereyra ha dicho publicamente que el problema fue que el sindicato de policía salió a defender la LUC, que si se hubieran callado la boca, no pasaba nada. Es decir, les dió carta blanca para el boicot a la tibia medida de intentar derogar solo 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración de la coalición multicolor y la oposición tricolor.

Se ha hecho un circo mediático sobre la posición de ADEOM, pero nada se dice que hubo sindicatos que teniendo posición de congreso, sus representantes votaron otra cosa, como el caso de FFOSE. Como tampoco nada se habla de gremios que nunca han consultado a sus bases para resolver, como es el caso de la UNOTT, pues muchos de sus sindicatos miembros no han discutido el tema ni en sus direcciones, ni en las bases y alguno ni siquiera ha realizado asambleas generales en más de 10 años.

La última asamblea general de los trabajadores del transporte, que incluyó a trabajadores de todos los sindicatos pertenecientes a la UNOTT, se realizó en el año 2000. Hace 21 años que las bases de los sindicatos de la UNOTT no intercambian opiniones, ni discuten democraticamente ni estrategias, ni formas organizativas, ni programa. Nunca hubo proceso de discusión en las bases para impulsar politicas hacia los congresos de la Convención. Sindicatos mayoritarios han impuesto en forma permanente la ponderación de afiliados y económica y hasta intentaron maniatar el voto de las minorías en los congresos.

Este es el sindicalismo que quiere a la policía en la Mesa Representativa. El sindicalismo burgués. El que se guía por el tanto tienes, cuánto vales. Hace años que la Mesa de la UNOTT no se reúne en forma completa. De hacerlo estallarían en su interior las contradicciones entre los intereses corporativos de sus principales sindicatos. Cada “representante” de la UNOTT en el PITCNT, ya sea en el Secretariado o en la Mesa Representativa, actúa por sí y ante sí. Pues cada uno representa líneas distintas y han aceptado un pacto de hecho…cada cual defender su chacra dentro de la estructura y a las bases “suerte en pila”

No son solo 14 sindicatos, ni se trata de trasnochados y nostálgicos.

Se trata de visiones y estrategias que día tras día se hacen más divergentes y que, ante el avance patronal sobre los trabajadores, atraviesan todas las organizaciones de los trabajadores.

Una que pretende sostener la paz social, la colaboración de clases, el sometimiento a las políticas capitalistas y la aceptación de los aparatos represivos en filas de los trabajadores organizados.

Otra que continúa la lucha por un mundo diametralmente opuesto al capitalismo, que lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores, que no sostiene la paz social a costa del empeoramiento del salario y el deterioro de las condiciones de vida de los explotados; que nunca quiso ni querrá a los aparatos represivos, ni a los defensores del statuquo entre sus filas.

Quienes suscribimos esta carta abierta, adscribimos en forma clara a esta última.