En el marco de las manifestaciones y la importante jornada de lucha que representó este 8 de marzo, en un país donde los feminicidios han aumentado, inclusive con un gobierno que se dice progresista, no se hicieron esperar las declaraciones de “empoderamiento femenino” por parte de mujeres que han formado parte de la vida política. Es el caso de Maricruz Montelongo Gordillo – hija de la ex lideresa “vitalicia” del SNTE, Elba Esther Gordillo – y dirigente de las Redes Sociales Progresistas, partido de reciente registro.
Parte de las declaraciones de la dirigente de las RSP estaban enfocadas a su vida dentro de ese partido, creado a partir de las estructuras que controla el charrismo sindical elbista dentro del SNTE, donde todavía se encuentran personajes afines a “la maestra”, quien en sus apariciones públicas ha declarado reiteradamente que “hace falta un relevo generacional”.
En la entrevista, donde se le preguntó cuál es la importancia del feminismo, la fundadora de RSP comentó que “ha sido un goteo lento pero constante, pues se ha exacerbado la violencia y los políticos no escuchan, por eso no son empáticos con nuestra causa, entonces si nos expresamos en las calles esto causa incomodidad”.
Ante tamaña declaración, cualquier mujer, trabajadora y/o feminista se preguntaría: ¿Ella qué autoridad se arroga o cuándo ha salido a las calles a protestar por sus derechos? ¿Se habrá manifestado en contra de la reforma educativa o por las denuncias de violación que sufrieron maestras del Estado de Guerrero a manos de la Policía Federal en 2015? La respuesta es “nunca”.
También hizo referencia a su mamá, Elba Esther Gordillo, como “víctima del machismo”, que para ella es una de las razones por las cuales la ex lideresa, acusada de corrupción y desvío de fondos, así como del asesinato del Prof. Misael Núñez, pisó la cárcel - aunque en los hechos fue prisión domiciliaria - “pues si hubiese sido un hombre, quedaría impune”, señaló Montelongo.
El feminismo no está en las RSP
En los tiempos de la candidatura presidencial del ahora expresidente Trump, se había hecho patente su postura misógina y antinmigrante. El primer día de su mandato se vio eclipsado por el potente movimiento de mujeres que se manifestó en la histórica “women’s march”, que cuestionó qué tipo de feminismo necesita el movimiento, proponiendo uno para el 99% de la población, es decir, vinculado a los sectores oprimidos y explotados.
Han pasado 5 años y ahora diversas colectivas, organizaciones, agrupaciones como Nuestra Clase o Pan y Rosas salimos a manifestarnos, por las reivindicaciones de una lucha que tiene toda la justeza y legitimidad, como mujeres, docentes, trabajadoras, estudiantes que representan más de la mitad de la población mundial.
Pero, al mismo tiempo está la lucha contra la precariedad de la vida, una causa que padecen fundamentalmente las mujeres y al mismo tiempo atraviesa al 99% de la población mundial. Maricruz Montelongo y su familia, no pertenecen a esa mayoría.
No es casual que las CEO de las multinacionales o de empresas locales se pinten de violeta, lancen productos o hagan “publicidad feminista” para atraer a nuevas consumidoras y abrir nuevos mercados. Mientras que sus representantes partidarios (aunque dentro de los partidos y sectores empresariales hay muchos ultraconservadores) aprovechan la marea violeta para ganar adeptos o reflectores políticos.
¿Qué intereses políticos tienen Maricruz Montelongo Gordillo y sus RSP? En este diario hemos publicado una serie de artículos relacionados con la conformación de este partido político, que será como el anterior “Nueva Alianza”: una expresión partidaria de un sector del charrismo sindical que controla al SNTE, la cual busca contener no sólo al magisterio a través del sindicato, sino fungiendo como una burocracia política que mantiene “a raya” la disidencia o el cuestionamiento al régimen, ahora encabezado por un gobierno que se dice “progresista”.
De la Historia hay que aprender, pues el charrismo sindical, los empresarios y sus gobiernos aprenden cómo contener y desviar posibles focos de descontento. Sus instrumentos para ello son las instituciones y los partidos del régimen.
Por eso, las y los trabajadores, maestras, jóvenes y demás sectores oprimidos y explotados necesitamos construir nuestra propia herramienta política y partidaria, que recupere las mejores lecciones de nuestras luchas en la perspectiva de cambiarlo todo, luchando por un programa obrero, antiimperialista y socialista que apunte a terminar con la opresión y explotación que padecemos las grandes mayorías.
Lo que sólo podremos conseguir mediante la movilización revolucionaria de las masas, enfrentando a los grandes empresarios, a las burocracias políticas y sindicales que defienden sus intereses, a su Estado y sus fuerzas armadas, para conquistar un gobierno obrero y campesino que resuelva íntegra y efectivamente todas nuestras demandas.
Si coincides con estas posturas o tienes alguna duda, contáctanos a través de redes sociales. Forjemos una gran corriente nacional que plantee esta perspectiva dentro del magisterio y hacia el conjunto de las organizaciones feministas y de trabajadores a nivel nacional. |