La suspensión del sindicato policial (SIFPOM) que resolvió la mesa representativa del PIT-CNT la semana pasada abrió una polémica en relación a la medida tomada.
Desde La Izquierda Diario venimos planteando a nivel nacional e internacional (como acá y acá) que los policías no son trabajadores sino integrantes de las fuerzas represivas del Estado; que no tienen que integrar la central obrera y que por el contrario los trabajadores deben plantear la disolución de esta institución al servicio de las clases dominantes.
En esta nota, más allá de nuestra posición más general sobre la policía y las fuerzas represivas, nos queremos centrar en las declaraciones que vienen dando los referentes del sindicato policial, en especial su presidenta Patricia Rodríguez.
“Decir que tenés buen diálogo con el gobierno, porque es real, es mala palabra”
Patricia Rodríguez parece indignarse porque estaría mal visto halagar o tener buen diálogo con el gobierno.
El pueblo y los trabajadores han visto cómo este gobierno, LUC mediante, busca profundizar el modelo represivo, autoritario y de control social; teniendo una mirada punitiva sobre las problemáticas sociales y propone más encierro y penas más duras.
Jamás un dirigente obrero puede jactarse de tener “buen diálogo” con un gobierno antiobrero. Desde los comienzos del sindicalismo, y más allá de la diversidad de corrientes, existen principios en el movimiento obrero organizado.
Rodríguez dice, sin ningún empacho, que el gobierno ha plasmado en la LUC muchas de las reivindicaciones de su sindicato, y parece no ver la gravedad de sus palabras: se trata de un paquete de medidas punitivas, mientras a la vez aumentan los operativos en contra de los sectores populares, se viralizan los casos de malos tratos, y la violencia policial y las fuerzas represivas se sienten a sus anchas e impunes para reprimir.
¿Con esto se siente afín la dirigente del sindicato policial?
Por supuesto que “está mal visto” simpatizar con esta política; son posturas ajenas a la tradición de la clase obrera; Rodríguez habla como una integrante de la policía, no como trabajadora, por eso puede alegrarse de que las fuerzas represivas estén mejor equipadas o tengan luz verde para actuar.
Con su discurso, Rodríguez intenta hacernos creer que el papel de la fuerza policial es proteger a la “gente de bien” y honesta. Su análisis, más cerca de un burgués que de un trabajador, esconde que este sistema económico está basado en el robo “institucionalizado” de una clase social que se apropia de lo que producen los trabajadores.
Su mirada se centra en la “delincuencia”, olvidando que esta es producto de la descomposición del régimen social y que además tiene históricas vinculaciones con el poder; aunque paradójicamente sólo son perseguidos los que se encuentran en el escalón más bajo de esa pirámide. El narcomenudeo, el que comete hurtos, los que en el campo realizan abigeato, esos parecen ser la causa de los problemas en la sociedad para la dirigente policial. Parece más un discurso de un político del régimen que de un dirigente obrero.
“No nos quieren porque somos policías”
Rodríguez se lamenta que la policía es rechazada, tanto a nivel sindical como entre importantes sectores de la población.
Es cierto; los jóvenes, los pobres, han sufrido históricamente los malos tratos, el hostigamiento y la violencia policial; de allí la desconfianza y el rechazo.
La presidenta del sindicato se queja que sectores “minoritarios” con “ideas de odio” buscan apartarlos del PIT-CNT “simplemente por defender a sus afiliados en el cumplimiento de su deber”.
El problema es que parte de su “trabajo” es apalear jóvenes como sucedió en la Plaza Seregni, como ha sucedido tantas veces a lo largo de la historia. Es lógico el rechazo casi instintivo que se puede sentir frente a la violencia estatal e institucional; y es muy positivo que en el PIT-CNT se exprese también esta posición.
No son sectores minoritarios ni con odio, aunque le cueste entender este punto a Rodriguez, son sectores que se plantan frente a la presencia en la Central de sectores ajenos al movimiento obrero y, frente a cualquier ataque, los defendemos incondicionalmente.
“Nosotros no actuamos ideológica y políticamente”
La concepción del sindicalismo que expresa Rodriguez la acerca a las posiciones del sindicalismo amarillo o pro patronal, y está en las antípodas de los documentos constitutivos del PIT-CNT.
Por supuesto que los trabajadores actúan ideológica y políticamente, porque entre otras cuestiones vivimos en una sociedad dividida en clases sociales antagónicas y existe explotación; y ante esta situación los trabajadores no son neutrales y toman posición.
Para la dirigente del SIFPOM parece que todo se reduce a una visión corporativa y de simple defensa de “las condiciones de trabajo” y todo lo demás es “pura ideología”. Estos puntos de vista serían un retroceso profundo en las concepciones del movimiento obrero organizado y casualmente coinciden con lo que esperan de los sindicatos los patrones y los políticos del régimen.
Y este es otro punto a destacar en la polémica suscitada por la suspensión del sindicato policial: se ha formado una especie de gran frente conservador en defensa de la policía, que a la vez ataca a las corrientes sindicales que democráticamente lograron esta resolución en la Mesa Representativa.
Esta especie de frente incluye desde los grandes medios masivos de comunicación (los mismos que bombardean sistemáticamente sobre la inseguridad) hasta los políticos del gobierno abanderados del control social y la represión y uno de sus voceros ha sido el ministro autoritario Larrañaga, quien se ha solidarizado con los policías.
Lamentablemente, a este conjunto de actores que salen en defensa de la policía se le suma aquellas corrientes del propio PIT-CNT que buscan rever la posición. Estos sectores, no apelan a la democracia obrera para discutir este punto (como tampoco lo hacen con otros temas), sino que operan mediáticamente, aprovechando los generosos tiempos que le dan los medios masivos conservadores, y fuerzan a que algunos gremios cambien su voto, todo para volver a tener a la policía dentro de la central.
Ratificar la expulsión del SIFPOM
A la campaña que llevan adelante los sectores más conservadores del país para que vuelva la policía al PIT-CNT, y que lamentablemente cuenta con el apoyo de las corrientes dirigentes de la propia central, hay que oponerle una campaña masiva de aquellos y aquellas que no queremos fuerzas represivas a nuestro lado; porque no son nuestros compañeros ni son trabajadores.
Los dirigentes, que actúan como burócratas, y que se preocupan por tener un buen relacionamiento con el gobierno, están operando para rever la posición.
Sin embargo las organizaciones populares, los luchadores, los trabajadores que sufren cotidianamente la prepotencia, los casos de malos tratos, la represión física, el hostigamiento o la vigilancia, saben lo que es la policía porque lo viven en carne propia.
En estas semanas mientras se escuchan las declaraciones de Rodriguez, se conocen nuevas denuncias en relación al papel represivo de las fuerzas policiales hacia sectores pobres o activistas.
Se hace necesario entonces expresar y difundir el repudio a la presencia policial en la central obrera para que esta decisión que tomó el PIT-CNT se mantenga firme. |