El ex bailarín parece haber encontrado su lugar en la política de la mano de Patricia Bullrich, a quien desde enero acompañó como conductor en la presentación de su libro "Guerra sin cuartel: terminar con la inseguridad en Argentina". En ese momento Guerra anunció que se lanzaba a "trabajar activamente en política", de la mano de la en Ministra de Seguridad del gobierno macrista. También se lo vio en las marchas de la oposición derechista en Plaza de Mayo, junto a Bullrich y referentes de Juntos por el Cambio.
Consecuente con esta cercanía, hace unos días, Guerra copió un texto que circula en las redes sociales desde hace un tiempo relatando una anécdota, en el que se rechaza el uso del lenguaje inclusivo, calificándolo de "payasada". En un hilo publicado en su cuenta oficial expresó:
“Fui a una oficina a realizar un trámite, en el vidrio había un cartel que decía: ‘Todes les abuelites serán atendides pronte (¿lenguaje inclusivo?). No me gustó y comencé a hablar con lengua de señas, obvio, no me entendían. Llamaron a otra empleada, tampoco entendía nada”. Luego agregó: “Saqué mi tablet y escribí en braile. Menos. Entonces hablé: ‘Perdone señorita pero eso es inclusión: poder entender lengua de señas, saber braille, tener rampas para sillas de ruedas, alguien para ayudar a personas con muletas, bastones’”.
“Mientras hablaba, otra empleada fue y sutilmente sacó el cartelito. Eso es inclusión. Lamento si muchos de ustedes no están de acuerdo, pero el idioma español es tan rico que no merece esta payasada”, aseguró Guerra. Y agregó: “Yo lo copié, si pensás igual, hacé lo mismo. Sí a la verdadera inclusión”. Por último, publicó el precio de una pizarra y un punzón para escritura en braille y manifestó: “¡Aquí va!, disfruten”.
Entre sus seguidores hubieron diversas opiniones, varias de ellas con críticas a su descalificación respecto al lenguaje inclusivo. Uno de sus seguidores expresó: “A mí me sorprendés. Te tenía una persona aperturista y entendido de la importancia de la cultura, sus improntas, su devenir, su derrotero. Una persona capaz de ver más allá y no alguien enojado, irónico y sin sentido del contexto histórico que estamos viviendo. Es una pena”.
Otra de las personas que lo siguen manifestó: "Muy bien Maximiliano, me indigno cuando veo u oigo palabras ‘inclusivas’. ¡Es tan rico nuestro idioma! Hablando en castellano, ¡es una bolu... atómica lo que hacen!”.
Otro seguidor publicó: “Tenés que analizar más globalmente y ver que en la Real Academia Española la mayoría de los miembros son hombres, cristos, ortodoxos y conservadores y solo hay una mujer. Son 6 hombres y una mujer...”.
Como señaló en una nota publicada en este diario la Lingüista y Régisseur, Raquel Barbieri Vidal: "Aceptar o dejar de aceptar el lenguaje inclusivo responde más a una postura política que a una lógica gramatical proveniente del conocimiento profundo de la lengua castellana y de las raíces comunes con las otras que componen la familia de las lenguas romances, las cuales son: catalán, sardo, portugués, francés, italiano, rumano, occitano, y gallego".
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La decisión de Maximiliano Guerra de "trabajar en política activa" de la mano de Patricia Bullrich, tiene sus expresiones. Vale mencionar que mientras fue director del Ballet Estable del Teatro Colón en 2017, los bailarines denunciaron la utilización del teatro para eventos privados, además de cuestionar su rol como director. La respuesta de Guerra en ese momento fue: “Si les gusta o no, es problema de ellos. Son bailarines, empleados, y tienen que hacer el trabajo que se les dice.”
El lenguaje inclusivo no es lo único que descalifica y agrede Guerra, que además de ser aliado de Bullrich, ya demostró con hechos sus concepciones respecto a las y los trabajadores. |