Esta mañana, durante la conferencia matutina, López Obrador se refirió a la renuncia del líder charro Carlos Romero Deschamps, afirmó que ahora habrá libertad sindical, y que ya no se impondrán líderes sindicales como en sexenios pasados.
"Los que quieren sustituir a Romero Deschamps están pensando de la misma manera de antes; quieren el quítate tú porque me toca a mí, quítate tú porque quiero y ya no debe haber dedazo", dijo.
De la misma forma, pidió a los trabajadores del sindicato de petroleros a que impulsen cambios para que pueda haber buenos dirigentes. Al mismo tiempo reafirmó que no hay investigaciones en contra de Deschamps.
La renuncia de Carlos Romero Deschamps fue en el marco de un discurso del gobierno de Morena en pro de la democracia sindical, diciendo que el tiempo del charrismo se había acabado, vendiendo esta premisa como justificación para la aprobación de la reforma laboral.
Sin embargo en el lugar del ex líder, ahora quedará Manuel Limón Hernández, figura vinculada al Pemexgate y afín al priismo que hasta ahora fungía como secretario del interior de la planilla de Romero Deschamps.
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Sobre el freno a la ley eléctrica, López Obrador dijo que días antes de que un juez frenara la Ley de la Industria Eléctrica, magistrados ya "le habían corregido la plana" sobre asunto parecido, "en otro asunto parecido, observándose de que no podía conceder suspensión a quien no lo solicitaba, que solo aplicaba para el que solicitaba la suspensión; entonces, es interesante porque lo que hizo este juez fue generalizar su fallo, hacerlo extensivo".
Sostuvo que la polémica generada en torno al tema eléctrico es por el anuncio de su gobierno de transparentar y corregir excesos, y abusos de toda la política de privatización.
Anunció que pronto enviará una iniciativa de reforma para impedir el resguardo de expedientes de funcionarios acusados de cometer actos de corrupción porque en el sector público el robo es una violación a los derechos humanos.
Suman 27 suspensiones de la ley eléctrica, lo que mantiene paralizada la aplicación de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, misma que le da prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la distribución de energía, quitando privilegios a las empresas privadas, sin embargo dicha ley avanza tibiamente en el camino de lograr la soberanía energética, dejando intacta la producción privada de energía y sin un plan de transición hacia energías renovables.
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