Castilla señaló, en el micro abierto celebrado en la plaza Universitat antes del inicio de la movilización, la responsabilidad del gobierno "progresista" y el de la Generalitat en los problemas que han llevado a miles de jóvenes como él a salir a las calles estas semanas.

Recordó el papel del mismo Aragonés en la elaboración de una de las leyes de externalización más ofensivas de los últimos años.

Ha terminado con un llamamiento a la CUP a que no diera apoyo al siguiente govern de ERC, de JxCat o de cualquier partido de los que gobiernan en favor de los intereses de las grandes empresas.

Un día más tarde, ayer domingo, se hacía público el preacuerdo de ERC y la CUP para investir a Aragonés a finales de esta semana.

Un acuerdo secreto del que sólo se han filtrado algunas generalidades como el refuerzo a la atención primaria o abordar la emergencia habitacional. En el terreno democrático se mantendría la vía de negociación con el Estado que defiende ERC y se propone un nuevo embate en forma de referéndum. Sobre el orden público solamente una suspensión temporal del uso de foam hasta que se establezcan protocolos claros.

El acuerdo tendrá que ser ratificado o no por las asambleas de la CUP el próximo miércoles. El debate en redes y en la izquierda catalana se prevé encendido ante el nivel de rebaja y capitulación al que ha llegado la dirección cupaire.