El 22 de febrero del presente año, adultos mayores en Ecatepec recibieron la primera dosis de la vacuna Sinovac contra el Covid-19. Debido a la catástrofe sanitaria que enfrenta la población trabajadora y la esperanza que representa la vacuna para sobrevivir a la enfermedad, ese primer día acudieron miles de personas al Centro Cultural y Deportivo las Américas, Ecatepec, que fue una de las sedes de vacunación.
La situación en el Estado de México no es menor, es la entidad con el mayor número de defunciones acumuladas por Covid-19 (confirmadas con prueba PCR) y segundo lugar en contagios acumulados, solo por debajo de la Ciudad de México.
Los adultos mayores se formaron hasta cinco horas para ser atendidos, cargando sobre sus espaldas toda la cadena de injusticias que van desde la visible incapacidad y la mala organización de las autoridades del municipio hasta el acaparamiento de vacunas que han realizado los países del capitalismo central (comandados por el poder imperial de los EEUU), la mala estrategia del gobierno federal (que nunca pudo contener el contagio) y la menos visible guerra comercial entre las farmacéuticas por colocar sus productos contra la Covid-19.
Se sabe, por ejemplo, que en los últimos meses los países más ricos (el 14 % del total), han acaparado el 53 % de las vacunas más efectivas, lo que ha ocasionado escenas absurdas como el hecho de que Canadá ya compró vacunas suficientes como para aplicarlas al menos cinco veces a su población, mientras que los 70 países más pobres apenas podrán vacunar a 1 persona de cada 10 durante 2021.
Hoy, Guillermo Villa de 85 años, se dio cita a las 8:00 am para recibir la segunda dosis, atendiendo la fecha de su comprobante de vacunación contra la Covid-19, sin embargo, después de formarse alrededor de una hora, llegó Daniel Jiménez, quien se presentó como encargado del Deportivo y les dijo a quienes estaban ahí formados (200 personas aproximadamente) que no había vacunas, que estuvieran pendientes en las redes sociales.
Guillermo Villa refiere que el mes pasado le hablaron por teléfono un día antes para avisarle que tenía que presentarse a recibir la vacuna, esta vez nadie la avisó, tuvo que asistir a la sede que le fue asignada.
José Luis Alomía, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, había anunciado que las 200 mil vacunas Sinovac que arribaron el sábado 20 de febrero al país, serían para Ecatepec, que según la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, contabiliza que el municipio tenía un total de 115 mil 96 personas mayores a 65 años, a las cuales se les estaría aplicando la vacuna.
“¿Cuándo se nos aplicará la segunda dosis?, ¿cuánto es lo máximo que puedo esperar para que la vacuna sea efectiva?” Son preguntas que Guillermo se hace.
Si bien el proceso de vacunación despierta esperanzas colectivas en la población, el acaparamiento de las vacunas por parte de las grandes potencias y los intereses de las grandes farmacéuticas representan un obstáculo para satisfacerlas.
El tratamiento antiviral con remdesivir en EEUU tiene un costo de 3.120 dólares, las versiones genéricas en India son de 587 y 792 dólares, en contraste, su producción ronda los 9 dólares (ya con beneficio). Este ejemplo da muestra de las monumentales ganancias que están en juego para las farmacéuticas, que oponen las necesidades colectivas a su lucro privado.
Es por ello que países como México, experimentan el limitado alcance de la vacunación que es comandada por las farmacéuticas de capital norteamericano, europeo, chino y ruso, cada una de las cuales se disputa la colocación de sus productos en los mercados nacionales, sin importarles la vida más que sus ganancias.
A esto se suman los escasos recursos que el gobierno ha destinado para combatir la pandemia. El presupuesto de egresos de 2021 hizo un aumento de 16 millones de pesos para el rubro de salud, llegando a 145 mil millones; sin embargo, esto no tiene comparación con lo que se destina al pago de la deuda, que para este mismo año será de 541 mil millones de pesos. Una total desproporción.
Este escenario, abre la necesidad colectiva de luchar contra el acaparamiento imperialista y estos intereses privados, que no hacen sino agravar la crisis sanitaria. Esta lucha de las y los trabajadores debe tener como uno de sus ejes el aumento al presupuesto a salud, basada en el no pago de la deuda pública, para hacerle frente a la pandemia, así como la liberación de las patentes de la vacuna, para que se priorice la vida antes que las ganancias. |