De Congreso a Plaza de Mayo, la convocatoria en el marco del Día Mundial del Agua denunció la alianza de los Gobiernos con los sectores que saquean y contaminan este bien común y natural.
Con verdurazo, sentada y marcha a Plaza de Mayo, Argentina se sumó a las acciones por el Día Mundial del Agua. Se trata de un punto cada vez más crítico en el país, no solo por la falta de infraestructura que garantice el acceso al agua potable, sino por la profundización del modelo extractivista de saqueo y contaminación. En distintos puntos del país, como Mendoza y Bahía Blanca, sumaron sus reclamos y denunciaron que corporaciones, Estado y Gobiernos son responsables. En Córdoba la Policía de Schiaretti reprimió y detuvo a una activista.
Tras una sentada ante el Congreso de la Nación por parte de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que nuclea a organizaciones socioambientales y de izquierda, y otros espacios como EcoHouse y Jóvenes por el Clima, una masiva manifestación de varias cuadras dirigió la protesta a la Plaza de Mayo para señalar la responsabilidad del Estado en el avance de megaminería, fracking y agronegocio y repudiar la represión a pueblos y activistas, así como el racismo y el accionar persecutorio sobre comunidades indígenas, como ocurre ahora mismo en Chubut.
“Sabemos que solo la lucha y la movilización del pueblo, la juventud y la clase trabajadora pueden derrotar esta ofensiva de saqueo y contaminación”, expresó Nicolás del Caño, diputado nacional del PTS-Frente de Izquierda Unidad, que este lunes presentó su proyecto contra la megaminería. Junto a otros referentes del espacio como Gabriel Solano (PO) y Mónica Schlotthauer (IS), Del Caño fue parte de la movilización junto a sus compañeros y compañeras de la Juventud del PTS.
En la convocatoria, BFS sostuvo que “el agua vale más que todo” y reclamó por “otra forma de hacer, en armonía con lo que rodea, donde las comunidades deciden qué, cómo y cuánto producir”.
La jornada había comenzado con un verdurazo de la Unión de Trabajadores de la Tierra, que en un comunicado aseguró que 5.3 millones de personas en la Argentina no tienen agua potable en sus viviendas y se perjudica a las familias campesinas, mientras hay “captación desmedida del agua para represas, megaminería y agronegocios”.