Durante febrero y marzo del 2020 en Concepción se dieron una serie de protestas en el marco de la revuelta iniciada el 18 de octubre a lo largo del país. Es en este contexto de manifestaciones se produce una sucesión de enfrentamientos entre la primera línea y FFEE en dependencias de la Universidad de Concepción (UdeC), cuyo rector aludiendo a “daños en su infraestructura y medios de transporte”, presentó una querella criminal contra quienes indicó como "los responsables".
Según la investigación de la Fiscalía, el 6 de septiembre del 2020 la PDI allanó y detuvo a 12 jóvenes, los cuales pasaron a prisión preventiva con más de 90 cargos en su contra. Los seis menores de edad son derivados a un centro del SENAME en la comuna de Coronel, mientras que cinco mayores de edad son llevados a la cárcel El Manzano de Concepción y un último joven es dejado en libertad.
Las diligencias realizadas por familiares y amigos, las diversas intervenciones de organizaciones y la presión de la gente en las calles exigiendo la liberación de las y los presos de la revuelta, dan resultado y los 6 menores de edad consiguen revertir la prisión preventiva quedando con arresto domiciliario, pero no así los compañeros mayores de edad que continúan en la cárcel El Manzano hasta el 5 de diciembre, momento en que cambian las medidas cautelares por arresto domiciliario total, mientras continúa la investigación del Ministerio Público.
Francisco Henríquez Elgueta, joven de 23 años, es uno de los 11 imputados en el caso UdeC, que ahora se encuentra con arresto domiciliario mientras dure la investigación, a través de una breve entrevista cuenta cómo ha sobrellevado estos meses privado de libertad.
Al comenzar Francisco habla de sus motivaciones que lo impulsaron a salir a manifestarse durante la revuelta de octubre “30 años represión, la salud deficiente, los sueldos miserables, esforzarte mucho por una cantidad de plata que no te alcanza para vivir dignamente, no te alcanza para comprar las cosas necesarias, suben la luz, suben los arriendos, suben el pasaje, suben todo y los sueldos siguen miserables, siempre”. Agrega que el acceso a la educación es prácticamente imposible para la ciudadanía menos privilegiada del país “La educación es inalcanzable para una persona clase media o clase media baja. Es muy difícil estudiar en este país por el simple hecho que es muy caro”.
Nos contó sobre su dura estadía en la cárcel y toda la problemática emocional y social que conlleva enfrentar este severo proceso. “El paso por la cárcel fue muy duro, no lo admitía, no me sentía bien, de un momento a otro que te encierren en un lugar donde hay otro tipo de mente, personas que no están con tus ideales, si te apoyan pero no están con tus ideales realmente como tus compañeros". Con respecto a la lucha que se dio por su liberación junto a diversas organizaciones señala que “Supe la lucha que estaban dando por la liberación de nosotros, el aguante que estaban dando, las marchas, las rifas que estaban haciendo, contactándose con abogados haciendo todo lo posible para que nosotros saliéramos de la cárcel”.
Otro tema que se debe mencionar es el papel que ha jugado la Universidad de Concepción en el proceso, donde se ha cuestionado profundamente su rol en el caso, pues mantiene íntegramente la querella criminal en contra de los 11 jóvenes. “La UdeC quiere infundir un miedo entre las personas, está haciendo esto para hacer creer a la que gente que el sistema funciona pero, es un sistema nefasto que solo encarcela a la gente pobre y a los que se levantan contra el mismo, un sistema al que no le importa al pueblo, que lo está tratando de oprimir”. Recalcando que la Universidad está siendo parte de esta misma línea de represión, “y lo que hace la universidad es el papel de criminalizar al pueblo, y no apoyar al pueblo”.
Comenta cómo ha afrontado el arresto domiciliario en medio de la crisis sanitaria y económica más grande del últimos tiempo, donde cada día debe hacer frente a una serie de problemas en los distintos espacios de su vida señaló que “diariamente me enfrento a muchos problemas, primero a mi ámbito de salud, me detectaron una arritmia cardiaca, y tengo que tratármela, pero no puedo estar saliendo todos los días, porque estoy con arresto, tengo que pedir permiso a Fiscalía para ir en un horario y día específico a sacar una hora para atenderme. Y si no alcanzo perdí la oportunidad, teniendo que pedir permiso para otro día”. En segundo lugar detalla las dificultades que le impiden llevar su rol como padre “me afecta mucho también porque yo soy papa de un niño de tres años y no lo puedo ver, no puedo darle la cantidad de plata que él necesita, porque no puedo trabajar”, mencionando las nulas posibilidades laborales o académicas estando privado de libertad: “quería sacar mi cuarto medio, pero tampoco puedo estudiar porque estoy con arresto domiciliario. Esas cosas son las que me afectan cotidianamente”, afirmó.
Aprovechó esta entrevista para enviar un mensaje a las personas que continúan manifestándose y enfrentando la represión en las calles, por parte de las policías y las leyes represivas que han sido aprobadas con el objetivo de criminalizar y desviar la protesta social, reconociendo la importancia de mantenerse movilizados. “No hay que rendirse nunca, no hay que dejar las calles porque no se va a conseguir nada, si nos rendimos ahora, lo único que vamos a lograr es que ganen los ricos, los poderosos y el Estado, y eso no nos conviene. Lo que tenemos que hacer es ganar nosotros, el pueblo. El pueblo es el que tiene que vencer pero para eso todos tienen que salir a luchar, los trabajadores de la salud, educación, y estudiantes, todos unidos, porque así nos van a escuchar”, manifestó Francisco.
Para finalizar, les deja un mensaje de aliento a las y los presos por luchar que continúan en los distintos recintos penitenciarios a lo largo del país: “Que no se rindan, que no cambien su mentalidad, porque aquí afuera vamos a seguir con la lucha, vamos a seguir presionando al gobierno para que haya un exhorto político para los presos de la revuelta, para que todos los que fuimos a las marchas y que estamos en procesos de investigación o estamos privados de nuestra libertad nos favorezca. Porque nosotros no somos delincuentes, estamos peleando por los derechos de todos y eso no va cambiar, por eso no hay que rendirse nunca”. |