Una pesada herencia
A pesar del paso del tiempo, las consecuencias de la última dictadura militar en el país aún se siguen sintiendo en la espalda de cada uno de los laburantes y estudiantes. Temas como la precarización laboral y una deuda estatizada son parte de la herencia que nos dejó aquel gobierno militar que tenía como objetivo imponer un plan de ajuste y condiciones laborales a la baja a la clase trabajadora que, no está de más decir, venía de protagonizar grandes sucesos como el Cordobazo. No fue casual el golpe tan sangriento de la dictadura desapareciendo a mas de 30.000 compañeros mediante el terrorismo de Estado que fue la única respuesta que le encontró el régimen a la organización y a las luchas de los trabajadores junto a los estudiantes, que desde el Cordobazo venían protagonizando un verdadero proceso de cuestionamiento a todo este régimen podrido, que no se resignaban a pagar un ajuste, como el Rodrigazo, y que salieron a enfrentar al gobierno y a las burocracias sindicales. Esa es la generación que asesinó y desapareció la dictadura.
Ningún gobierno hasta el día de hoy, peronista o radical, buscó dar marcha atrás con esta herencia. Por el contrario, se afianzó aún más. Un claro ejemplo se puede ver en el gobierno del ya fallecido Carlos Menem, profundizando la avanzada neoliberal del imperialismo y el gran capital contra los laburantes, no solo en materia de precarización y flexibilización laboral y desempleo, sino también en la implementación de leyes anti educativas como la Ley de Educación Superior (LES), un intento de arancelamiento, privatización y desfinanciamiento estatal de las universidades públicas. Luego, pasando por la “década ganada”, el macrismo y hasta el día de hoy, se siguen manteniendo.
¿Qué pasa con el resto de los centros de estudiantes?
Por eso es llamativo que la gran mayoría de los centros de estudiantes de la Unsam no llamen a movilizar a las calles contra la impunidad de ayer y de hoy.
Los centros de estudiantes del IDAES, Humanidades, Artes y Política y gobierno, conducidos por las agrupaciones José Marti, MUI, La Cámpora y Somos Unsam, ni siquiera convocan a una asamblea para que sean los estudiantes los que decidan qué hacer de cara al próximo miércoles. Agrupaciones que supieron apoyar a un gobierno que bajó los cuadros de los genocidas, que levantaban las banderas por los derechos humanos gritando Nunca Más, ahora se llaman al silencio. Mientras, siguen habiendo represiones a los trabajadores que se organizan por sus puestos de trabajo, la policía sigue encubriendo a femicidas y se sigue priorizando el pago de una deuda impagable. A su vez, la derecha parece envalentonarse en sus movilizaciones, mostrando a la luz del día bolsas negras con los nombres de algunos referentes por los derechos humanos, entre otros tantos.
Desde el Cecyt se hizo un llamado de movilizar toda la universidad, estudiantes junto a organizaciones por los derechos humanos, a los trabajadores en lucha por sus puestos de trabajo y reclamos salariales, como Arrebeef, Hey Latam, los que se encuentran desocupados y sin vivienda como las familias de Guernica, salir todos juntos a pedir por justicia por Facundo Castro y todos los casos de gatillo fácil que lamentablemente se hace moneda corriente en los barrios y en la persecución a los jóvenes,
A un año de la pandemia, la crisis económica y social se profundizó. Movilizarse este 24 de Marzo, reclamando en contra de la impunidad de ayer y de hoy, por la apertura de los archivos de la dictadura, en contra de la casta judicial que defiende los intereses de las grandes patronales pero también en contra del pago a una deuda ilegal y fraudulenta se hace esencial. |