El día lunes se esperaba un gran anuncio por parte del gobierno luego del anuncio del cierre de casi toda la región metropolitana y la prohibición de entregar permisos temporales durante el fin de semana.
El alto número de contagios y muertes que se están produciendo estaría obligando al gobierno a endurecer las políticas restrictivas pero con ese pretendido equilibrio de no frenar la economía.
Pero esta política está generando estragos en miles de familias trabajadoras que han perdido sus seres queridos al ritmo de, como lo señalaba Matamala el fin de semana, un accidente de avión diario.
Teniendo esto en consideración, y luego de ver que el paquete anunciado por el gobierno no sería suficiente, los presidenciables de la derecha, Joaquin Lavin (UDI) y Mario Desbordes (RN), anunciaron que entregarán una propuesta de robustecimiento de los beneficios sociales para complementar la propuesta de gobierno.
Hace solo días Lavin había puesto sobre la mesa un posible retiro de fondos de la AFC (Seguro de Cesantía) aun cuando hay decenas de miles de trabajadoras y trabajadores que usaron sus fondos debido a la ley de (des)protección al empleo y hoy no tienen fondos. Por otro lado, Desbordes ha insistido en la necesidad de un “bono grandote” que se le pueda entregar a la mayor cantidad de personas sin tener muchos requisitos. Ambos buscan evitar un tercer retiro del 10% pero no por el agujero previsional que este genera, sino porque es necesario para mantener a flote el fondo de las AFP.
Hasta ahora la mayoría de los anuncios hechos por el gobierno no son más que una versión 2.0 del primer paquete. Un IFE extendido, un bono “clase media” un poco más flexibile y un préstamo blando. Todas estas medidas fueron duramente criticadas el 2020 por las diversas dificultades que presentaban para las familias poder hacer uso de ellas.
Ahora, un año después el gobierno, insiste en entregar beneficios “focalizados” especialmente para que sea difícil acceder a ellos y así ahorrar para quienes realmente son su prioridad: Las empresas. |