A más de una semana de las detenciones, por el caso “golpe de Estado”, de algunos golpistas como Jeanine Áñez, dos de sus ex ministros y unos pocos ex mandos militares, Rómulo Calvo, presidente del reaccionario comité cívico pro Santa Cruz había convocado, este jueves, a una reunión de todo el bloque opositor en un intento de re articular un bloque contra el MAS frente a lo que califican como “persecución política”.
Sin embargo, Calvo se quedó solo porque importantes líderes de la oposición, hoy devenidos en alcaldes y gobernadores luego de las elecciones regionales del 7 de marzo, rechazaron la invitación alegando, en varios casos, que tienen “una agenda ocupada”.
El primero en rechazar la invitación fue el recién electo alcalde de Cochabamba, el ex Capitán, Manfred Reyes Villa que más bien optó por hacer gala mostrándose públicamente, junto al nuevo gobernador también recién electo, Humberto Sánchez del MAS, donde señalaron que van a “aportar por la unidad de Cochabamba y también para trabajar en paz”.
En la misma línea, también rechazaron la invitación a la cumbre de los cívicos, el nuevo alcalde de La Paz, el “negro” Iván Arias (ex ministro de Obras Públicas del gobierno de facto de Áñez) así como el nuevo alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández. A la negativa también se sumaron el recién electo gobernador del Beni y el alcalde de Trinidad, quienes además tampoco asistieron al cabildo convocado en Trinidad el lunes pasado. Este rechazo provocó el “desconcierto” y la molestia de Calvo ya que sin la participación de estas autoridades de los gobiernos locales correspondientes a los departamentos del eje troncal del país, se pincha el intento de re-armar el bloque golpista.
Por su lado, Eva Copa -ex senadora y militante del MAS- que arrasó en votos y es la nueva alcaldesa de El Alto con su nueva alianza politica Jallalla, también rechazó la invitación señalando que no se va a sentar en la mesa con alguien que “trató a mi pueblo de bestias y animales” frente al abierto racismo que desplegaron estas instancias y particularmente Calvo.
Esta situación llevó a que Calvo tenga que oponer, a sus ya dos fracasadas convocatorias de aglutinar a los opositores, un plan B que consiste en una invitación, al presidente Luis Arce Catacora, para llevar adelante una “Cumbre cívico-política” con el fin de “dialogar” y “pacificar el país”.
De esta manera Calvo, en un reciente encuentro de cívicos en el Departamento del Beni, señaló que “(...) le pedimos al Gobierno que ponga en su agenda una cumbre cívico política que busque pacificar este país, procurando dar soluciones a las necesidades del pueblo, sin entrar en confrontaciones ni enfrentamientos”. La bajada de tono de los comités cívicos, poniendo paños fríos a sus amenazas de movilización y de paros cívicos, ahora se expresa en el pedido a Arce de que se ocupe de retomar una agenda que vele por “la reactivación económica y la lucha contra la pandemia”.
Así, el escenario político queda configurado por múltiples contradicciones, ya que si bien las fuerzas que participaron en el golpe y el conjunto de la derecha han logrado institucionalizarse en el Estado, gracias al MAS y conquistando importantes plazas en los gobiernos locales luego de las elecciones regionales, ese mismo triunfo es el que alimenta las divisiones dentro del bloque golpista entre quienes pretenden gobernabilidad y las alas más duras de la derecha golpista concentrada en los comités cívicos del oriente. Estas tensiones son las que dificultan a la oposición sus intentos de poner en movimiento una nueva asonada callejera.
Si bien la derecha está débil en estos momentos, no significa que no busquen recomponerse y que se estén preparando para una nueva arremetida si las detenciones dejan de estar dirigidas a funcionarios de “segundo orden” y pasan a los artífices centrales del movimiento golpista de los cuáles ninguno hasta ahora ha sido detenido y algunos ya están en el exilio.
Para los cívicos, la reunión que fracasó, tenía como objetivo conformar un coordinadora contra las “persecución política”, por eso Calvo dijo que aunque quiénes rechazaron su invitación no tienen vulnerados sus derechos por ahora “pero de ocurrir seguramente tocarán la puerta de los cívicos”. La debilidad del conjunto opositor para oponer alguna defensa solida frente al Gobierno, ha terminado arrastrando a la reaccionaria Iglesia Católica que a través del pronunciamiento del Monseñor Centellas de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) exigió impunidad para los masacradores y negaron que haya existido un golpe de Estado en Bolivia.
Ellos actúan, como testigos fieles de la reunión organizada por ellos mismos en la Universidad Católica Boliviana, reunión en la que, bajo el manto de la negociación, se desplegaba a todo vapor la conspiración golpista. Sin dudas, que la afirmación de inexistencia de golpe y exigencia de impunidad, es también buscando eximirse por su responsabilidad “espiritual” en los crímenes de lesa humanidad. Las declaraciones de la CEB lejos de contribuir al fortalecimiento de las posiciones golpistas y derechistas, solo han terminado exponiéndola a ella misma ante los ojos del pueblo trabajador.
Las debilidades de la derecha, pero también las debilidades del mismo gobierno expresadas en las elecciones regionales y en ese voto por “el mal menor” del 55%, empujan a ambos polos al centro y a la negociación. La mayor dificultad para el MAS es la existencia de un profundo sentimiento y exigencia de justicia en amplios sectores del pueblo pobre y trabajador, lo que lo lleva a tener que avanzar muy tímidamente en los procesos, a riesgo de que alguna detención sensible pueda provocar la unidad del bloque golpista.
Mientras el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó en medios de prensa de que existirían órdenes de aprehensión contra Camacho con el fin de calmar las exigencias de las víctimas de las masacres y de sectores populares, la Fiscalía departamental de Santa Cruz al ser consultada sobre esta orden de aprehensión afirmó no tener ninguna. Así mismo, el ministro de Justicia, Iván Lima, en una entrevista con María Galindo de Mujeres Creando, aseguró que el 4 de mayo las nuevas autoridades electas tomarán juramento de sus cargos sin problemas, dejando entrever con esto que no tocarán a Camacho siendo éste una pieza clave en el golpe además de haber declarado abiertamente que su padre fue el que pagó sobornos a policías y militares para consolidar el mismo.
Todo esto pone en evidencia las fuertes tendencias a la negociación tanto desde el MAS como desde sectores de la derecha donde se mete presos a algunos para garantizar la libertad de los pesos pesados.
En este escenario, fluido y cambiante, y de una profunda polarización política, es urgente que las y los trabajadores, los sectores populares, el movimiento campesino e indígena, así como el movimiento de mujeres, de las disidencias sexuales y la juventud precarizada avancemos en dar pasos unitarios para enfrentar esa derecha reaccionaria y contra los intentos de conciliación desplegados por el MAS y que solo pueden llegar a buen término garantizando la impunidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el golpismo.
Es por todo esto que debemos prepararnos y para ello es urgente empezar por recuperar nuestras organizaciones sindicales, vecinales y comunales de las manos de las burocracias sindicales y de los movimientos sociales que no dudaron en pasar del MAS al golpismo y del golpismo al MAS. Necesitamos organizar la voluntad de lucha de la juventud y de los sectores avanzados de las y los trabajadores para poner en pie organismos de autodefensa para estar preparados ante cualquier asonada derechista que no podemos descartar y cuyos tiempos dependerán en gran medida de los ritmos en los que se combinan la crisis económica con la pandemia. |