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En esta oportunidad, Christian Rath es el principal encargado de sostener la confusión sobre el Frente Único en un nuevo artículo publicado en Prensa Obrera nro. 1369, sin poder responder a las principales cuestiones planteadas en nuestras respuestas (que se pueden leer acá y acá).
En primer lugar, habíamos señalado que el PO se negaba a una discusión seria sobre el programa del FIT con las organizaciones que recientemente habían manifestado su apoyo, llegando al absurdo de sostener sistemáticamente que estas organizaciones tienen un acuerdo completo con el programa del FIT cuando ellas mismas dicen que se referencian críticamente en corrientes como el evomoralismo y el chavismo, y algunas incluso también en Syriza y Podemos.
Nuestra propuesta de “iniciar una práctica común y un debate profundo y serio sobre el programa del frente” había sido catalogada, nada más ni nada menos, que de “arbitraria”. Sin embargo, el PO no puede esgrimir ningún argumento serio sobre el tema, relegando el programa del FIT como una cuestión secundaria.
¿El PO está revisando la esencia del programa del FIT?
En el mismo número de Prensa Obrera pero en otro artículo, firmado por Alejandro Guerrero (donde se dedica a despotricar contra el PTS y a atacar a la periodista Adriana Meyer que apoya al Frente de Izquierda y que recientemente ha sido parte de los intelectuales y docentes que se han pronunciado por una fórmula unitaria “Altamira-del Caño”), tal vez está la respuesta que Rath no se atreve a dar sobre la discusión de programa.
Dice Guerrero: “respecto de la incorporación a las listas de candidatos procedentes de organizaciones que se han adherido recientemente al Frente de Izquierda, la periodista se atreve a sostener que, según el PO, esos compañeros ‘no ocupan puestos expectantes’, como si su inclusión fuera un acto de demagogia. Por el contrario, esa inclusión responde a una concepción de lo que debe ser un frente revolucionario antiimperialista en nuestro país.”
Si esta fuera la posición del Partido Obrero entonces el confusionismo sobre Frente Único que vienen sembrando tendría más sentido y se clarificaría su posición, por otro lado, no sería la primera vez que hace propio el programa del frente único antiimperialista. Pero de ser así, también el PO se estaría oponiendo al programa del Frente de Izquierda que ha sostenido hasta la fecha.
Frente Único y “Frente Único Antiimperialista”
El “Frente Único Antiimperialista” (FUA) fue una táctica desarrollada originalmente en las “Tesis Generales sobre la cuestión de Oriente” de 1922 por la III Internacional. En las mismas se intentaba dar respuesta al crecimiento de los movimientos anticoloniales que se proponían resolver la cuestión agraria y conquistar la independencia nacional.
En este marco, las “Tesis de Oriente” planteaban la táctica de FUA, que consistía en un bloque de todas las clases que se oponían al imperialismo, incluyendo acuerdos circunstanciales con sectores burgueses nativos, siempre señalando claramente la necesaria independencia organizativa y política de la clase obrera, en especial de los Partidos Comunistas dentro del FUA.
Cabe aclarar, que el FUA como táctica hacia las colonias y semicolonias estaba orientada a que la Rusia revolucionaria, el primer Estado Obrero de la historia, se pusiera a la cabeza de los movimientos de masas que se desarrollaban en aquel entonces contra el imperialismo. Por eso, las “Tesis…” señalaban que “la reivindicación de una alianza estrecha con la República proletaria de los soviets es la bandera del Frente Único Antiimperialista”.
Dicho esto, las “Tesis” partían, por un lado, de la incapacidad de la burguesía de llevar hasta el final la lucha antiimperialista, por otro lado, de la debilidad que tenía en esos países la clase obrera y los PC’s. En este marco, no definían claramente cuál sería la “mecánica” de la revolución y la relación entre las tareas de la independencia nacional y la revolución socialista. La clase obrera no era señalada explícitamente como la única clase capaz de llevar hasta el final las tareas nacionales de la revolución.
En aquel momento (1922) la lucha de clases no había dado el veredicto sobre estos problemas, faltaban aún las lecciones estratégicas de la lucha real para dar una conclusión definitiva. Estas llegarán recién en 1927-28 con la experiencia hecha en la Revolución China, las insurrecciones de Shangai, la de Cantón, y la derrota provocada por la traición del Partido Comunista Chino y la Internacional Comunista controlada por Stalin.
Sobre este debate recomendamos especialmente el artículo de Juan Dal Masso, “La lucha antiimperialista, la tradición marxista y la teoría de la revolución permanente”. Lo que sí queremos señalar aquí es que sobre la base de aquellas lecciones de China Trotsky generaliza la teoría-programa de la Revolución Permanente, que había desarrollado previamente y comprobado en la Revolución Rusa.
Partiendo del rol contrarrevolucionario de la burguesía “nacionalista” china, Trotsky plantea como conclusión que en los países de desarrollo burgués atrasado, y en particular de las colonias y semicolonias, la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional solo se puede dar bajo la dirección de la clase trabajadora encabezando una alianza con los campesinos y sectores populares oprimidos.
Esto a su vez, lo plantea en abierta contraposición a la política del stalinismo en China, que se valió del apoyo al partido nacionalista chino (Kuomintang) para llevar a la derrota la revolución, bajo el argumento de que se trataba de una primera etapa donde la clase obrera no estaba llamada a dirigir.
Trotsky no se quedó ahí, sino que incluso en su exilio en México, dio cuenta también del desarrollo de los nacionalismos burgueses en Latinoamérica, en torno al fenómeno del cardenismo; elaboraciones que se encuentran disponibles compiladas por el CEIP.
El planteo de Trotsky en La Revolución Permanente no hizo más que confirmarse durante el siglo XX, en innumerables procesos. En nuestra región, en los procesos, como por ejemplo, Bolivia del ’52, Chile del ’73, o Uruguay del ’73, la no existencia de un partido revolucionario y de hegemonía de la clase obrera como caudillo de la nación, al decir de Trotsky, dieron como resultado procesos revolucionarios derrotados.
Si el planteo de Alejandro Guerrero publicado en Prensa Obrera representa al PO, un mínimo de seriedad implicaría dar cuenta de esta discusión y sobre todo saldar cuentas con el programa del FIT que dice lo contrario.
Una vez más sobre el Frente Único y frente político-electoral
Volvamos al artículo de Rath, tratando de darle algún tipo de coherencia al debate desandando el confusionismo teórico del PO.
La segunda cuestión que omite responder el artículo de Rath es el por qué de la absurda comparación que hace Solano, en el artículo anterior con el que ya polemizamos, del Frente de Izquierda con el Partido Comunista y la socialdemocracia (SFIO) en Frente Popular Francés en los ’30. Para colmo Rath da esta comparación como un hecho y nos pregunta: “¿Qué nos quiere decir aquí el PTS: que los acuerdos electorales del Frente de Izquierda sirven al reformismo (socialdemocracia) y perjudican a los revolucionarios?”
No nos cansaremos de repetirlo: ¿qué tiene que ver un frente de independencia de clase como el FIT, con un frente popular y con el PC y la socialdemocracia que Trotsky consideraba “expropiadores políticos del proletariado”? Nada, pero el PO insiste en esta comparación increíble.
¿Qué quiere decir el PTS?, pregunta Rath. Queremos decir nada más ni nada menos que lo que decía el propio Trotsky en los ’30, por ejemplo, al SAP (Partido Socialista Obrero de Alemania) sobre la política de una lista electoral común del “frente único” PS-PC.
Decía Trotsky: “La idea de presentar a las elecciones presidenciales un candidato del frente único obrero es una idea fundamentalmente errónea. Solo se puede designar a un candidato sobre la base de un programa preciso. El Partido no tiene derecho a renunciar a movilizar a sus partidarios y a contar sus fuerzas en las elecciones. Una candidatura del Partido, que se oponga a todas las demás candidaturas, no puede constituir, en ningún caso, un obstáculo para un acuerdo por los objetivos inmediatos de la lucha con otras organizaciones.” (Y ahora? ) Como se puede ver, Trotsky distingue claramente entre el frente electoral (programa preciso) y el frente único (acuerdos por objetivos inmediatos de la lucha).
Llevado a ejemplos locales, esta lógica de distinguir entre un frente electoral y un frente único es la misma con la que el PTS, por un lado, impulsó sin sectarismo (como el que tuvo el PO) el Encuentro de Atlanta para intervención en la lucha de clases (y solo mientras cumplió efectivamente un rol en la lucha de clases) donde uno de los convocantes a este encuentro era la corriente del “Perro” Santillán; y por otro lado, frente a la propuesta de incorporar a esta misma corriente al Frente de Izquierda, señalamos que es necesario avanzar previamente en una práctica común y discutir muy seriamente el programa del FIT, porque de hecho Santillán tiene otro programa referenciado en el evomoralismo.
Como vimos, mientras que en Alemania en los ’30 lucha a brazo partido por la política de Frente Único a la que se negaba tajantemente el PC, Trotsky alertaba al mismo tiempo contra el error de proponer una candidatura común con los reformistas.
¿Por qué? Por el hecho de que “los acuerdos electorales suelen servir, por regla general a los reformistas”, mientras que el frente único sirve a los revolucionarios porque se trata de “acuerdos prácticos de cara a acciones de masas, por objetivos de lucha”. Es decir, donde los revolucionarios tienen las de ganar en el marco de una experiencia común de lucha porque pueden convencer sectores de masas en (y con) su propia acción contra los capitalistas y su Estado. La alternativa a esto es la autoproclamación como “dirección”, peligro que está muy lejos de serle ajeno al PO, y esto cualquier lector que siga a la izquierda argentina lo sabe.
En resumen, lo que está diciendo Trotsky cuando defiende el Frente Único con la socialdemocracia pero se niega a un frente electoral con ella, es lo contrario a lo que señaló Altamira, cuando dijo que “La defensa del Frente Único es la gran delimitación estratégica y de principios”. Para Trotsky el frente único no es una estrategia sino una táctica y se encargó en múltiples oportunidades de dejar bien claro esto frente a quienes sostenían lo contrario, al tiempo que defendió la táctica de frente único contra todo tipo de “izquierdismo” infantil o autoproclamación burocrática.
La cuestión de la estrategia y una comparación muy poco seria
Como señalábamos, estos reparos los ponía Trotsky para Alemania en los ’30 cuando luchaba contra la negativa stalinista al Frente Único para enfrentar al fascismo. Pero el PO ni siquiera pone el centro de la discusión en Alemania, sino en la Francia del ’34-’36 donde el stalinismo había dado un giro de 180 grados pasando de la negativa al Frente Único a plantear una unidad acrítica, no solo con los reformistas sino también con un sector de la burguesía imperialista.
Acá llegamos a la tercera omisión de Rath. Casualmente en su respuesta no hace ninguna referencia a los métodos, a las tareas que para Trotsky tenían los “comités de acción” que proponía en Francia en los ‘30. Recapitulemos.
Solano, en el artículo anterior, decía: “Trotsky llamaba a desarrollar comités de acción de frente único en la campaña electoral (Adónde va Francia). En esto consiste la política socialista en el terreno electoral.” Es decir, los “comités de acción” serían especies de comités electorales a favor del frente único entre el Partido Comunista y la socialdemocracia.
Ahora Rath dice: “León Trotsky, en este texto, señala: "las masas, por su voto y su lucha, quieren derribar al Partido Radical; los jefes del Frente Único, por el contrario, aspiran a salvarlo". León Trotsky no separa el frente electoral del frente práctico; llama a convertir el uno en el otro.”
De esta forma, diciendo que Trotsky “llama a convertir el frente electoral en frente único” trata de correrse del incómodo lugar donde Solano había dejado al PO, y parcialmente nos da la razón cuando nosotros decíamos que “La cuestión consistía en cambiar el terreno de la intervención del frente único, de las elecciones a la lucha de clases…”
Sin embargo, para Trotsky no se trata como dice Rath de un “frente práctico” en general, sino que le señala tareas bien precisas. Pero el PO se cuida de no decir una palabra sobre las tareas y los métodos que tenían que adoptar los “comités acción” para Trotsky porque no tienen nada que ver con los que Solano y Rath les atribuyen. A saber: “creación de la milicia obrera, el armamento de los obrero, la preparación de la huelga general” (¿A dónde va Francia?)
Es decir, los “comités de acción” no eran para Trotsky comités de campaña electoral por un gobierno de “Blum (PS)-Cachin (PC)” como sugiere el PO, sino “aparatos de lucha” y de poder obrero frente al avance del fascismo y para “expropiar” a los “expropiadores políticos de los trabajadores” como llamaba al PC y a la socialdemocracia.
Más confusión, ahora con “gobierno obrero”
Como si fuera poca la confusión sobre el Frente Único, el PO incorpora la confusión sobre la táctica de “gobierno obrero”. Dice Rath: “¿El PTS ignora que Trotsky planteó, en oposición al Frente Popular francés, el frente único del PS-PC -¡el gobierno Blum (PS)-Cachin (PC)!- y la formación de comités de acción para luchar por ese gobierno obrero transicional? (Trotsky)”
No, el PTS no lo ignora, el que parece ignorar (o querer ignorar) en qué consiste la táctica de “gobierno obrero” es el PO. Esta cuestión ya la hemos discutido con Rath anteriormente cuando el PO llamaba a votar por Syriza en el 2012.
En aquel momento Rath apelaba a las resoluciones de la III Internacional pero omitiendo el sentido que tenían y recortando la parte de sus resoluciones que referían a la estrategia para conquistar el gobierno obrero y donde planteaba que: “el nacimiento de un gobierno verdaderamente obrero y el mantenimiento de un gobierno que desarrolle una política revolucionaria, debe llevar a la lucha más encarnizada y, eventualmente, a la guerra civil contra la burguesía” (Resolución sobre la táctica de la Internacional Comunista)
Por lo tanto sus tareas, las del “gobierno obrero” eran “casualmente” muy parecidas a las que plantea Trotsky para los comités de acción. La III Internacional consideraba que el programa “más elemental” de un gobierno obrero “debe consistir en armar al proletariado, en desarmar las organizaciones burguesas contrarrevolucionarias”. Obviamente en su momento Rath también recortó esta parte en sus citas.
Ahora omite las partes del planteo de Trotsky sobre el FU y los “comités de acción” que no encajan y no permiten seguir desarrollando la confusión, pero la intención es la misma. Se trata de fundamentar la visión electoralista y evolutiva, por llamarla de alguna forma, que viene desarrollando el PO de “gobierno obrero”. Una visión oportunista y por sobre todo poco realista, como se lo demostró Syriza. Según el PO, Syriza podía llamar a un “gobierno de izquierda” como puente hacia un “gobierno obrero”. Como vemos la realidad demostró lo contrario, Syriza formó gobierno con ANEL (partido de derecha nacionalista) y actualmente está arrodillándose ante la Troika.
Aquella misma visión donde se diluye el peso de la estrategia en la lucha de clase es la que ahora se pretender trasladar también a la concepción de Frente Único.
La autoproclamación del PO y el “frente único” consigo mismo
El final del artículo del PO, es realmente desopilante, dando a entender que el planteo de “comités de acción” que hiciera Trotsky en los ’30 tuvo su equivalente en el acto del PO en el Luna Park de finales del año pasado. “Como lo planteó el Partido Obrero –dice Rath- cuando convocó a un Congreso del movimiento obrero y la izquierda -¡un frente práctico que el PTS saboteó al oponerle la candidatura electoral de Del Caño!”
De esta forma llega al colmo de la autoproclamación y desliza el trasfondo de todo este confusionismo sobre el Frente Único: el PO opina que todo frente único que no reconozca de antemano el liderazgo del propio PO y de Jorge Altamira estaría dirigido casi contra los intereses históricos de la clase obrera.
Esta parece ser una de las claves para entender el derrotero que viene siguiendo el último tiempo el Partido Obrero, el cual demostró con su negativa a las sucesivas propuestas unitarias que hicimos desde el PTS (que pueden leerse acá, acá y acá), pero no solo. Ni siquiera consideró necesario contestarles a los intelectuales y docentes extrapartidarios que apoyan al FIT que proponían una candidatura unitaria “Altamira-del Caño”, incluso ahora ataca en su periódico a una de las reconocidas periodistas que firmó aquella propuesta.
Si esto no es suficiente demostración, solo falta ver la composición de la lista que presentan. Su nombre “unidad”, es una especie de oxímoron, ya que no solo surge del rechazo a una lista unitaria con el PTS, sino que en la misma, Izquierda Socialista no cuenta con ninguna cabecera importante en las listas, más allá de la de Córdoba, que hubiese tenido en el acuerdo unitario, y una de las nacionales (Vicepresidencia), cabe recordar que en nuestra propuesta de unidad le ofrecíamos una de las tres cabeceras nacionales, la de Parlasur nacional.
Conclusión, el FU para el Partido Obrero es un “frente único” del PO con el PO.
La liviandad absoluta en la discusión teórica se ve no solo con el Frente Único sino también cuando señala en su periódico, como quien no quiere la cosa, que en realidad ellos defienden el “frente único antiimperialista”, que está en oposición al programa del FIT. Todo en función de justificar el divisionismo. Lo que muestra esto es el preocupante encierro sobre sí mismo en el que se encuentra actualmente el Partido Obrero, justamente en momentos donde tenemos por delante un desafío enorme hacía sectores de masas.
Renovemos y fortalezcamos el FIT con la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud
La estrategia electoral del PO, a la que se ha sumado IS, viene consistiendo en centrar sus ataques contra los principales candidatos del PTS. El divisionismo se muestra a cada paso, como cuando tres días antes de las elecciones a gobernador Altamira viaja a Mendoza para hacer un “acto de cierre” (con 100 personas) sin invitar al PTS, principal partido del FIT de la provincia, y tampoco a la principal candidata del FIT, Noelia Barbeito, que obtuvo más del 10% de los votos a gobernadora. O cuando el PO e IS realizan un acto divisionista en Córdoba antes de las elecciones provinciales sin invitar al candidato a Vicegobernador y compañero de fórmula de Liliana Olivero, Hernán Puddu, ni a la actual legisladora del FIT en Córdoba, Laura Vilches, por “ser del PTS”. Y lo que es aún más grave, negándose a conformar el FIT en la provincia de Salta, lo que nos lleva a un enfrentamiento electoral por fuera de la elección interna que favorece a los partidos patronales y conspira contra el enfrentamiento al piso proscriptivo del 1,5% que fue bandera del FIT desde sus inicios.
El tipo de actitudes divisionistas que viene teniendo el PO, donde la preocupación principal es el propio aparato desligado del movimiento de masas, van en contra, ya no solo del PTS, sino del Frente de Izquierda en su conjunto.
Mientras tanto el “Perro” Santillán quién según el PO había jurado por los “principios del socialismo” encabezó a un grupo de su corriente en una agresión física contra la columna del PTS-Jujuy, bajo el aberrante "argumento" de que el PTS no podía participar de la marcha por el aniversario del asesinato de Maxi y Dario porque… había participado de la marcha contra la violencia contra las mujeres (#NiUnaMenos) en Jujuy, de la que participaron de 10 mil mujeres el 3 de junio pasado.
Es necesario superar el divisionismo y la vieja “vida de pequeños círculos”. Hay que hacer como en Mendoza que es lo que nos llevó a lograr una elección histórica con más de 110 mil votos. Tenemos que renovar y fortalecer el FIT con la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud, que es la que puede hacer verdaderamente poderoso el programa del Frente de Izquierda, esto es lo que estamos expresando y lo que expresarán las listas del PTS en el FIT encabezadas por Nicolás del Caño y Myriam Bregman en estas elecciones. |