El gobierno de Biden mantiene al menos a 15 mil menores de edad no acompañados que intentan alojarse en territorio estadounidense en lo que va del año, tan solo en el periodo que comprende del 28 de febrero al 20 de marzo se habla de más de 11,000 niñas migrantes detenidos lo cual es una cantidad superior a la de todo el mes pasado.
Una aparte de los detenidos (cerca de 5 mil) se encuentra en el servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, mientras que la gran mayoría de los niños se hallan en el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
A pesar de que diversas organizaciones tanto de Derechos Humanos como de los migrantes, así como una diversidad de medios independientes y oficiales manifestaron su preocupación por las condiciones de resguardo a las cuales son sometidos miles de detenidos, mediante la publicación y circulación de variedad de fotos en dónde se perciben instalaciones precarias y verdaderas condiciones de hacinamiento, la nueva administración de la Casa Blancas no ha garantizado ni siquiera un trato digno hacia los pequeños que, en su mayoría, huyen de condiciones de pobreza y violencia.
Por su parte de las autoridades del gobierno de Estados Unidos se intentaron justificar diciendo que la anterior administración había desmantelado o atrofiado considerablemente el sistema de inmigración del país por lo cual es necesario para ellos tiempo para reconstruir y así poderle dar un mejor trato a todos los migrantes que intentan ingresar al territorio.
A pesar de lo anterior, las decisiones de las administraciones inmigratorias no tienen ni un rasgo de humanidad, por ejemplo, se habla de 600 menores que han sido retenidos por más de 10 días e incluso en algunos centros de detención los menores han pasado en promedio 136 horas en el organismo, lo cual supera el límite de 72 horas que marca la ley estadounidense para darle una resolución favorable a las víctimas.
Todos los indicadores y pronósticos para el período inmediato hablan de un aumento considerable del flujo migratorio entre los cuales sin duda está una parte considerable de pequeños menores de edad que intentan cruzar la frontera para buscar una mejor vida.
Tanto las imágenes de los centros de detención como las cifras crecientes de personas retenidas en la frontera con México hablan de una continuidad de las políticas racistas y de control de flujo migratorio por parte de las autoridades estadounidenses.
Si bien la nueva administración se distanció en el discurso xenófobo de Trump en campaña, durante los primeros días de asunción al poder del nuevo mandatario, la realidad para los miles de migrantes que siguen llegando a su territorio no ha cambiado en lo más mínimo por lo cual se hace imperiosa la necesidad de la organización y la defensa de sus derechos dentro y fuera del territorio norteamericano. |