En la Universidad de Costa Rica, el problema de cupos es un problema estructural. Cada año, ingresan nuevas y nuevos estudiantes, que se suman a las y los miles de estudiantes que ya pertenecen a la Universidad. Para el estudiantado en general, los cupos y los cursos disponibles suelen ser bastante insuficientes, por lo que siempre quedan estudiantes a quienes se excluye de cursos. Es un problema que se viene dando de manera constante, pero eso no significa que se deba naturalizar el faltante de cupos. Hay que denunciar este problema.
La matrícula para el I ciclo del 2021 comenzó el pasado sábado 27 de marzo. A unas cuantas horas de haber comenzado la matrícula, comenzó también la escasez de cupos. Y ya para el segundo día de matrícula, hubo una ola de demandas insatisfechas de matrícula, las cuales también se manifestaron en comentarios y memes en redes sociales y también en distintos chats de carreras, donde era evidente la preocupación y la molestia por la situación de cupos.
Esa fue la situación a la que se tuvieron que enfrentar estudiantes de Física y Meteorología, algunas de ellas requiriendo matricular cursos que son anuales y que incluso les son necesarios para graduarse pronto. También la alta falta de cupos estuvo presente en carreras como Ingenierías, Enfermería y Filología.
A quienes tienen carne C1, la Universidad les ha recibido no tan cordial como se podría haber imaginado. La Universidad les recibe mostrando su modelo universitario elitista, excluyente y antidemocrático, pues, además de no haber podido votar en las recientes elecciones federativas, se encuentran con una alta falta de cupos, tanto en Generales como en sus respectivas carreras. La población de primer ingreso suele enfrentarse a una serie de problemas como cupos y becas, que peligran su permanencia dentro de la Universidad.
Por otro lado, hay muchas personas que requieren matricular 12 créditos para poder mantener la beca universitaria. En caso de no lograr la matrícula de 12 créditos, la Oficina de Becas pone a disposición un lapso de tiempo para realizar la justificación de carga académica, para que la beca no se vea afectada. Sin embargo, ya de entrada sabemos que la beca no alcanza; a esto se suma que en ocasiones la justificación de carga académica no es aceptada, por lo cual la beca es rebajada.
Además de la gran falta de cupos, muchas veces los horarios son limitados, especialmente al hablar de Sedes y Recintos y de horarios para estudiantes madres, padres y estudiantes que trabajan, que requieren horarios nocturnos.
Por parte del sector en interinazgo, muchos y muchas docentes estuvieron en condición de desempleo en el período de diciembre-marzo. Para el I ciclo del 2021, muchos y muchas docentes han sido contratados con pocos cursos, en algunos casos, con 1 curso, lo que implica que se mantienen en precarización laboral, a la vez que se reducen los cupos para el sector estudiantil.
Por último, la preocupación por mantener la beca y por la falta de cupos, muchas veces ocasiona que la salud mental del estudiantado de agrave. Irónico que mientras la Universidad use el slogan “la salud mental importa”, a la misma vez mantiene un modelo universitario que da paso a una crisis de cupos, a rebajas en becas que ya de por sí no alcanzan, y que mantiene precarización laboral del sector en interinazgo.
Desde Organizate, nos parece necesario que el movimiento estudiantil pelee contra todos los ataques a la educación y contra los ataques a la clase trabajadora. Necesitamos pelear por más presupuesto universitario, pero también por una redistribución del mismo, de la mano con el no pago del préstamo con el Banco Mundial, para que ese dinero sea destinado en resolver nuestras demandas estructurales. El presupuesto universitario debería destinarse en becas que sean un derecho, no un privilegio ni un beneficio, y que puedan cubrir los costos reales que implica la vida universitaria.
También el presupuesto debe destinarse en otorgar plazas a quienes en este momento se encuentran en condición de interinazgo. Con esas plazas se estaría solucionando el problema de estabilidad laboral de este sector, pero también en abrir más cupos, cursos y más apertura a opciones distintas de horarios, como por ejemplo horarios, dando solución a las demandas estudiantiles para que ninguna persona sea excluida, pues es irónico que mientras estudiantes no encuentren cupo, docentes estén desempleados o con un solo curso para impartir –teniendo repercusiones en su salario-.
Hacemos un llamado al resto de las agrupaciones de izquierda y a las asociaciones de estudiantes, a que nos sumemos a articular una campaña por la exigencia de más cupos, que puedan abarcar a toda la población estudiantil que lo requiera.
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