A unas 200 millas del territorio argentino existe una línea que separa las aguas argentinas de las internacionales. La “Zona Económica Exclusiva” que determina los límites del mar argentino, hace tiempo dejó de ser exclusiva.
Esa línea divisoria es continuamente atravesada por buques extranjeros para pescar sin un permiso otorgado por el Gobierno Nacional. Países como China, Corea, Portugal y España cruzan ilegalmente la línea divisoria y pescan toneladas de calamar, merluza, langostinos y abadejo. Toneladas de pescado que equivalen a US$ 2.000 millones al año.
Este negocio indiscriminado se dio a conocer gracias al video que tuiteó Enrique Piñeyro, un piloto de línea, el 31 de enero, temporada de pesca del calamar Illex argentines. Luego de la gran repercusión del video que cosechó 200.000 visualizaciones, Piñeyro organizó un vuelo con 30 periodistas para sobrevolar la zona de pesca ilegal.
El piloto declaró al diario Clarín que “de los buques que están declarados, que tienen el AIS (Sistema de identificación automática) encendido, una especie de transponder —como en los aviones para identificar posición—, no coinciden para nada con el número de embarcaciones que vimos. Decirte que hay una cuarta parte de lo declarado es mucho. Todo el resto es ilegal”.
El modus operandi se repite: los buques apagan la identificación, y así no son identificados cuando cruzan la línea. Lo hacen de noche para no ser reconocidos. Se estima que los barcos tienen la capacidad de pescar 50 toneladas de calamar por noche y que son 400 las embarcaciones que depredan los recursos que pertenecen a nuestro país. Según Greenpeace, la superficie y el fondo del mar ya mostraba signos de agotamiento por la sobre explotación de recursos en 2019.
Esta práctica no es para nada nueva, ya que ningún gobierno intentó frenar el saqueo. Pero sucede algo peor: la depredación aumenta año a año. Pyñera cuenta que “Hace 40 años que vuelo y estoy viendo que lo que anteriormente era una ’manchita’ ahora es una ciudad. Estas cosas sólo pueden pasar si nadie controla. Hasta ahora nadie hizo nada. Ojalá que todo esto sirva para que se tome la decisión política de asignar presupuesto y logística para poder detectar, primero, controlar, después, y sancionar, por último. Es posible decomisar todo, secuestrar los barcos. Si no hay control, es ’piedra libre”.
Hoy se cumplen 39 años de la Guerra de Malvinas, por lo que es preciso hacer hincapié en lo que sucede en estas islas: Gran Bretaña explota los recursos ictícolas de manera ilegítima desde el año 1986. Según Juan Augusto Rattenbach, secretario ejecutivo del Museo Malvinas, hoy en día esta actividad representa más del 90 % del total de las exportaciones, generando ingresos anuales de al menos US$ 500 millones.
La pesca ilegal y sin controles mueve sumas millonarias. Según el Global Financial Integrity, se trata del sexto negocio criminal más lucrativo del mundo, con ganancias que se encuentran entre los u$s 15.000 millones y los u$s 36.000 millones. Pero además, esta práctica representa una amenaza a la conservación del ecosistema y a las especies marítimas, ya que no se toman medidas de conservación de las mismas: la pesca indiscriminada no permite que la flora y la fauna marítima se regeneren. |