Junto a esta nota te recomiendo ver "Recuerdos del Mendozazo" una entrevista a Nora Moyano, militante setentista y Gabriela Scodeller, historiadora. Y el capítulo "Entre velas y barricas" del libro “El Mendozazo: Herramientas de rebeldía”, realizado por el Colectivo Fantomas y editado por Ediunc.
En 1972 Mendoza se ponía a tono con el proceso revolucionario que vivía el país y el mundo. El planeta se conmovió por el Mayo Francés, la Primavera de Praga y la guerra de Vietnam. Cruzando la cordillera, los trabajadores chilenos pusieron en pie los cordones industriales, el fenómeno más avanzado de auto organización de Sudamérica. En Argentina, el Cordobazo abría una situación revolucionaria y hería de muerte a la dictadura de Juan Carlos Onganía. Las réplicas llegaban a Mendoza tres años después ya bajo la presidencia de Agustín Lanusse.
Obreros, maestras, estudiantes y vecinos protagonizarán en abril de 1972 un levantamiento que hasta el día de hoy espanta a la burguesía y a sus escribas. Aquella gesta pasó a la historia con el nombre de Mendozazo. El atropello de la dictadura de Lanusse que aumentó un 300% las tarifas eléctricas se combinó con varios meses de distintos procesos de lucha que llevaban a cabo los trabajadores y estudiantes. Según Roberto Vélez:
∙ Los obreros del cemento en una combativa huelga junto a sus familiares, bloquearon el camino de acceso a las fábricas para impedir el «carneraje» organizado por la patronal.
. Los maestros mendocinos que venían luchando desde 1969 por reivindicaciones vitales, se vieron obligados a declarar huelga por tiempo indeterminado. La que contó con el apoyo solidario de amplios sectores de la población. De sindicatos y muy particularmente del Movimiento Intersindical Provincial.
. A los trabajadores contratistas de viñas y frutales, por un arbitrario fallo judicial se les negaba el derecho a la indemnización por despido y a la jubilación. Despidieron a 3.000.
. Se sucedían conflictos en la Construcción, Vitivinícolas, Químicos, Sanidad, Bancarios, Casino, UOM y hasta en la propia Policía. Todos estos problemas fueron «inyectando presión a una caldera que explotó» con el brutal aumento de la electricidad.
Las poblaciones de las barriadas se sentían abrumadas por los impuestos. Ya se habían producido la huelga del Chocón y combates obreros, estudiantiles y populares en Tucumán, Rosario, Córdoba, etc. [1]
Por su parte estudiantes venían protagonizando luchas contra los exámenes de ingreso a las facultades de medicina y economía. En universidades privadas se movilizaron frente al aumento de cuotas.
Cronología de la rebelión
Se convocó una asamblea el día 29 de marzo en la 4ta sección de la ciudad que aglutinó a 700 personas y resolvió organizarse para no pagar la luz y surgieron movilizaciones en diferentes lugares del Gran Mendoza en horas de la noche.
El día viernes 31 de marzo por la noche, uniones vecinales de los distintos barrios de Las Heras, Godoy Cruz, Guaymallén, junto al barrio San Martin y La Favorita, agrupaciones estudiantiles, contratistas de viña y el SOEVA Maipú se reunieron en el Centro Republicano Español, nace la coordinadora “No pague la luz”. Llaman una concentración en Casa de Gobierno para la mañana del domingo 2 de abril. Al día siguiente, la organización crecía entre los trabajadores y el rechazo al pago de la luz se hacía cada vez más extendido.
El domingo 2 de abril, columnas de todos los departamentos marcharon hacia Casa de Gobierno, reuniéndose alrededor de 20.000 personas, a esta altura era la mayor movilización en la historia de las luchas del pueblo mendocino. Se resuelve el no pago de la luz y una reunión (Mesa Redonda) convocada por la CGT provincial para el día siguiente.
El lunes 3 de abril se había conformado una comisión con la CGT provincial y representantes de las organizaciones empresarias donde:
“La CGT y la representación patronal proponen que se constituya una Comisión con el Gobierno para que efectúe un estudio sobre las tarifas eléctricas; maniobra que es mayoritariamente rechazada. Con gran entusiasmo se aprueban las siguientes propuestas:
1‐ Paro activo el día martes 4 (al otro día) y Concentración en la Casa de Gobierno a las 10 hs.
2‐ Mantener el estado de movilización hasta la derogación del aumento de las tarifas.” [2]
Además presionaban al Gobierno provincial a cargo del interventor miembro del Partido Demócrata, Francisco Gabrielli a pronunciarse por el reclamo. Esa misma noche lo hizo, comunicó la prohibición de cualquier acto de protesta.
Un aspecto a destacar de este proceso de lucha fueron las exigencias que se le hicieron a la dirigencia de las centrales sindicales desde las uniones vecinales sectores de base del movimiento obrero y estudiantil para que llamaran a un paro general. Por otro lado se enfrentaron a las maniobras se quisieron imponer desde la burocracia sindical. En los primeros días de organización la CGT desautorizaba las convocatorias, teniendo que girar en su posición y acompañar las movilizaciones por la presión de los trabajadores que se organizaron junto con las uniones vecinales barriales.
Martes 4 de abril previo a la concentración en Casa de Gobierno, la policía comenzó una feroz represión a las maestras concentradas en su sede sindical, el magisterio. La foto de los guardapolvos blancos manchados por el carro hidrante “Neptuno” recorre el país. También avanzó la represión frente a la CGT donde habían trabajadores y estudiantes que la enfrentaron con piedras, palos y barricadas al tiempo que comenzaba el avance hacia Casa de Gobierno.
Una vez reunidos allí la represión se intensifica y la respuesta de la multitud no esperó, se capturaron vehículos hidrantes, se incendiaron autos, trolebuses, avanzaron, retrocedieron, se reagruparon y no dejaron vidrio sano de la Casa de Gobierno. Gabrielli, renuncia y se hace cargo de la situación el general Luis Carlos Gómez Centurión (padre del militar derechista ex candidato a presidente). En la represión fue asesinado el canillita Ramón Quiroga, llamándose a un paro el día siguiente.
El miércoles 5 el acatamiento al paro fue total y luego del velorio de Ramón, estudiantes y trabajadores marcharon por la ciudad, produciéndose choques con la policía y posterior repliegue hacia Las Heras, donde se resistió al avance de las fuerzas. El día terminó con 400 detenidos.
Para el jueves 6 de abril los combates se trasladaron a los barrios de los departamentos, el ejército entró en la escena al verse rebasada la policía. Los vecinos resistían en barricadas en barrios de Las Heras declarándola “zona liberada” del ejército y en Guaymallén lograron impedir el ingreso de las fuerzas represivas. En la ciudad por la tarde es asesinada Susana Aragón, comerciante que recibió un balazo en el rostro. Al día siguiente sigue el paro general.
Viernes 7 de abril, continúan las movilizaciones de estudiantes y trabajadores, enfrentamientos y detenidos. Hacia la noche el gobierno militar determina dar marcha atrás con el aumento y nombra nuevas autoridades en la provincia por lo que la CGT regional decide que el conflicto debe terminar y aísla aún más la resistencia de los barrios obreros.
La represión de las fuerzas policiales, gendarmería y el ejército dejó un saldo de tres muertos, 190 heridos, 480 detenidos torturados y 3 desaparecidos (un trabajador de sanidad y dos metalúrgicos). Daños materiales en la Casa de Gobierno y en el centro, vehículos, micros y trolebuses incendiados.
En los últimos años, cada vez que los trabajadores y la juventud mendocina sale a las calles se escucha como un eco del pasado el cántico que dice: “paso, paso, paso, se viene el Mendozazo”. Son chispas de la memoria histórica que siguen encendidas. Como se escuchaba en las enormes movilizaciones por la defensa de la 7722 a fines de 2019. Lo vemos en la combatividad de las obreras y obreros vitivinícolas que levantan cabeza frente a los poderosos de siempre.
Es indispensable que las nuevas generaciones saquemos lecciones de estas grandes gestas y del más importante ensayo revolucionario que vivió el país en los años ’70. Uniendo las luchas por el agua y la 7722, junto a las mujeres frente a los femicidios, vitivinícolas, educación, salud y jóvenes de las apps, como hicieron en el ’72, podemos llegar mejor preparados a los nuevos ascensos revolucionarios, a los futuros Mendozazos. |