Cómo fue el caso de su detención y el posterior procesamiento.
El sábado 18 de mayo de 2013, como integrantes de VOX realizamos una iniciativa de manifestación artística denominada ‘Construyendo sendas hacia la diversidad’ que se sostenía en sintonía con Rosario, Rafaela y Sunchales.
Esta propuesta organizacional enmarcada en el 17 de mayo al ser éste un día histórico para el movimiento LGBTIQ en todo el mundo en el que múltiples organizaciones, instituciones y activistas que llevan adelante acciones reivindicativas. En cada una de estas ciudades se conmemora el 17 de mayo como “Día Municipal de Lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género” por Ordenanza Municipal. Aun así, en la ciudad de Sunchales, que es una localidad de alrededor de 25 mil habitantes, nos encontramos con un imprevisto que hoy, a dos años, nos continúa preocupando fuertemente.
En el desarrollo de la actividad que implicaba pintar sendas peatonales con los colores del arco iris, se acercan agentes de la GUS -Guardia Urbana de Sunchales- que comúnmente tiene cada localidad como una especie de policía municipal.
En ese momento nos comentan que las intervenciones estaban prohibidas por otra Ordenanza Municipal (1372/2001) que, si bien especifica prohibiciones de esa índole, no impedía la intervención de las calles. Como ya estamos acostumbradxs a vivir este tipo de persecución a cada accionar que realizamos en el espacio público, pedimos la reglamentación y, en caso de ser así, la correspondiente autorización para poder continuar con la actividad.
No creíamos que la situación podía pasar a instancias mayores pero a los pocos minutos nos abordó una motocicleta y un patrullero policial que sin mediar palabras nos atacó violentándonos dentro del automóvil a mí y a otro compañero en medio de gritos de las compañeras. En ese instante una de las compañeras atina a registrar con fotografías la situación clara de detención arbitraria y violencia institucional a lo que uno de los uniformados amenaza con ‘prender fuego’ al acto de registrar ese momento.
Camino a la policía dos frases desafortunadas de los oficiales nos alertaron: “Ahora te llevo y vas a ver que acá a los ‘mariconcitos’ los garroteamos, como si fueras el primero que agarramos”, “yo les voy a dar a ustedes. Saben por dónde les voy a meter sus actividades de los DD. HH.” .
Este fue el trato por unas 4 horas hasta que el Concejal Pablo Pinotti gestionó nuestro retiro de la comisaría N° 3 de Sunchales, con pedido de disculpas del comisario de por medio. Aun así, se entabló una causa en la que nos acusaron de "incumplimiento de los mandatos legales" por negarnos supuestamente a acatar las órdenes policiales.
Es esto lo hace unos días se nos informa, luego de dos años de lo sucedido, nos absuelven de culpa y cargo por medio del Juez Juan Carlos Marchese del Juzgado de Circunscripción N°31 correspondiente a la ciudad de Sunchales reactualizando este suceso que vuelve a entrar en discusión. Desde Revuelo que es la organización en la que hoy desenvolvemos actividades similares, anunciamos que la causa fue sostenida para amedrentarnos y que no se denuncien las irregularidades de la fuerza.
Se sabe que las prácticas homolesbotransfobica son corrientes en la policía, ¿qué opinión les merece esto?
Las prácticas de las fuerzas represivas son coherentes con las vulneraciones que instalan los sectores de poder en los diferentes órdenes, principalmente el propio Estado. Es la guardiana de los intereses del status quo justamente es lo que los espacios en lucha como el que formo parte denunciamos con vehemencia.
Históricamente el movimiento lgbtiq ha sido hostigado con salvaje represión hacia nuestras identidades no heterosexuales y las variaciones que hemos logrado, revierten estas prácticas hasta cierto punto, siguen permitiendo abusos de toda índole. Esto lo vemos en el tratamiento de este estilo de actividades, en la violencia con la que se dirigen hacia las compañeras trans y trabajadoras sexuales, pero también los cientos de casos de gatillo fácil que hay en el país, las desapariciones y asesinatos de pibxs pobres como lo que pasó con Luciano Arruga y otrxs tantxs más, la represión en las protestas sociales, las detenciones arbitrarias y así podríamos estar un rato largo cuestionando estas prácticas que forman parte de la estructura y, por lo tanto, involucrando a todos los poderes políticos. Aún más a aquellos que no sostenga políticas contundentes contra este paradigma de la represión.
Lo que nosotrxs hicimos fue presentar en la Auditoría General de Asuntos Internos una denuncia por las vejaciones que sufrimos y también para resguardarnos por las amenazas que se volvieron costumbre por estos lados a quienes luchamos. Lo que nos preocupa de esto es que esta investigación está siendo demorada o no hay suficiente acompañamiento para que se resuelva a la brevedad y se sancione a los implicados. En estos dos años los efectivos policiales no tuvieron apercibimiento alguno, lo que legitima su accionar.
A 46 años de la revuelta de Stonwell, cuáles opinan que son que son los desafíos del movimiento LGTTBI.
Con lxs compañerxs charlábamos esto, creemos que hay mucho que trabajar cuando la policía sigue actuando con las mismas prácticas que la dictadura y hasta las mismas que produjo el mítico levantamiento del Stonewall en 1968. Y los desafíos pasan a ser otros que los existentes en las grandes capitales de nuestro país, que han avanzado de forma desmedida en relación a los recorridos de localidades pequeñas como las que habitamos.
En primer lugar acá las organizaciones de derechos humanos, incluidas las sexodisidentes, no sostenemos la relevancia política que ameritan las problemáticas que se denuncian. Son múltiples los sectores, poderes políticos, medios de comunicación que invisibilizan los espacios, las construcciones y la lucha. La policía tiene asistencia perfecta en cada una de nuestras acciones públicas y ese es el lugar que socialmente han construido para nosotrxs.
Las iniciativas de los Estados Municipales respecto a los temas que lentamente podemos ir instalando se entablan en paralelo a los organismos, nuestras propuestas cristalizan con los mismos paradigmas LGBTI fóbicos negándose a sostener espacios de diálogo y construcción colectiva. Y acá radica el desentendimiento de nuestros aportes democratizadores de las políticas de Estado que evidencian límites claros.
El desafío creo que debe ser el de seguir generando coaliciones entre los grupos que sostenemos similares demandas como es el caso de esta misma entrevista, la única que nos han hecho que sale de nuestra ciudad para contar lo que se vive. Por acá venimos articulando con colectivas feministas, estudiantiles, por el hábitat popular, contra las fumigaciones contaminantes y caminamos fortalecerlas para fisurar realmente estos poderes.
Así como pasó con Jennicet Gutierrez –mujer, trans, indocumentada- que denunció en un enunciamiento de Barack Obama en la Casa Blanca en el marco de las actividades por el Mes del Orgullo. Ella pidió por la liberación de compañeras detenidas en los inhumanos centros de detención de migrantes y por la finalización de la represión y exclusión hacia las personas indocumentadas. Resulta contradictorio que un presidente Negro –en un país colmado de segregación racial- sostenga un discurso supuestamente favorable para la comunidad LGBTIQ pero reproduciendo en este y otros órdenes las mismas prácticas de control, dominación y negación contra la que lucharon los movimientos de liberación en todo el mundo. No debemos permitir, la utilización de nuestros lenguajes de resistencia en nuestra contra, se capitalizarán para hablar de nosotrxs y de nuestras luchas pero reproduciendo las lógicas heteronormativas y privilegiadoras. |